The Perfect Bucket List {Adaptada} TERMINADA

Capitulo 40

—no te voy a dar gusto en todo Justin, leí en una revista que eso puede ser malo porque luego los hombres se sienten con poder de...
—¿De que estas hablando? Nunca me das gusto en nada —espeto con los ojos entrecerrados, yo lo mire con la boca abierta— bueno...
—no digas nada, señor Nunca Complacido, que te vaya bien con la comida a domicilio
—no me refiero a eso, siempre cambias mis palabras y haces que suenen mal, te encanta hacerte la enojada —yo solté una risita, si la verdad que me encantaba hacerme la enojada con el— eres mala conmigo
—tenias tiempo sin decir eso —me burle— "oh eres mala conmigo"
—no te sale mi voz, no lo intentes —se rió ante mi pésima imitación de su voz—como sea, ya tengo sueño
—yo también —me levante de su lado y camine a su habitación para colocarme mi pijama, con mi pantalón de bigotes, esa Trisha inútil me había quitado todas las ganas de ponerme los bóxers del tonto de Justin.
Por fin ya estaba feliz, después de una semana de depresión y ansiedad de estar con el, aunque me agradaba dormir en el sillón, extrañaba dormir junto a el y que me abrazara fuerte toda la noche como si fuera su osito de peluche, extrañaba desayunar junto a el y pasar todo el día juntos.
Me puse rápido la ropa y me detuve un segundo para mirar mi lista y tachar "robar una tienda de dulces" en total ya eran 10 las cosas tachadas ¿Pueden creerlo? La de "tomar la mano del chico que me gusta" aun no la había tachado, porque aunque nos habíamos tomado varias veces de las manos, aun no se sentía tan especial como para tomar aquello como punto terminado.
Di la vuelta para ver la otra lista, que ya casi tenia todos los incisos tachados, el nombre de Justin escrito por todas partes y muchos corazones.
Gracias a dios Justin respetaba mi diario y no lo había hojeado nunca, seria demasiado vergonzoso que el leyera eso.
Estornude de repente y sentí como la garganta me ardía; no quería tomar los múltiples estornudos diarios como algún síntoma de mi enfermedad porque siempre los había tenido, pero últimamente estaba demasiado paranoica con todo lo que me pasaba.
Esa semana había tenido otros dos dolores realmente fuertes en el pecho y en los pulmones, cada uno mas desgarrador que el otro. Me dejaban débil y sin aliento, estaba muy asustada por eso. El ultimo dolor me dio unos minutos antes de que Justin llegara y había sido mucho mas fuerte que todos los otros.
Estaba parada tomando agua cuando de repente se me contrajo el pecho de nuevo y los pulmones se me empezaron a quedar sin aire; caí al suelo fuertemente y grite mas fuerte que Trisha el día que los vi, el caso es que me puse a llorar como loca porque
en serio sentí que me moría, además me empezó a sangrar la nariz unos minutos después y el dolor no se iba.
Y si iba a morir no quería que fuera justamente ahí, donde Justin llegaría y vería mi cuerpo tirado sin vida en medio de su cocina, seria traumático.
Pero por fin después de casi 10 minutos de sentir que se me iba la vida los dolores se fueron y llame a Marbella.
Y después llego Justin y yo estaba contenta de que no hubiese llegado en medio de mi colapso.
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—no Justin, la odio —voltee la cara y me negué a acariciar a la cochina gata suya.
—ella ya te agarro cariño, no seas miedosa
—no soy miedosa, lo que pasa es que no me gustan los gatos y en lo personal odio a la tuya, todavía tengo cicatrices de sus ocurrencias
—no lo hizo a propósito ¿Verdad mi niña hermosa? —acerco su preciosa cara a la de Kimmo y la beso. Que ni se acercara a mi ahora. Y no quiero ni hablar de mis celos estúpidos hacia una gata.
—no me importa —me cruce de brazos— ya deja que se vaya
—la dejare hasta que le des un pequeño beso, anda se muere por un besito tuyo
—¡Basta! Estupida gata sangre sucia inmunda —Justin empezó a reír y me acerco a Kimmo y bese sus bigotes— ya, que se vaya
—¿Lo ves? No fue nada difícil —la dejo en el piso y ella corrió rápidamente hacia dentro. Estábamos una vez mas tirados en el balcón de la habitación de Justin, come y come dulces como si no hubiera un mañana.
Teníamos ya casi una semana de haber robado la dulcería y aun seguíamos tragando dulces como cerdos a todas las horas del día.
Acaba de obscurecer y rápidamente el cielo se había poblado de estrellas, lo que me recordó un punto en la lista de el chico de mis sueños y tenia que nombrar una estrella con mi nombre.
Era algo tremendamente estupido y Justin jamas lo haría por si solo. Y aunque pedirle que lo hiciera sonaría súper patético, realmente ya no me importaba mucho, yo solo quería que una puta estrella tuviera mi nombre.
—Justin ¿Te importaría nombrar una estrella con mi nombre? —le pedí después de unos segundos de silencio aun con la vista posada en las estrellas, buscando la mas bonita.
—¿Nombrar una estrella? —pregunto confundido— ¿Para que?
—porque esta en mi lista que alguien nombre una estrella con mi nombre, aunque no tengo nombre de estrella pero eso no importa
—ah... Bueno ¿Como se hace? —es que todo lo que tenia de guapo y perfecto lo tenia también de tonto.
—solo dices, umm, esa estrella se llama así
—¿Así? ¿Así como? —solté un suspiro exasperado.
—ahí dices el nombre, imbécil
—oh, lo siento jamás eh nombrado estrellas antes —rodo los ojos— ¿para que sirve, de todos modos?
—para nada, solo quiero que lo hagas, anda hazlo
—esta bien, esta bien ¿vez aquella, la grandota?
—umm, no ¿dónde esta? —trate de seguir su dedo.
—aquella, la mas gorda —su dedo iba directo a la luna —¿la vez ahora?
—si claro, eres el tipo mas gracioso del mundo —el rio y puso su brazo sobre mis hombros— no sirves para esto
—no sirvo para nada, cariño, pero no entremos en detalles, creo que nombrar estrellas esta muy usado ¿qué tal si nombro la luna con tu nombre? ¿ya lo ha hecho alguien en alguna película? No lo creo
—no, no lo han hecho —reí como idiota y me recosté contra su cuerpo— seria completamente original
—esta bien, entonces... De ahora en adelante aquella cosa que brilla en las noches se llama ____, porque yo Justin Drew Bieber, lo digo