Capítulo 14: La ayuda bajó del cielo

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Estando los dos en un lugar privado entonces Nollan consiguió contarle absolutamente todo porque estaba convencido que ella era su amiga y que podría ayudarlo, Stea con mucho gusto le ofreció su ayuda porque quería que volviera a conquistar a Margott, pero en realidad ella ya no lo quería y así sería más difícil convencerla y tratar de que ella se enamorara de él una vez más, pero a pesar de todos los obstáculos esto no la desilusionó porque sabía que ella podía hacer cualquier cosa posible para ayudar a Nollan y sabía que si él le daba lo que ella quería a cambio sería un trato justo y los dos obtendrían lo que buscaban.

Pero aunque en realidad no estaba un cien por ciento segura de que Nollan le podría dar lo que ella buscaba dejó esos pensamientos a un lado, además sabía que lo importante era reconquistar a Margott, pero observó que él tenía mucha competencia, en el sentido de poder conquistarla, por los otros chicos, pensó que en estos aspectos Nollan podría fallar ya que no era su fuerte tener una actitud positiva, tener confianza, estar seguro de sí mismo y mucho menos estar seguro de su apariencia física así que ella en realidad no podía asegurar ¿Qué era lo que iba a hacer para ayudar a Nollan, a poder conquistar a esa chica "otra vez"?, pero en eso a ella se le ocurrió una gran idea y a pesar de que no estaba muy convencida del resultado, quiso contarle a Nollan.

- Mmmm... Se me ha ocurrido una idea, qué tal si le puedes dar algo que los demás chicos nunca le darían, que le guste y así ella se impresionaría de la atención que tú le tienes y lo enamorado que estás, porque nadie más le pudo dar ese obsequio preciso que ella tanto anhelaba. Dijo Stea, no muy convencida de que Nollan le gustara esa idea.

- Ahhhh, no lo sé, es una muy buena idea, pero yo no tengo conocimiento alguno de qué es lo que a ella le gusta; a pesar de que yo estoy profundamente enamorado de ella precisamente no la conozco tan bien como para poder decirte qué es lo que en realidad ella anhela. Contestó Nollan dudando un poco de la idea, pero sin embargo no dijo que no sería posible.

- Tienes toda la razón, yo tampoco sé qué es lo que le gusta y mucho menos la conozco, ya que si tú no la conoces ¿Cómo es posible que yo pueda saber qué es lo que ella en realidad quiere? ¡Eso es absurdo! No soy su amiga, ni siquiera una conocida ¿Cómo podría yo saber eso? ¿Acaso no estás de acuerdo? Comentó con un ambiente sarcástico Stea, mientras reconociendo que no era una excelente idea, Nollan lo interrumpió al final.

- No todo lo que acabas de decir es un desperdicio, podríamos usar una parte de tu plan, porque podrías tu hacerte amiga de Margott y preguntarle qué es lo que ella en realidad anhela, y si no quisiera contestarte nos sería muy útil tenerte a ti como su amiga, para que entre nosotros dos podamos hacer más planes si éste no llegase a funcionar. ¡Me encanta! ¿Acaso no es una excelente idea? Hacemos un excelente equipo, tú tienes planes pero no sabes cómo ejecutarlos y mis planes son absurdos, pero puedo hacer que funcione. Dijo Nollan mientras se paraba y con entusiasmo caminaba de un lado a otro de la habitación.

- ¡Excelente no puedo esperar más para poner en práctica nuestro plan! Respondió Stea con una enorme sonrisa en el rostro.

Mientras los dos viejos amigos planeaban la estrategia que utilizaría en el siguiente día, los padres y las sirvientas invitaron amablemente a Stea a cenar, pero entre plática y plástica que sucedió en esa inusual noche llegó la tarde y al padre le pareció muy simpática e invitó a quedarse el tiempo que quisiera en su humilde hogar mientras estaba de visita, ella muy contenta aceptó muy entusiasmada porque sabía que así tendría más tiempo con Nollan y lo podría ayudar más fácil y así esa noche ella se quedó en un cuarto apartado que tenían para visitas, por primera vez formó parte de una familia, la familia Listfeber.

La historia del amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora