Capítulo XV

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No podía creer lo que Vegeta era capaz de provocar en mí. Lo único que sabia es que su cercanía me daba una sensación inigualable ni siquiera Yamcha me había provocado estas sensaciones.

Solo atine a pronunciar su nombre con dificultad -Yo... Vegeta...- Estábamos tan cerca que podía ver esos ojos negros que me tanto me gustaba observar

-¡¿Qué esta pasando aquí?!- Escuché antes de quedarme helada en mi lugar.
Un segundo fue el tiempo que paso para después visualizar una tragedia ante mis ojos.

Yamcha empujo violentamente a Vegeta sobre un escritorio donde se ubicaban algunos planos de diseños de máquinas que planeaba a futuro. Por si eso fuera poco, tenía un librero donde coloque hace meses un robot dañado, por falta de tiempo decidí dejarlo. Este le cayó en la cabeza a Vegeta dejándolo inconsciente.

-¿¡Pero qué demonios sucede contigo!?- grité alterada corriendo donde estaba Vegeta

-¿Qué hace este Imbécil aquí?- pregunto ignorando mi pregunta

-¡Por Kami, es un inversionista que vino por un contrató de la Corp. Cap. Se supone que estábamos aclarando puntos de las cláusulas!- Noté que Vegeta sangraba de su cabeza a causa del golpe. No podía dejar pasar mi horror al ver al hombre tirado

-Yo... lo... siento... Pero ¡diablos! el idiota estaba tan cerca tuyo que pensé que te iba a lastimar... y bueno... yo...

-El único idiota aquí eres tú, ¡LARGATE DE MI CASA! No te quiero volver a ver...- dije furiosa sosteniendo la cabeza de Vegeta

-Bulma... yo...- Ignorándolo pase de largo para después llamar a una ambulancia que para mi suerte había una en la Corp. Cap. Que estaba disponible la 24 horas del día a disposición de los empleados.

-¡Rápido! Envíen ayuda a mi laboratorio, sector 2C... tengo aun hombre herido golpeado de la cabeza, esta sangrando... por favor ¡ayuda!- con voz cortada y lágrimas por salir me aproximé a Vegeta sosteniendo su cabeza, tratando de ver alguna forma de detener la hemorragia.

-Bulma...- comenzó a hablar Yamcha

-¿Qué no me oíste? ¡Largate!- grité nuevamente liberando aquellas lágrimas que tenia contenidas

-Hablaremos más tarde- ordenó antes de irse

-Señorita Briefs ¿Qué sucedió?- preguntó un hombre con bata blanca acompañado de un signo de cruz roja en el lado derecho de su brazo

-¿Va a estar bien verdad?- pregunté angustiada

-Si, tranquila señorita Briefs...- hablo el hombre

Llegaron tres hombres más con una camilla llevándolo a una habitación de huéspedes de la casa. Pero ordené que lo llevaran a la mejor que estaba ubicada a lado de mi recámara.
Esperé a fuera de la habitación junto con mis padres que se enteraron por todo el ruido y escandolo que habia alborotado con mis llantos de ver a Vegeta en ese estado.

-Aún no puedo creer que Yamcha haya golpeado al joven Ouji así, por ello te dije que él, no era un buen novio para ti.- me recordó mi padre las innumerables de veces que mencionó que Yamcha era un salvaje

-¡Oh! Pobre del guapo y apuesto Vegeta...- dijo mi madre llorando

-Vamos querida... todo saldrá bien... Tienes que descansar- le recordó a mi mamá

Yo estaba muda pero no me moví hasta que ví que el doctor salió de la habitación.

-¿Cómo esta? - pregunté nerviosa

-Señorita Briefs... el esta bien, afortunadamente el golpe solo lo dejo inconsciente. Detuvimos el sangrado. Solo debemos dejarlo descansar- al escuchar su respuesta me tranquilice. El doctor se fue y yo ingrese a la recámara sentándome en una silla que estaba cerca. Cuando menos me di cuenta, ya estaba dormida sobre la mesa que estaba alado de la cama de Vegeta.

De pronto desperté al sentir como me tocaban las piernas y espalda siendo levantada. Me sorprendí al ver a Vegeta haciendo aquello para llevarme a la cama.

-¿Qué haces? No deberías hacer esfuerzo... deberías dormir más...- comencé hablando

-Estar en esa posición, ¿no te esta lastimando?- preguntó con burla
-¿Quién dijo que no iba a seguir durmiendo?- me dejo en la cama pero me empecé a levantar al ver que el volvía a acostarse en la cama

-Tanquila... no te voy a lastimar, relajate... es solo que no me gusta verte en esa posición. Te va a doler la espalda mañana...- me sentí en un sueño al escuchar sus palabras -Y no quiero oír tus quejas- fruncí el ceño con enojo por su último comentario

-Jajaja... es broma, es solo qué... yo eh dormido en esa posición cuando trabajo demasiado y creeme que el dolor de columna es insoportable...- me aclaró.

Ambos estábamos acostados en la cama viéndonos a los ojos.
Vegeta colocó su mano a mi cintura acercándome a él, no sabia como reaccionar ante ello así que preferí ver solo sus ojos ante cada movimiento que realizaba. Una vez cerca, sentía el calor que emanaba de su cuerpo y quedando cerca de su escultural pecho veía y escuchaba los latidos provenientes de su corazón tanto su respiración golpeando mi frente.
Vegeta solo fijo su vista en mí, oh kami, pagaría a quien sea con tal de saber que pasaba por su mente y es que leer las acciones o facciones de su rostro era algo difícil de hacer. En este momento su mirada se mostraba neutral

-¿Quién demonios me golpeó?- preguntó con un voz suave arruinando nuevamente el momento

-Nadie... mira tengo sueño, es mejor que descansemos...- traté de evitar el tema

-De acuerdo... pero cuando despierte quiero que me digas que idiota me golpeó- ordenó

-Esta bien... por cierto, ¿Todavía te duele?- pregunté preocupada

-No... no soy un maldito débil como los patéticos de tus amigos- respondió con superioridad

-¿Tan fuerte que terminaste en el hospital con un sumple golpe?- pregunté irónicamente

-¡El idiota me atacó por la espalda!- respondio tratando de defenderse mostrando en el acto irritación

Al notar su mueca de molestia preferí levantarme desasiéndose ¿El abrazó? Y viéndome un enojado Vegeta.
Emprendí un camino a mi habitación llegando a un botiquín que estaba ubicado en el cuarto de baño. Regresé a la recámara sentándome en la cama extendiéndole las pastillas con un vaso de agua

Al notar su cara de inseguridad
-Te ayudarán con el dolor de cabeza...- tomando las pastillas con el agua.

-Ahora acuestate- me ordenó señalando el lugar en el que me había acostado

-¿Y si no quiero?- pregunté tratando de iniciar una palea verbal

-Te obligaré- respondió con una voz tan fría acompañada de una de sus sonrisas curveadas que preferí no provocarlo

-Esta bien... pero te pediré que no te enamores de mi aunque me encuentres muy atractiva- comenté en broma

-Que vulgar y como gritas ¡Hmp!- respondió volteando su cara para que no notase su sonrojo -Sólo acuestate- dijo recostándose

Me aproximé a la cama temerosa decidiendo dormir lo mas alejada de Vegeta por lo cual decidí darle la espalda, lo que duro por poco tiempo al sentir como coloco sus manos en mi cintura nuevamente acercandome a él. Sentía su respiración golpeando mi cuello como sus manos aprisionandome en ellas, sus piernas estaban casi entrelazadas con las mias, creó que su cabeza estaba entre la almohada y mi cabeza, estábamos mas cerca que antes y eso de cierto modo me incomodaba pero a la vez se sentía bien estar en aquella posición.

-¿Quién me cambio?- preguntó después de haber pasado unos minutos. Recordé de pronto como les ordene a unos empleados que cambiasen la ropa por una mas ligera más cómoda.

-Unos empleados- contesté tratando se sonar normal, algo que era imposible teniendo tan cerca a Vegeta

-Descansa... Bulma...- dijo cayendo preso del cansancio y tal vez también por el efecto de las pastillas. Estaba a punto de cerrar los ojos hasta que recordé lo que escuché, me llamó por mi nombre algo que hasta hoy nunca había echo.

-Descansa, Vegeta...- comenté no sabiendo que mas decir, pensando que Vegeta ya no estaba despierto. Cayendo presa también del sueño.

Mi maestro, Mi estudiante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora