Capítulo 3

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DISCLAIMER: Twilight es de S.Meyer. Si Twilight fuera mío le habría dedicado más de un capítulo a Jazz.

Nuevo capítulo! Gracias a quienes se han tomado el tiempo de comentar esta historia, por favor sigan haciéndolo, sus preguntas y comentarios me ayudan a escribir mejor y más rápido.

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Capítulo 3

Por la noche
cuando muere el sol,
por la noche
cuando muere el sol
que sola me siento
si no está mi amor.

Por la noche / Christina Rosenvinge


Una noche de invierno, típica noche de invierno en Forks, con viento, lluvia y frío, me encontraba durmiendo en mi habitación a las 2:45 am como lo estaría cualquier niña de 6 años en una noche de escuela.

Pero mis sueños fueron interrumpidos por golpes intermitentes en mi ventana... Mi primera reacción fue de pánico, a esa edad aún no descartaba la existencia de monstruos y ya sabía leer por lo que los cuentos de hadas habían alimentado mi imaginación con imágenes horribles!...

Los golpes continuaban, por lo que prendí la luz de mi velador y me atreví a mirar por la ventana esperando encontrarme con un lobo gigante o un vampiro... Pero no, era Jasper! Jasper a los 8 años, completamente empapado y por lo que se veía, congelado.

Corrí hacia la puerta de entrada para dejarlo pasar, y al abrirle lo pude ver de cerca y noté que además de estar empapado, sus ojos estaban rojos y se podía adivinar la sombra de un moretón comenzando a formarse en su mejilla. Qué le había sucedido?

Jazz me abrazó, mojando mi pijama y dejándome sentir su cuerpo helado, y yo lo tomé de la mano y nos dirigí hacia mi habitación.

-Jazz... que te pasó?

-Mamá... -Dijo mirando el suelo –Ha estado tomando otra vez... Pude escapar pero no puedo regresar... no esta noche... Me puedo quedar contigo Bells? Puedo dormir en el suelo... en cualquier parte...

-Mmmmmh claro! –Dije pensando en que a lo mejor Charlie se molestaría por no pedirle permiso, pero el regaño no me importó mucho, no podía dejar a mi único amigo sólo en el bosque en una noche de tormenta, verdad? Busqué entre mi ropa un pantalón deportivo y una camiseta blanca para que Jazz se pudiera cambiar y me dirigí al baño para darle privacidad y poder cambiar el top de mi pijama, que Jazz había mojado con su abrazo.

Al regresar a mi habitación, Jazz se encontraba sentado en el borde de mi cama, temblando de frío y al borde de las lágrimas. Supe instintivamente que además se encontraba avergonzado, por lo que lo tomé de las manos para obligarlo a ponerse de pié y lo dirigí a un lado de la cama donde abrí las sábanas y le señalé que se acostara. Una vez que se recostó lo tapé y rodeé la cama para acostarme a su lado, apagué la lamparita de mi velador, tomé su fría mano entre las mías y murmuré

-Buenas noches Jazz.

-Buenas noches Bells.

A partir de esa noche comencé a dejar la puerta trasera abierta, asumiendo que a nadie en su sano juicio se le ocurriría entrar a robar en la casa del jefe de policía (y afortunadamente estuve en lo correcto, o Charlie me habría estrangulado), por lo que a partir de entonces Jazz simplemente aparecía en la mitad de la noche y se deslizaba dentro de mi cama, muchas veces desapareciendo nuevamente antes de que Charlie se despertara.

Tanto fue nuestro sigilo que Charlie no se enteró de que Jazz pasaba más noches en nuestra casa que en la suya hasta un par de años después, y una vez que le hube confesado las razones de nuestro arreglo Charlie suspiró, dijo un mal de maldiciones en voz baja contra la señora Whitlock y se limitó a arreglar la habitación de huéspedes para Jazz, explicándole que desde ese momento en adelante él podía decorar y usar esa habitación como si fuera suya.

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