Siwon se atragantó con la cerveza.
—Joder, me cago en la puta... —exclamó al salpicarse la americana del traje.
Heechul, atento y deseoso, por qué no decirlo, de ponerle la mano encima, corrió a ayudarlo y sacó unas cuantas servilletas de papel para limpiarlo.
—No creo que quede mancha —murmuró tras ocuparse de la cerveza derramada, dejando la tela impecable, para lo que se arrimó todo lo que pudo y disfrutó de su colonia, que no identificó. En otra ocasión le preguntaría la marca, porque olía divinamente.
—Gracias —graznó Siwon apartando al servicial amiguito y volviendo a mirar a la secretaria, mosca, sin duda, por ese repentino cambio.
Como representante de una especie, los XY, poco o nada dada a saber leer entre líneas, y menos aún si quien «escribe» es una mujer, no llegaba a entenderlo y necesitaba una explicación para asimilar por qué ahora ___________ se presentaba ante él como si fuera Miss Universo justo antes de ser coronada.
Entrecerró los ojos y directamente puso en funcionamiento su escáner para averiguar qué clase de artificios había utilizado la Fea.
Entonces se acordó de su representante y su, digamos, afinidad con esa chica, sospechando de inmediato que ese mal llamado amigo había visto algo que él, debido a una combinación adversa de factores, había pasado por alto.
Claro, cuando a uno le intentan achicharrar las pelotas, no se muestra, lo que se dice, muy perceptivo.
Siguió observándola; podía ser que el alcohol ingerido desde que lo recogieron en su casa hubiera producido un efecto «embellecedor» y que, en cuanto éste se evaporase, volviera a verla como siempre. Además, también podría deberse a la calidad del whisky, pero esta última posibilidad prácticamente quedaba descartada: no se acercaba a una botella que no indicara doce años o más.
—¿Ocurre algo? —preguntó Heechul rompiendo ese tenso silencio y se acercó hasta su amiga para que ésta, en vez de seguir como un pasmarote, diera un paso al frente, ya que lo había dejado sin palabras y podría aprovechar la ventaja.
Negó con la cabeza; vaya pánfila estaba hecha: cualquier otra hubiera, uno, movido las caderas como Dios manda; dos, inspirado para que el escote se tensara, y tres, y no por ello menos importante, relamió sus labios con picardía para insinuar la posibilidad de que quizá, a lo mejor... algún tipo iba a tener suerte esa noche y que, si no se esforzaba, ése podía ser cualquiera.
—Vámonos —masculló Siwon como respuesta, finiquitando la cerveza sin molestarse en tirar a la basura la lata vacía.
___________, dando pequeños pasos debido a sus taconazos, no iba a poder seguirlo, así que se concentró en no caer de bruces antes de llegar al ascensor.
Él, fiel a su política de no intervención, salió a la calle, sin mantener la puerta entornada, sin ofrecerle el brazo y sin esperar a que el chófer abriera el coche para que ella montase primero.
Como buenamente pudo, _____________ se sentó con la precaución de no estropear el maldito vestido y se concentró en sonreír, como si todas las semanas tuviera dos fiestas en su agenda y los famosos se rifaran su compañía.
—¿Te apetece un trago? —preguntó él unos minutos después mostrándole su petaca. Un ofrecimiento poco o nada apropiado, más acorde con una juerga entre colegas que como acompañante de una mujer, pero eso le traía sin cuidado.
—No, gracias —respondió una ___________ recatada y prudentemente distante, pues no iba a arriesgarse a que él se enfadara, así que lo mejor era tener contenta a la estrellita y que fueran pasando los minutos sin mayor contratiempo.
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Quiero lo mismo que tu (Adaptación Siwon)
Fanfic__________, está deprimida; sólo quiere encerrarse en casa, atiborrarse de calorías y escuchar música romanticona resignada, traza nuevos objetivos, empezando por buscar un empleo en el que el jefe (condición indispensable) no sea...