Capitulo 32

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Soltó mis manos y cerré mis ojos con fuerza. No podía levantarme y había varias razones
1) la verdad, no quería hacerlo
2) Justin era dos veces mas pesado que yo
3) mis piernas no respondían
4) una parte muy sensible de mi cuerpo me pedía a gritos que me quedara.
Y antes de que pudiera reaccionar sentí algo húmedo que me hizo estremecer. Abrí mis ojos de golpe y baje la vista para ver que Justin me estaba besando... un pezon.
Y antes de que reaccionara le dio un mordisco ¡Dios santo!
—¡Ya! ¡Por favor, para! —ordene con la voz mas firme que me pudo salir en ese momento. Justin levanto su cabeza y me miro fijamente a los ojos completamente confundido, claro, yo soy la única ****a que no sabe que hacer en un momento así —lo siento, es que de verdad yo no puedo... En verdad lo siento
—¿Que sientes? ¿Que paso? —pregunto ahora preocupado por mi cara.
—¡Esto! Yo no puedo hacerlo, aun no estoy lista y no tengo idea de que se hace, soy una tonta, en serio perdón... —tape mi cara con mis manos de la vergüenza, no quería que me viera así.
Ese era el momento perfecto para que se levantara, se saliera de la habitación y me dejara sola con mi miserable, inútil y patética vida.
Pero no se fue, se quedo en la misma posición unos segundos respirando con dificultad, después se levanto un poco, me beso las manos y las aparto de mi cara haciendo que nuestros ojos conectaran.
—¡No! Tu no debes de pedirme perdón por nada —me dijo con la mirada mas dulce que me había dedicado alguna vez.—yo lo siento, se supone que iba ser solo un beso... Inocente y me deje llevar, no quise presionarte ni nada por el estilo, esto llego muy lejos y yo...
—no hubiera pasado si yo no hubiera querido, no me presionaste en ningún momento... Bueno, al final si lo hiciste pero solo un poquito —admití. Justin sonrió incomodo y se alejo de mi avergonzado.
Se sentó en el borde de la cama con su cabeza entre sus manos, yo agarre mi blusa y me la coloque rápidamente mientras me daba la espalda. Lo entiendo, había leído que aveces los hombres no se pueden controlar mucho cuando están excitados y... ¡Demonios! No me agradaba pensar mucho en eso, pero si para mi se sintió fantástico, raro y un poco incomodo, el quizás había sentido algo mas o... ¡No lo se, maldición! Hay niños de 12 años que ya saben mas del tema y todas esas cosas que yo.
Mi celular comenzó a vibrar en el escritorio, el se levanto y lo agarro.
—es Lizzy —anuncio mirando la pantalla. Me pare rápidamente y sentí mis piernas aun temblorosas, le dedique una mirada tímida y tome mi celular.
—hola, Lizzy —conteste, Justin salió del cuarto
—¡hola! Estoy aburrida ¿Quieres salir? —pregunto con su típico tono entusiasta.
—por supuesto, solo me tengo que arreglar
—de acuerdo, yo paso por ti en quince minutos ¿Esta bien?
—si, nos vemos —colgué y suspire. Seguramente cuando le contara Lizzy lo que había pasado pensaría que yo era una idiota y era completamente cierto, ahora Justin estaba ahí afuera seguramente enojado conmigo. Y solo porque se me hizo muy difícil hacer el amor.
Bueno, para mi contaría como hacer el amor aunque para el no.
Quizás era por eso, siempre había querido perder mi virginidad con alguien que me amara. Nunca considere la posibilidad de poder hacerlo con alguien a quien yo amaba pero el a mi no.
Salí de la habitación y camine hasta la sala, donde Justin estaba sentado con la televisión prendida, apostaba cualquier cosa a que no le estaba poniendo nada de atención
—Justin ¿Puedo salir con Lizzy un rato? —le pregunte desde el pasillo.
—no soy tu padre _____, no tienes que pedirme permiso para nada —vocifero con voz tensa. Sabia que estaba enojado. Y yo odiaba que se enojara conmigo, y mas si acabábamos de pasar un rato romántico por primera vez.
—¡Te dije que lo siento! —le grite haciendo que volteara a verme un tanto alarmado, yo me quede con miandolo con el ceño fruncido, el tomo aire como dandose valor y se levanto, camino con la vista en el piso, se acerco a mi y quedamos de frente, el no me veía a los ojos y eso me desesperaba —no tienes razón para estar enojado conmigo
—no estoy enojado contigo, bonita —hablo por fin con la voz temblorosa y levanto la vista— tu no tienes la culpa de nada, de hecho deberías de ser tu la enojada, me comporte como un violador...
—yo tampoco estoy enojada, asi que deja de preocuparte tanto, te harás viejito —Justin sonrío de lado aun sin estar del todo convencido.
—¿entonces no estas enojada por que tu mejor amigo casi te viola? —exageró. Solté una risita y negué—¿Segura, segura, segura?
—segura, segura, segura —el suspiro y levanto su mano para acariciar mi mejilla —Hey! ¿Entonces si puedo salir con Lizzy? —le pregunte recordando que llegaría en menos de quince minutos. El viro los ojos y asintió.
Entonces salí corriendo a la habitación y me cambie rápidamente, ni siquiera me moleste mucho en seleccionar lo que me iba a poner.
Justo cuando estaba terminando de cepillar mi cabello tocaron la puerta y escuche como Justin abría, me puse perfume rápido y tome mi bolso para salir corriendo, no quería hacer esperar a Lizzy.
—hola —saludo cuando me vio—te ves muy linda
—hola y gracias —me reí—tu luces linda también, no es como si yo quisiera tener amigos feos
—te buscas puros modelos —se burlo Justin— por eso el mejor amigo esta tan guapo
—claro, que vergüenza que me vean con gente fea
—te entiendo, amiga —murmuro Lizzy con un exagerado gesto gracioso—vamonos ya, tengo hambre
—esta bien, adiós Drew —Justin bufo y se acerco para darme un beso que pretendía ser en la mejilla pero termino siendo en la comisura de la boca. Mi estomago dio un vuelco y mis mejillas ardieron, no era como si no hubiéramos compartido una serie de besos y caricias hacia tan solo unos minutos, pero no podía controlar mi propio cuerpo cuando el me tocaba.
—¿A donde van a ir? —pregunto el. Lizzy se encogió de hombros y me miro.
—eh.... ¡Ya se! Podemos ir a la cafetería que esta cerca del Big Ben, quiero comprar la revista —le explique a Justin. El sonrío y asintió— nos vemos al rato, me esperas para cenar
—claro, no llegues muy tarde ¿Traes tu celular? No quiero que te vuelvas a perder por ahí, cualquier cosa me hablas y yo...
—¡Justin! —lo regañe, Lizzy solo nos veía con una sonrisa burlona— ¿No que no eras mi padre? Te estas comportando como uno
—no me importa, no quiero que te vuelvas a perder —se cruzo de brazos— y te portas bien
—claro señor, yo la cuido —mascullo Lizzy entre risas—nos vemos Justin
—adiós, Lizzy y —me miro con gesto serio— no estoy bromeando, lleva tu celular
—si lo llevo, adiós Drewsito —bese su mejilla de nuevo y salimos de ahí

The Perfect Bucket List  {Adaptada} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora