Así pasaron las cuatro horas en la clase, esperándo una eternidad para ver al único hombre que había besado y para que se terminara esto de una vez.
No dejaba de pensar en Kyan pero sólo me traía nostalgia,no me niego que estaba intrigada por la sorpresa que tendría preparada o porque tendría tantas ganas de que hoy descansará del trabajo.
Pero eso no detenía el tiempo, segundo con segundo, minuto con minuto y hora por hora el tiempo era el único cómplice de mis memorias y recuerdos de la única relación que he tenido con un hombre.
Y hoy el mismo tiempo se encarga de separarme de él.
Pensaba tantas cosas que mi cabeza podía explotar con facilidad y sin darme cuenta.
La complicada relación de Kyan y mía, solo de los dos nos entendíamos tan bien que las peleas y lloriqueos son partes de nosotros, yo sabía el único secreto que el guardaba solo él y yo de nadie más.
¿Por qué? Se tenía que ir sin nisiquiera haber empezado, y yo me quedo sola, aquí y él en otro lugar, lejos de mi.
¿Cómo? Era posible que con la única persona que me hacia sentiŕ así, mañana se iba de mi vida a empezar otra con nuevas personas y de seguro a olvidar de mi.
Kyan lo único que me dejaba de todo esto,era lo más bello, aquellos claveles rojos, que siendo tan insignificante para todo el mundo, para mi representaban toda una historia y un sentimiento.
Los claveles que llegaron anunciando los sentimientos de un hombre, fueron los mismos claveles que me lo quitaron. Principio y el adiós más amargo.
Aquellos claveles me daban esperanzas pero a la vez me dejaron una lección que no esperaba recibir y menos de esta manera.
Era difícil ser fuerte en estas situaciones. Y aveces eso mata.
Kyan se iba sin decir nada.
Cuando salí del día escolar para empezar mi día libre en el mundo laboral, era el mismo día que le diría adiós a Kyan.
Él estaba afuera recargado en un lindo Mustang rojo de lujo. Para decirme.
-Sube princesa.
Quedé aturdida, jamás supe nada de un auto tan lindo y menos que un auto así le pertenecía a un niño. Un niño con juguete y muñeca nueva.
-¿Y este auto?
-¿No te gusta? Es mío, lo acabo de comprar para llevármelo a Inglaterra y no preocuparme de donde andar.
-Eres raro, ¿No era más fácil comprarlo en Inglaterra?
-Supongo pero que mejor que llegar con este modelo y sorprender a varias chicas. Deberías de sentirte orgullosa por que eres la primera de muchas en acompañarme en esta belleza. Aparte quería que lo estrenaras conmigo por lo menos un día antes de irme.
-Claro la primera de muchas.
Solo me sonrió.
-Rose...¿No haz pensado en lo de ir conmigo a Inglaterra?.
-Tu mejor que nadie sabe lo que pienso del tema y creo que no sería conveniente hablar de esto por que tu sabes la respuesta.
-No haz pensado que cuando ya no esté vas a estar más vacía.
-Claro que lo he pensado, es más voy a estar más vacía y llena de arrepentimiento por no irme y olvidarme de toda esta mierda contigo. Pero no quiero acostumbrarme a ti, tengo razones para quedarme, claro que voy a estar igual de vacía igual que tu. Pero he aprendido que la vida da y así como da quita y ahora nos arrebata la presencia de ambos para que estemos igual que como empezamos. Vacíos, pero también se que tal vez necesites estar lejos de mi y yo de ti para saber cuanto nos necesitamos.
Llegamos al edificio en donde vivía Kyan. Cuando entre solo encontré escombros de lo que alguna vez fue una vida de alguien.
Todas sus cosas estaban en cajas esperando para marcharse con él.
Me dio curiosidad que no estaban en caja dos peceras grandes y las macetas de sus plantas que de seguro estaban antiguamente en el baño.
Todos los muebles grandes no estaban para que se los llevará de seguro compraria más en Inglaterra.
Cuando estaba observando las cosas empacadas, solo sentí como una bola enorme de pelo con patas se acercaba corriendo hacia a mí, solo sentí lo duro del piso y una lengua en mi cara.
-¡NO ATILA! ¡SIENTATE!
El perro de inmediato se puso sumiso y chillos era nada más que un rottweiler enorme con unas garras que me rasguño el estomago, pero sin duda un perro grande y hermoso.
-Perdón es un poco brusco pero le caíste bien.
-¿Desde cuando tienes a ese perro y por qué no sabía de su existencia?
-Desde hace dos años y bueno como no pasó mucho tiempo en el departamento estaba en una "guardería" para perros. Y los fines de semana estaba conmigo.
No podía esperar otra raza de perro para Kyan era el indicado.
-Rose la sorpresa que te tenía, no es una sorpresa si no una petición y un favor.
Cuando escuché eso algo andaba mal.
-No sabes cuanto me gustaría llevarme a Rex, Jack, susana, Atila, y mis dorados a Inglaterra desafortunadamente... No permiten mascotas ni plantas en donde viviré, me encantaría llevárselos pero tengo que vivir en una residencia estudiantil, ya sabes normas del intercambio. Y me gustaría que tu te los quedarás..... No te preocupes del dinero te mandare dinero paralos gastos que ocupen. Solo quiero que los cuides, no pretendo quedarme en Inglaterra, eres en la única persona en la que confió.
Nunca pensé que se tratara de una serpiente pitón, dos tortugas, dos peces dorados y un perro.
No sabía nada de animales y la serpiente me daba pavor.
Pero no me negué no pude negarme porque sería una manera fácil de comunicarme con él sin complicaciones, solo para tratar sobre sus mascotas.
Sería una manera para matarme recordándolo diario y él también pensaría en sus mascotas respectivamente.
Le pedí que no me mandará dinero, solo que mandará mensajes de texto para preguntar por ellos.
Después mucho después me arrepentí, pero ellos mismos definitivamente me ayudaron mucho a no morirme de soledad. No se como pudo soportar la soledad Kyan.
Me entrego pedazos pequeños de su vida y memorias significativas representadas en seres vivos.
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Una Sumisa Del Monton
RomansaRose una chica ordinaria sin muchas expectativas de vida, sin ganas de nada, viviendo en un sitió donde no hay lugar para ella. De las decisiones más importantes de su vida escoge ser historiadora en un lugar que no perdona a nadie. Y es ahí donde l...