The Boy In The Attic [h.s] •En Proceso•

|7.5|

Capítulo 8 (parte 1)

Esperé con mis labios levemente separados para evitar sofocarme mientras Harry se tomaba su tiempo para empezar a explicar. Suspirando, corrió una mano por su cabello y se volvió para mirarme. Moví mis ojos hacia un lado por un momento cuando me di cuenta que la sábana se hundía más en sus caderas.

—Es realmente muy gracioso—sonrió, mirando fijamente hacia un espacio mientras fluían sus palabras. Su voz era todavía áspera por el hecho de que obviamente no había estado levantado por mucho tiempo. Estaba mal el pensar en eso como una leve incitación, pero no podía conmigo misma.

—Estoy desnudo ahora si te soy sincero.

—¿Tu qué?—pregunté, tropezando mientras intentaba levantarme de la cama y alejarme de él. Era extraño el estar en un ático con un fantasma desnudo, pero más, que fuera un joven con una mente pervertida. Tan sucio como la casa había estado hace días.

Él se rió ligeramente y agachó su cabeza, con sus ojos centrándose en las arrugadas sábanas y almohada debajo de él.

—Sólo estaba bromeando.

Lo observé con amplios ojos mientras usaba una mano para destapar la sábana y revelar el elástico de bóxers negros. Éstos permanecían extremadamente bajo en su cintura, con las caderas apenas manteniendo sus partes privadas ocultas. Lamentablemente el fino tejido no ocultaba el contorno de las mismas.

Ajustando la banda, su sonrisa creció más y pasó sus dedos por el ligero vello que tenía cerca a su línea V, y pensé en lo que había más abajo.

—Necesitas subirlos hasta la cintura—dije, cruzando mis brazos y mirando lejos de él—. Estoy segura de que nadie quiere ver eso—su risa era débil mientras suspiraba y sus manos se movieron desde la esquina de mi ojo.

Cuando miré hacia atrás, él los había subido sólo un poco para que no se deslizaran hacia abajo y revelaran nada. Encontrando sus ojos, la sonrisa que nunca había abandonado su rostro aumentó.

—¿Decepcionada?—bromeó.

Yo rodeé mis ojos y me senté nuevamente junto a él mientras esperaba una explicación. Sus pálidos ojos se deslizaron alrededor de mi rostro durante unos segundos, supuse que estaba tratando de descifrar mis emociones o averiguar lo que estaba pensando. Conociéndome, fui probablemente un poco desafiante.

Pero él me sorprendió cuando suspiró y cruzó sus brazos sobre su pecho desnudo. Pequeños rizos cayeron en su frente al momento que los apartaba de estorbar. Sin embargo, yo tuve el efecto contrario, y más de su cabello caía sobre su rostro.

—Aquí—me reí, mientras mi mano subía a su frente.

Al momento pude haber pensado menos sobre eso, pero después que mis manos cepillaron su piel y sus suaves rizos se envolvieron alrededor de mis dedos, mi mano titubeó. Tomando una tranquila pero profunda respiración, seguí cepillándolos hacia arriba y fuera de su rostro.

—Gracias—Harry sonrió, obviamente consciente de la tensión en el aire.

Tensión que el ciertamente no consideraba que fuera rara.

Alejando mi mano, mi cuerpo siguió la acción y dejé escapar el aliento que había estado sosteniendo. Harry lamió sus labios con su lengua mientras se sentaba recargándose en la cabecera de la cama y me observaba con ojos cautelosos.

—¿Qué comerás para la cena Rosie?

Rodé mis ojos ante el nombre, sonaba tan infantil e igual a cómo mi papá solía llamarme. Quería decirle a la gente que eso formaba parte de la razones, pero sólo traería recuerdos que no quería revivir.