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Primer día de rodaje.

Por fin, tras innumerables quebraderos de cabeza para adaptar el guión a las nuevas necesidades, éste estaba listo y Ralph, el personaje interpretado por Siwon, hacía su primera aparición.

No había resultado sencillo, pues ya tenían establecidos los temas y las pautas de la trama de acuerdo con la idea inicial; sin embargo, trabajaron contrarreloj para poder insertar las modificaciones precisas y que aquello echara a andar en las fechas previstas.

Por supuesto, la flamante nueva incorporación había levantado muchas expectativas entre las seguidoras de «Platos rotos», lo cual, si bien no suponía un éxito seguro, al menos sí auguraba un buen arranque de la segunda temporada, que, dependiendo de la aceptación, incluiría los cambios que fueran oportunos.

Se las habían arreglado para que él regresara a la vida de la protagonista, Angélica, tras haberla abandonado por otra. Ahora aparecía de nuevo en su horizonte dispuesto a reconquistarla; eso sí, le iba a costar lo suyo, pues ella no estaba dispuesta a perdonarlo sin más.

La idea era que él se esforzara con todo tipo de demostraciones de amor para convencerla de tal forma que la serie pudiera explotar todo el catálogo de tópicas situaciones, dirigidas al mayoritario público femenino.

Cenas románticas, pruebas de amor eterno, declaraciones plagadas de palabras tiernas, momentos de arrepentimiento, encuentros íntimos...

Todo ello, faltaría más, en los ambientes precisos, a saber: restaurantes de lujo, mansiones de revista, playas paradisíacas... cualquier escenario con glamur y que, con ayuda de los efectos especiales, se pudiera recrear para satisfacer al público.

Todos esperaban, cruzaban los dedos más bien, no sólo que el fichaje estrella apareciera puntual y con el guion aprendido, sino que, paradojas de la vida, preferían que no se metiera demasiado en el papel de alcohólico dispuesto a rehabilitarse para reconquistar a la chica.

Puede que experimentar en primera persona la vida y milagros de su personaje fuera, para otros actores, un buen método para actuar; sin embargo, en el caso de Siwon no era en absoluto necesario, pues tenía experiencia para dar y tomar.

Todos andaban revueltos, nerviosos, expectantes... incluso se habían hecho apuestas, pues no era ningún secreto que la nueva incorporación causaba problemas allá por donde iba, de ahí que nadie fuera tan tonto como para arriesgarse y contratarlo; sólo, y a saber por qué, John Mills le había ofrecido firmar un contrato.

—¿No vas al set de rodaje? —preguntó Heechul acercándose a su amiga.

La había visto a primera hora, cuando salieron juntos de casa, pero no terminaba de asimilar el indescriptible conjunto de chaqueta a cuadros azul y verde, con la falda a juego, y blusa celeste.

—No —le respondió sin dejar de teclear.

Él, divertido, se sentó en una esquina de la mesa y decidió pincharla un poco. Se había tomado un descanso y nada mejor para relajarse que pasar un rato con la Fea, tal como todos la apodaban ya en la productora.

A él le molestaba que los compañeros la llamaran así de forma despectiva, ya que él, que la conocía perfectamente, podía atribuirle ese adjetivo sólo en plan de broma, pero el resto se fiaba únicamente de sus pintas.

Cierto que el mote pecaba de falta de originalidad; sin embargo, cumplía a la perfección su cometido y la definía divinamente.

Quiero lo mismo que tu (Adaptación Siwon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora