𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟐: 𝐇𝐞𝐜𝐡𝐢𝐳𝐨𝐬 𝐲 𝐜𝐞𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐡𝐨𝐠𝐬𝐦𝐚𝐝𝐞.

34 4 0
                                        


T/N:

Había pasado un día desde aquel maldito ensayo de baile.
Y cuando digo "maldito", quiero decir bendito y perturbador a la vez.
No podía dejar de pensar en el modo en que Snape me había tomado de la cintura. Firme, seguro, sin una palabra de más, pero con una intensidad que me había dejado los nervios hechos un nudo.
Había algo en su mirada que... Merlín, no sabía si quería que me diera una detención o que me volviera a sacar a bailar.

Hermione me arrastró al Gran Comedor antes de que siquiera terminara mi café. 
—T/N, ¡hoy vamos a Hogsmeade! —anunció con una emoción que no sentía ni para los exámenes.
—¿Y eso es noticia? —pregunté con sueño.
—Sí, porque vamos a elegir nuestros vestidos.
—Ah... fantástico —dije, sin una pizca de entusiasmo.

La verdad, el baile no me quitaba el sueño. O al menos, eso intentaba creerme.

"Concéntrate, T/N", me repetí mientras Hermione me arrastraba de la mano por Hogsmeade.

—Apúrate, o se nos adelantan con los vestidos —decía con esa voz emocionada que solo usa cuando hay libros o ropa de por medio.

Entramos a una tienda pequeña, llena de cintas, telas y encajes. Hermione se probaba un vestido color lavanda mientras yo buscaba algo más sobrio. Al final, terminé con uno negro esmerilado con reflejos verdes que se cenia muy bien a mi silueta con un tajo en la entrepierna —no podía negar mi orgullo Slytherin.

Hermione me miró y dijo:
-¡T/N! Ese vestido grita "Snape se va a desmayar".

Casi me atraganto con el aire.
—¿Qué? ¡Hermione! —protesté, sonrojada.
Ella se encogió de hombros, divertida.
—Vamos, T/N, todos sabemos que eres su favorita.

No respondí. Quizás porque lo que dijo me dolió y me alegró al mismo tiempo.


Después de comprar los vestidos, finalmente me salí con la mía y arrastré a Hermione a la librería.
El olor a pergamino y tinta era mi paraíso personal. Hermione se fue directo a la sección de Encantamientos. Yo, por supuesto, me perdí entre los libros de defensa avanzada.

Saqué uno del estante, "Tácticas Auror de Alto Nivel". Tenía que admitirlo: mi meta no era cualquier cosa. Quería ser una aurora de élite, como Harry planeaba ser.

Estaba hojeando el índice cuando una voz me hizo congelarme.
—¿Intentando aprender a desarmar a tus profesores, señorita Edwards?

—Profesor Snape... —murmuré, con un intento inútil de parecer tranquila.
Estaba allí, entre los pasillos, de negro de pies a cabeza, como si la oscuridad lo siguiera de manera natural.

—Solo estudio. Usted mismo me dijo que debo ampliar mis capacidades —contesté.
—Dije ampliarlas, no agotarlas antes de tus exámenes —replicó con su tono sarcástico habitual.

Aun así, había algo distinto en su voz.
No sé si era porque estábamos fuera del castillo o porque llevábamos semanas entrenando juntos, pero ya no me intimidaba... al menos, no del todo.

—¿Y usted, profesor? ¿Buscando pociones románticas para el baile? —pregunté con media sonrisa.
Me miró con ese gesto suyo de "no puedo creer que hayas dicho eso".
—Las pociones románticas son para mentes vacías, señorita Edwards.
—Entonces no las necesita.

Por un momento, el silencio se volvió espeso.
Sus ojos se posaron en los míos, y juraría que algo titiló ahí, como un hechizo que no debía lanzarse.

—Regrese al castillo antes de que anochezca —dijo al final, dándose media vuelta.
—Claro, profesor. No sea que alguien piense que vino a acompañarme.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐀𝐥𝐰𝐚𝐲𝐬- 𝐬𝐞𝐯𝐞𝐫𝐮𝐬 𝐬𝐧𝐚𝐩𝐞 𝐲 𝐭𝐮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora