Era miércoles por la mañana, Kyan estaba a días de marcharse y yo rechazándolo como si fuera repelente de mi propia cura. Mi rutina era la misma de todos los días lo único que cambio es que en mi cuero abunda un corazón en pedazos, pero de esos pedazos que se pueden juntar y romper cuando ves a esa persona. Esa persona que cura todos tus males y que es tu propio mal eso es Kyan para mi solo un método de olvido. Solo eso no hay más para esta historia.
Me prepare para salir a la escuela, me hice un café por que mi apetito en las mañanas es inexistente. Lista para ir a la escuela baje los 4 pisos de mi edificio para llegar a la puerta que da para la calle. Cuando abrí la puerta estaba Kyan esperándome desde quien sabe que hora estaba ahí afuera estaba fumando con una expresión de tranquilidad, sencillo aquel chico que se enamoro de mi tenia el mundo a sus pies.
-¿Que haces aquí?
-Te espero.
-Creo que era mas fácil mandarme un mensaje y te hubiera dejado entrar a mi departamento.
-Tal vez tengas razón.
Me acompaño a la escuela y entramos juntos al salón donde un montón de ojos de buitres estaban comiendo carroña que yo y Kyan les proporcionamos con llegar juntos, todos nos miraban con ojos de incredulidad.
Me senté en el lugar de siempre y tuve las tres peores horas de mi vida en letras grecorromanas históricas.
Se supone que hoy tenemos que terminar el trabajo. Se supone que hoy se termina todo. Y entonces que significo el echo de me esperara fuera del edificio en donde vivo, que quiso decir con ese beso. Los hombre son enigmas que a la mujeres les tocas resolver. Pero...
¿Si yo no quiero tomar el papel de una mujer?
Yo no quiero resolverle la vida a un hombre, no quiero vivir de la mano con él, no me gustaría cocinarle para él, me despreciaría si dependiera de uno.
Simplemente no me hago a la idea de casarme, tener hijos y vivir en el típico cuanto de hadas que te pintan desde que tienes tres años.
Odio los roles, no puedo combatir con algo tan grande como lo es la sociedad seria una razón estúpida, pero si puedo cambiar mi estilo de vida y convertirlo en mi historia. Yo no espero cambiar al mundo si no cambiarme a mi. Soy egoísta e individualista en mi no hay espacio para otras personas. Lo único que yo busco en mi viuda es ser libre.
Eso mejor que nadie lo sabe Kyan y pareció entender cuando en vez de rosas me regalo claveles.
En cambio las ideas de Kyan son las de un niño revoltoso, un niño que confunde libertad con libertinaje. El piensa que se puede cambiar el mundo con una sonrisa para todos. Es frió y calculador.
Y si a ese estúpido lo bese y me gusto besarlo.
Cuando terminaron las clases me dirigí a la biblioteca, pero Kyan no estaba. Lo espere pero nunca llego y se me había echo tarde para ir al trabajo así que accedí a marcharme y en el mismo pasillo donde ocurrió aquel beso, me encontraba caminando contemplando la vista de aquel ventanal cuando lo vi acercarse a mi, fue como un niño, llego corriendo hacia a mi y me abrazo.
Fue como un niño que me abrazaba podía sentir su calor corporal, él impartía el calor que a mi frió cuerpo le faltaba, deje caer mi bolsa, estaba a punto de llorar, pero me abrazo mas fuerte con una intensidad que casi me deja sin respiración. Pude sentir su corazón que palpitaba muy fuerte, sentí su respiración, sentí gran parte el. No pude y me solté a llorar. Tanto fue mi llanto que le empape su camisa de mis lagrimas. Cuando el sintió mis lagrimas escurrir a su camisa me separo para decirme.
-Por favor Rose no llores, perdóname pero si no llegaba a abrazarte ahora nunca lo hubiese echo.
-No es eso, solo que no puedo creer que el viernes te vas.
-Es por eso...
-Si por que mas seria, nunca había experimentado algo de lo que ahora siento si no fuera por ti, pero te odio por eso.
-Pequeña yo te quiero cada vez mas, no es el cariño con el que todas las personas te mencionan que yo quiero a las personas no a ti si te quiero. Ya no llores.
-Perdóname...No puedo parar de llorar ya se me pasara.
Me limpio las lagrimas, solo para derramar mas.
-Rose te tengo que decir que hoy no podre terminar el trabajo, tengo que arreglar unos asuntos del intercambio.Pero no te preocupes mañana jueves tengo todo el día libre si quieres puedes pedir tu día libre mañana y quiero pasar todo el día contigo. Por favor.
-Esta bien, pero ya me tengo que ir te dejo que se me hace tarde para llegar al trabajo a tiempo.
-Cuídate pequeña.
Me fui de aquel pasillo y deje a Kyan atrás.
Me fui corriendo con la esperanza de desaparecerme , pero no fue así lo único que desaparecería esa tarde seria lo que me esperaba en el trabajo un montón de papel que quedaría archivado por el resto de su vida. Lo único bueno en el trabajo fue que me dejaron descansar el jueves.
No podía creer que Kyan me diera un abrazo con esa intensidad, nunca he recibido un abrazo así, no se puedo explicar lo que sentí porque fue un lenguaje que yo no conozco, el lenguaje corporal y el lenguaje del amor trabajando en un mismo labor.
Kyan no me acompaño al trabajo por que tenía labores como yo y como todo el mundo.
La conclusión del trabajo cada vez se postulaba a otro día, ojala que pospusiera el viaje de Kyan pero la vida no es como yo quiera y la vida me hace sufrir mucho con un chico que no es para mi.
Pero ahora que yo entiendo que el no s para mi, Kyan no lo entiende, que irónico. El trabajo espero terminarlo pronto para que aquél trabajo quedara en un calificación final. Junto con el final de nosotros el de Kyan y el mio.
Ahora mi labor seria olvidarme de Kyan.
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Una Sumisa Del Monton
RomanceRose una chica ordinaria sin muchas expectativas de vida, sin ganas de nada, viviendo en un sitió donde no hay lugar para ella. De las decisiones más importantes de su vida escoge ser historiadora en un lugar que no perdona a nadie. Y es ahí donde l...