Capítulo XXIII

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-Vaya... Es un placer volver a verla- fue lo único que dije para después escuchar una respuesta por su parte.

-No comprendo ¿Por qué le sorprende?-

-Bueno, es más que obvio que me ah estado evitando cada que vengó aquí... ¡Oh! ¿Acaso planea negarlo?- exclamé con un deje de ironía

-No se... porque llegó a tal acusación hacia mi persona Sr. Ouji- contraatacó audazmente

-Pensé haber dejado más que claro el punto de no llamarme por usted- dije al oír mi apellido salir de sus labios carmesí

-Señor Ouji, podría concentrarse en lo que es la prioridad en este momento. Los robots no se construirán por si solos- me recordó el motivo de mi visita

-Como sea- finalice la disputa conmigo mismo al pensar que era un idiota al dejarme hablar de más

-Por aquí- señalando un corredizo me invitó a seguirla.
Mientras caminábamos un impetuoso silencio rondaba el ambiente hacerlo ver a mi parecer incómodo -Y ¿Cómo ha ido el proyecto?- pregunté queriendo bajar la tensión

-Bien, gracias- respondió sin siquiera mirarme, lo sabía, tal vez piense que soy patético al comportarme así con ella (por no decir un tipo ¿cursi?) ó puede que sea así conmigo por verme con la estúpida de la maestra, ¿Qué tal si vio cuando ella me beso?.
Entramos a lo que recordaba que era su laboratorio; decidido a no atormentarme más, la acorrale contra su escritorio cuando se dirigía a este para mostrarme el avance del proyecto; sintiendo bajo mío su delicado cuerpo con mis manos llegando casi al extremo del escritorio. Mi respiración la sentía pesada e incontrolable al oler su exquisita fragancia proviniendo de su cuerpo (piel), su cabello, eran sensaciones únicas y a la vez tan placenteras.

-Por favor... ¡Apartecé!- chilló un poco desesperada, pero, aunque me gritase eso o incluso me llegase a insultar u golpear mis planes seguían siendo los mismos. Besarla, por ello, cuando ella giro sutilmente su cabeza para reclamarme fue ahí donde decidí aprovechar y me apoderé de sus labios. Logrando así, robarle el beso que más eh ansiado en mi vida.
Al principio noté como intentaba apartarme, pero, aunque me golpeaba "fuertemente" no pensaba apartarme. Intente adentrarme a su boca golpeando con mi lengua sus dientes pero no conseguía nada por ello decidí pasar mi mano por su exquisita figura sobre todo por su trasero ya que la otra mano estaba ocupada sosteniendo su nuca; pienso que por mi atrevimiento ella abrió la boca, tal vez nose esperaba aquella reacción de mi parte pues sólo así conseguí unir mi lengua con la suya.

-¡Eres un idiota!- me grito después de morderme y regalarme una bofetada en mi mejilla derecha

La verdad no esperaba aquella acción de su parte ya que ninguna mujer me había golpeado y rechazado como ella lo estaba haciendo, me entró un coraje inmenso por su rechazo.
Cuando dirijo mi mirada hacia ella me arrepentí de inmediato pues estaba con lágrimas viajando por su delicados ojos azules.

-Yo... este, lo siento... No fue mi intensión- trate de disculparme por hacerla llorar. Me acerque pero con cada paso que daba ella retrocedía

-Sólo vete...- Pronunció con dificultad sosteniendo unos documentos que pienso que eran lo que pensaba mostrarme al inicio de la idiotez que cometí

-¡Hija! ¿Qué sucede? Escuche gritos- dijo el viejo Briefs al abrir la puerta

-Ah, nada... Es sólo que había una araña enorme en el techo y el Sr. Ouji la atrapó- Respondió limpiándose inútilmente sus lágrimas. No comprendí por que no me delató con su padre y no daba señales de querer hacerlo por lo cual sólo le seguí la corriente

-Me disculpó por la interrupción, pero, bueno usted comprenderá que con una hija...- Asentí la cabeza y sonreí educadamente dando a entender que lo comprendía -bueno me voy, si necesitas algo princesa, no dudes en hablarme- habló cerrando la puerta tras él

-¿Por qué hiciste eso?- pregunté directo al grano tomándola por sorpresa

Dudó al hablar pero al final me contestó -De haber dicho la verdad sólo complicaría las cosas- aclaró

-En verdad quiero disculparme por lo de hace un momento. No tenía pensado besarte y...-

-Sólo olvidalo- me interrumpió

-¡Hmp!- gruñí en respuesta

-Mañana le entregaran los documentos de los cambios, gastos, costos, matrículas de los robots y usted podrá ver...-

-¿Entregarán? Otra vez me vas a esquivar- interrumpí

-Por lo que comprobé hoy, es más que suficiente que no quiero estar cerca de usted y aunque sea mi profesor no dejaré que se aproveche de eso- contraatacó

-Creí "Que lo olvidaríamos"- respondí burlonamente con temor de que se alejara de mí. Pues si me había afectado su distancia desde el problema con el insecto de su novio

-Creame que lo último que quiero es estar cerca de un sujeto como usted- Frustrado era como me sentía en ese momento pero no podía evitar que pasará ya que yo fui quien arruinó todo el acercamiento que llevaba con ella, hasta que recordé algo

-El trabajo... ¿Ya sabes quienes son tu equipo?- pregunté como última esperanza

-No, y no comprendo porque pregunta eso ahora...- Simplemente soy un imbécil

-Sólo trató de calmar la intensidad del ambiente... Leí que cambiar drásticamente los temas bajan la tensión de las situaciones- Estúpido es así como me describía en ese momento.
Pasaron minutos que para mi fueron horas seguido de un... -Sr. Ouji... Le veo mañana- Comentó dejándome pasmado por su repentino cambio.
Pero aunque mirará su rostro sus facciones no mostraban intensiones ocultas o algo que demostrara que jugaba conmigo, esos ojos azules en verdad te podían engañar fácilmente; el martirio por el vivía mi cabeza estaba hartándose de no pensar cada que estaba cerca de ella, de Bulma, de la mujer que me estaba cautivando

-De acuerdo- dando terminada la conversación salí de aquellas cuatro paredes.

-¿No gusta un pastelillo?- me interceptó la Sra. Briefs

-¿Ah? No- Conteste con prisa al querer salir de ahí

-Querida, deja al joven Ouji...- Sugirió a su esposa -Lo vemos después joven- Me habló, centrando su atención a mi

-¿Querido no gustas un café?- Habló nuevamente la mujer rubia

-No- Respondí saliendo del living, pase por los corredizos hasta salir de la casa y subir a mi auto. Pase mis dedos por mis cabellos negros y luego por mi rostro, fue un día largo pensé al recordar lo que paso. De pronto por inercia coloque mis dedos sobre mis labios al recordar aquel beso que le robe a la chiquilla y de alguna manera sabía que no me arrepentía por ello pues aunque fue corto fue algo intenso, sonreí de lado al recordar el sabor de su boca. No puedo negar que sí me atormentó un poco el hecho que la hiciese llorar, golpeé el volante brutalmente y encendí rápidamente el auto logrando acelerar por las calles, sólo quería olvidar el daño que le cause y tal vez también esta sensación de culpabilidad.

-No te escaparás de mi fácilmente...- pronuncie al recordar que quería alejarse de mi

Mi maestro, Mi estudiante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora