Capítulo XVIII

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Me desperté a las cinco de la mañana, estaba acostumbrado a despertar a esas horas ya que mi día comenzaba con un entrenamiento matutino. Pero hoy era diferente, hoy estaba en otra casa y con alguien en la cama pero no como lo acostumbraba, no con una sesión de largo y duro sexo. Si no con la chiquilla que había cuidado de mí desinteresadamente.
Me dedique a apreciar aquel rostro de ángel que me cautivaba que ni siquiera había notado que estaba abrazando a la mujer de forma protectora, me aparte un poco de ella y me dedique a observar su hermosa figura que eh de admitir que con ese diminuto bikini y la estorbosa bata aun la favorecía.
No pude controlar mi impulso que por instinto la empecé a acariciar su mejilla de la forma mas suave que había echo jamas en mi vida.
Estúpido me dije a mi mismo al despertarla con mi caricia. Mi sorpresa fue en el momento en el que ella se apartó bruscamente dejando un espacio considerable destacando sus ojos azules.

-Buenos días, si ya se encuentra bien por favor retirese...- comentó directa sin sentimiento alguno. ¡¿Qué esperabas imbécil?! Me repetí, ¿Qué te besara y fornicarán sin parar?

-Bulma... yo, bueno... me tengo que ir- Había quedado como un maldito débil, visualice en mi reloj de muñeca la hora y exactamente eran la 5:54 am ¿Tanto tiempo la observé? -Me dirías por favor donde esta mi ropa- hable incómodo por la situación en la que me encontraba. Sin esperar mas, ella abandonó el cuarto dejandome sumido en mis pensamientos.

Después de analizar mi cabeza en minutos decidí bajar, pase una mano por mi cabello sintiendo claramente la venda enredada. Baje las escaleras escuchando voces, sabia que una de esas voces era ella y por ello me acerque, pero no quería interrumpir su plática por lo cual solo preste atención sin importancia.

-Hija... porque no lo invitas a desayumar con nosotros, puede que tal vez se encuentré un poco desorientado por el golpe- desde este punto decidí escuchar sin importarme que dijiesen de mi

-Si, seria encantador tenerlo con nosotros...- apoyo la madre escándalosa

-¡Ah! Es que creo que tiene cosas que hacer y no creo que quiera perder tiempo desayunando con nosotros- me molesta el que ella siempre se quiere alejar cada que me acerco o simplemente pretende huir de mi presencia

-¿Encerio? Y dime ¿Qué crees que tengo que hacer? Porque en lo que a mi respecta no tengo nada en mi agenda para hoy...- hablé con tanta prepotencia en mis palabras. No es que no tuviera cosas importantes en mi agenda porque en realidad si las tenía pero podía cancelar, ¿Desde cuándo dejó mis asuntos para otro día?
Disfruté ver su cara al verme en la puerta

-Creí que ya te ibas a ir... como me preguntaste por tu ropa y viste ru reloj, yo supuse que tenias un día de agenda- y estaba en lo cierto pero obviamente no pensaba darle la razón

-No, no lo tengo aparte de que creo que todavía debemos cerrar el contrato ahora que ya estoy en mis cinco sentidos- hablé sonriendo. Esto de estar cerca de ella en verdad lo disfrutaba pero al parecer ella no, me frustraba el echo de que era la primera mujer que me rechazaba, la primera en dormir en una cama conmigo sin siquiera haber tenido sexo, la primera en darne retó, la primera en cuidarme desinteresadamente. Pero siempre estaba ella ocupando el primer lugar en todo.

-¡Me parece una idea fabulosa!- gritó la anciana brincando

-Si, hija... acompaña al joven Ouji por la ropa que se encuentra en el almacén, tu mamá y yo saldremos a la convención internacional de tecnología, así les da tiempo de hablar del contrato y no tendrán interrupciones- ordenó el viejo Briefs como excusa inventando lo de la convención que al parecer la chiquilla no notó.

-Esta bien...- respondió desanimada

No tenía caso seguir hablando si que preferí ignorarlos mientras se retiraban los viejos y me quedaba solo con la mocosa desayunando un plato de arroz y huevos.

-Y ¿Cómo te encuentras?- preguntó pero decidí que era el momento de la verdad

-Bien... ahora si, dime ¿Quién fue el idiota que me golpeó? Y no quiero mentiras- fui directo, sabia quien había sido pero quería asegurarme de que fue el idiota de su novio

-Ah... fue, Yamcha...- No sabia quien rayos era y es que nunca me intereso preguntarles el nombre a cada uno de mis alumnos ya que normalmente les hablaba conforme vestían o estupideces como esas -Mi novio- me enojaba esa la palabra cuando hacía referencia al insecto

-Así, que el imbécil que me golpeó fue el insecto de tu novio... y se puede saber ¿Por qué me golpeó?- No sabía que me enfurecía mas, el echo de que le dijese novio al insecto o que él, fue el que me golpeó

-Este... bueno... el creyó que me ibas a hacer daño y pues... al parecer desde que te vio no le agradastes...- respondió

-El sentimiento es mutuo- comenté molestó, ¿Cómo rayos voy a lastimarla? Nunca lo haría, jamás golpearía a una mujer, ni siquiera a las idiotas que me suplicaban quedarse en mi cama les había alzado una mano, en cierto punto solo las sacaba a rastras de mi departamento ¿Pero llegar a lastimarlas? Eso es algo deshonroso aun para mi orgullo.

-Bueno, lo que quiero decir es que lo hizo por celos...- ¿Celos? Celos eran los que yo empezaba a experimentar cada que la veo con el maldito insecto

-¡Que estupidez! Jamaz te lastimaría...- Dije perdido en mis pensamientos

-¡Eh! Sera mejor que desayunemos...- comentó la mujer con incomodidad por mi revelación sin ser previstas por mi

-Quiero la cláusula que te exigí no voy a permitir un envió de robots que tal vez no estén capacitados- traté de remediar mi error iniciando una conversación sobre el contrato

-¿Me estas escuchando?- preguntó molesto al notar que tenia la mirada perdida, nunca me gusto que me ignorarán por lo cual a ella ni se lo pensaba perdonar

-¿Ah? Si... esta bien- respondió. Por lo cual pensé en ponerla aprueba

-¿Estas de acuerdo a que me robes? Oye si no vas a prestar atención, entonces hablame cuando si lo hagas...- dije furioso levantándome al ver que en verdad no me presto atención

-¡NO! Espera... lo que pasa es que lo que quería decirte es que yo... acepto la cláusula de que vengas todos los días a supervisar los robots

-Muy bien, entonces desde mañana vengo a ver el avance... ¿A que hora tengo que estar aquí?- pregunté sonriendo al notar que cayó en mi trampa

-A las cuatro- habló tímida

-Gracias por el desayuno, con permiso me retiro...- sin mas que decir me retire al cuarto de arriba a esperar mi ropa.
Minutos fueron los que pasarón para que llegara un estúpido robot con mis prendas dándome a entender que no soportaba mi presencia o simplemente quería estar lo mas alejada de mi.
Me cambie de vestuario frustrado ya que apenas estaba experimentando aquellas emociones que me eran desconocidas. Decidido a olvidarla pienso venir cada día siendole indiferente para saber como reaccionará ante ello, entre mas pienso mi plan, mas patético me creó.
Después de una hora decidí abandonar la casa, no tenía caso estar ahí mas tiempo de lo innecesario, pero no pensaba darme por vencido.

Mi maestro, Mi estudiante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora