Capítulo 5

329 25 0
                                    

Oh! Estoy agotada! Acabo de llegar a casa luego de más de 24 horas de vuelo y 14 horas de diferencia horaria. Ya no sé ni que día ni qué hora es, pero lo prometido es deuda y aquí está el nuevo capítulo. Espero que lo disfruten y me den sus opiniones. Creo que hay mucho que comentar!!!

%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

Capítulo 5

Sé que me harás llorar
Eres un niño con boca de caimán
Sé que me harás llorar
Y aunque me duela volveré a por más

Somos dos perros
Sin casa y sin collar
Estas historias acaban mal

Sé que me harás llorar / Christina Rosenvinge

A los 14 años entré a la secundaria y vi cumplirse uno de mis deseos más preciados, por primera vez tuve una amiga: Alice.

Alice era una niña preciosa, bajita y delgada, con cabello corto y negro, piel tan blanca como la mía y brillantes ojos verdes. Al ser tan pequeña y al no haberse desarrollado aún, se veía mucho más joven de lo que era, ganándose las burlas de los chicos y chicas populares.

Eso la hacía un poco tímida, y esa timidez fue una de las razones por las que congeniamos al principio, ambas sintiéndonos un poco fuera de lugar. Yo estaba fascinada con ella, al no haber tenido casi ninguna influencia femenina en mi niñez la necesitaba desesperadamente en la adolescencia, y Alice parecía saber todo lo necesario sobre ropa, chicos, trucos de belleza, cantantes y artistas de moda y todo lo demás que yo parecía haber ignorado los últimos 14 años de mi existencia, más preocupada cuidar de Charlie y Jazz que de mí misma.

Ella parecía medianamente interesada en mí, adoptándome como su proyecto personal, pero su interés aumentó enormemente la primera vez que fue a mi casa después del colegio. Estábamos ambas en mi dormitorio, yo probándome una falda que Alice me había traído y ella acostada en mi cama hojeando la nueva edición de Teen Vogue.

De pronto y sin aviso se abrió la puerta de mi dormitorio y Jazz entró diciendo

-Dónde estás cariño? Desde cuando llegas sin saludarme? –Deteniéndose de pronto al ver a Alice en mi cama. Yo nunca antes había invitado a nadie a casa excepto por Jazz, por lo que era comprensible su sorpresa. Además Jazz y yo manteníamos por ese entonces una relación oculta, temiendo las repercusiones si se enteraba Charlie de que él y yo estábamos juntos y los comentarios en el colegio, mal que mal Jazz y yo vivíamos bajo el mismo techo.

Por esas razones y para los ojos del mundo Jazz y yo éramos sólo amigos, y tratando de aparentar normalidad nos fuimos volviendo cada vez más consientes el uno del otro justamente para evitarnos en público, lo que supongo que a la larga nos hacía aún más evidentes para cualquiera que quisiera prestar atención.

Al ver a Jasper, la reacción de Alice fue cómica y molesta. Sus ojos se abrieron y sus mejillas se sonrojaron, e inmediatamente se acomodó en la cama para saludarlo batiendo sus pestañas.

-Jazz te presento a Alice Brandon, somos compañeras en el colegio. Alice él es Jasper Whitlock y vive con nosotros y va en penúltimo año –Lo introduje.

-Hola... -Dijo Jazz enrojeciendo y tendiéndole la mano. Ella la tomó inmediatamente entre las suyas con una sonrisa.

-Hola Jasper, ya te había visto en la pista de atletismo... Eres corredor?

-Eeeh... si... Bella puedo hablar contigo un momento? –Dijo enfocándose en mí y mi falda nueva.

-Si... Claro! Alice si me disculpas un minuto? –Dije sin realmente esperar su respuesta y lo seguí a su habitación.

Regreso a CasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora