Era hace mucho tiempo en lugares que nunca había imaginado el ser humano, porque la mente del ser humano no es capaz de ver tanta belleza; un pueblo. Existía un pueblo cerca de un reino en donde todos vivían en paz y desde luego, era un reino prospero. Aunque la verdadera riqueza del reino no era su oro, sino las personas. Las personas comunes que lograban realizar grandes cambios.
En el pueblo vivían personas ordinarias que tenían definido su papel en el reino como el panadero, albañil, vendedor, etc. No era usual que una persona fuera diferente al resto, pero en este reino vivía un muchacho llamado Nollan Listfeber. Nollan tenía buena posición económica, pues vivía en un muy buen barrio, podría decirse que el mejor del pueblo. Tenía muchas posesiones de valor, pero no todas eran materiales, para él eso era superficial. Tenía una madre elegante y hermosa; un padre que se dedicaba a comerciar con otros reinos; y muchos siervos de la casa que lo habían visto crecer y lo habían aconsejado en tiempos grises y penosos para la familia.
Era la vida que cualquiera desearía, pero había una desventaja. Él afortunado muchacho no tenía muy buen aspecto físico, y la parte más notoria era el rostro. Esto le daba mucho problema ya que se sentía rechazado por los habitantes del reino; así pensaba él. Pero no eran todos, la mayoría se comportaba amable con él; ya fuera por ser parte de la familia Listfeber, por saber que podían generar amistades con su padre, o por interés. El verdadero problema eran las doncellas que para ese entonces buscaban un compañero fuerte, amable, adinerado, pero principalmente apuesto, todo un "caballero" o "príncipe" como ellas lo llamarían. Una simple ilusión, pues probablemente no se encontraría a nadie con esas descripciones.
Lo especial de él era que a pesar de todo lo que le afectaba, Nollan no dejaba que algo tan superficial le dañara su identidad que con tantos años había forjado en su hogar. Encontraba fuerzas para continuar y para ignorar todas esas burlas, era notable que le afectaban, pero él las escondía solo para evitar que los habitantes experimentaran aquel sentimiento que detestaba, la lastima.
Aunque no tenía buen aspecto físico, por dentro Nollan era bondadoso, gentil, amable, sentimental, romántico, respetuoso, tolerante, pero de todas estas y más, su mayor virtud era ser un soñador de buenos sentimientos. Con un corazón tan grande que podía llegar a amar y perdonar a todas las personas que le hacían daño. Ya lo había hecho antes, y sabía que era una de las mejores maneras para continuar, en lugar de llenarse de resentimiento y celos hacia los demás; terminando así odiándose por haberse convertido en un ser con sentimientos desagradables, por culpa de las circunstancias desafortunadas de su vida.
Pero para esa época eso no le importaba a nadie. Ni siquiera a sus padres les interesaba lo que Nollan pensara; aun cuando él en una ocasión les comentó de una sincera manera lo que sentía. Sus padres le proporcionaban todas las comodidades que el dinero les permitiera, pero si se menciona un tipo de apoyo emocional, Nollan no lo recibía. Los siervos y empleados de la casa Listfeber lo aconsejaban y eran su mayor soporte cuando él tenía problemas. Sus padres lo amaban pero no consideraban importante el no tener "buena apariencia", para ellos eso era una ofensa. Los Listfeber no necesitaban mostrarse inconformes con las demás familias y habitantes del reino.
No necesitaban agradar la vista de las demás personas pues eran una familia respetada y eso debería ser suficiente para que Nollan tuviera la suficiente confianza, pero él se sentía de otra forma. No había problema alguno cuando se relacionaba con personas con más edad que él, pues a sus veintitrés años, no era extraño que aún no estuviera casado. La edad común para contraer matrimonio estaba entre los veintiséis y los treinta y seis años de edad; pero siempre se encontraban aquellos que descubrían una compañera antes de los veinticinco.
Pero los jóvenes nobles y las doncellas no se relacionaban con Nollan porque les causaba una incomprensible repulsión, no solo por su apariencia; sino su forma de agradar a todos los adultos, con los que ellos siempre discutían, era una parte que detestaban. Además era el joven que recibiría la mayor herencia de todo el reino, y eso llegaba a generar varios enemigos innecesarios, pues los jóvenes varones, le tenían envidia y desprecio porque pensaban que la riqueza atraía a las doncellas más hermosas. Pero estaban equivocados porque Nollan nunca tuvo una pretendiente, y la familia no estaba interesada en comprometer a su hijo con cualquier doncella.
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La historia del amor prohibido
RomanceEsta es la primera parte de "La historia del amor prohibido" titulada: EL INICIO DE UN BELLO TRAYECTO. Trata acerca de un muchacho llamado Nollan Listfeber que está enamorado de la chica más bella del reino; ella lo rechaza por ser de apariencia...