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Capítulo 11 (parte 1)

Al principio quise comenzar a separarme. Pero luego me acomodé de nuevo en la cama e ignoré el toque de su brazo alrededor de mis hombros. Simplemente porque no estaba segura de cómo me sentía con ello. En las últimas dos semanas, ese raro sentimiento que se había creado entre los dos se había desvanecido en el momento.

Era algo que me gustaba.

Había algo sobre Charlie que no podía descifrar. Era diferente a los demás chicos que había conocido. Aparte del hecho que no me había etiquetado como rara al momento que se enteró del accidente con mi padre.

Eso por sí sólo era una bendición.

Tal vez era su tierna sonrisa que hacía que mi estómago se sintiera de manera extraña. No es que fuera para tanto pero indudablemente pensaba en ella. Quizá me gustaba el sentimiento de él alrededor. Su presencia me hacía sentir segura y a salvo.

Si darme cuenta, me apegué más a él. Sin duda el hecho de que estaba viendo The Walking Dead ayudó a la situación. Charlie se movió junto a mí, acomodando una de sus piernas debajo de él. Sus ojos observaron mi rostro hasta que encontró mi mirada.

— ¿Estás siquiera viendo?— preguntó, claramente apuntando al hecho que lo estaba observando.

— ¿A ti o al programa?— sonreí. El me regresó el gesto y justo cuando pensé que se iba a inclinar y hacer algo a lo que seguramente me hubiera apartado, giró su cabeza de vuelta al televisor.

— Nunca me agradó mucho.— suspiró, refiriéndose a Beth.

Sabía que estaba tratando de aligerar el ambiente por sólo Dios sabía cómo mi rostro había lucido en los últimos segundos. Debí haberlo espantado a muerte o al menos arruinado cualquier pizca de confianza que hubiera tenido.

Pero a penas y nos conocíamos y vamos, había aprendido más de Harry en las últimas semanas que lo que Charlie y yo soñaríamos conocer del otro en dos meses. No habíamos hablado siquiera tanto hasta ahora.

Y en ese momento me preguntaba por qué.

— ¿Charlie?— pregunté, no queriendo retener la pregunta en la punta de mi lengua. Estaba segura que no le importaría responder a tan simple pregunta.

— ¿Mhm?— murmuró mientras se giraba en mi dirección.

—Hemos hablado más esta noche que en las últimas dos semanas.— decidí soltarlo de manera diferente mientras salía de mi boca. Pareció funcionar de manera proactiva mientras se encogía de hombros, moviéndose para quedar totalmente frente a mí.

Removió su brazo de mis hombros y nuestros cuerpos dejaron de tocarse.

Me hizo encogerme pero no por instinto, sino por la sensación de que me faltaba algo. Fue raro pero sonreí un poco mientras él comenzaba a responder mi pregunta, con clara concentración en su rostro.

—Supongo que esta ha sido nuestra noche.— sonrió.

Se estiró para tomar el control remoto y presionó un botón, luego la pantalla del televisor se volvió negra. Mi corazón comenzó a acelerarse ante lo que había dicho.

Estaba segura que después del trágico daño mental y sexual que su tía le afligió él no trataría de hacer lo mismo conmigo. Sentí mi cuerpo moverse hacia atrás al borde de la cama. Los ojos de Charlie se ampliaron ante mis acciones.

—Uh, oh no. Rose no quise que me mal entendieras, lo juro. Sólo iba a preguntarte si querías ir por algo de comida. Obviamente no estabas prestando atención al programa.— hizo un gesto hacia el televisor antes de soltar una pequeña risa.

Sentí el calor incrementar hacia mis mejillas mientras trataba de no mirarlo a los ojos, mitad avergonzada y mitad por lástima. Automáticamente asumí que estaba tratando de hacer algún movimiento sexual y considerando que apenas y lo conocía hubiera sido entendible.

Pero luego el abuso del que él había formado parte llegó a mis pensamientos y me sentí como una persona horrible.

Honestamente pensar que él iba a asesinarme hubiera sido mejor.

—Lo siento.— murmuré, aún mirando hacia abajo. En ese momento quería correr de vuelta a Harry y enterrar mi cabeza en una de las almohadas de la cama. Su escencia se había impregnado en las fibras después de los primeros días de haber estado allí gracias a su constante manera de revolcarse.

No quería decir que todos mis pensamientos querían ir de vuelta a él especialmente por el hecho de que apenas y conocía más que su nombre. Pero no podía evitarlo, no tenía esa sensación extraña en mi estómago que tenía con Charlie pero había algo más que se centraba alrededor mío.

Harry parecía rodearme de tranquilidad y no podía negarlo o pasarlo a alguien más. Suspirando, me forcé a mirar a Charlie. Su expresión facial era dulce y llena de entendimiento. La pequeña sonrisa pintada en su rostro hizo que sonriera.

Me ofreció una mano y la tomé para que pudiera ayudarme a levantarme de la cama.

—No tienes por qué pedir perdón.— anunció mientras caminaba alrededor de la cama hasta llegar a la puerta. Dejé caer mi mirada hacia el suelo, una vez más evitando la suya.

—Sí tengo.— murmuré.

—No.— su voz se escuchaba un poco más fuerte esta vez, demandando mi atención. No me asustó, no fue en un tono amenazante, pero hizo que levantara mi cabeza y lo viera a los ojos. Un lado de su boca se curvó ligeramente.— Puedo entender lo que sentiste. Quiero decir, no pensé mis acciones al momento de hacerlas.— me encogí de hombros ante la manera que él me estaba defendiendo en lugar de a él mismo. Fue un lindo gesto pero aún así inaceptable.

—No estuvo bien de mi parte.— dije, mirando delante de mí mientras abría la puerta.— Ahora vayamos por unos refrigerios.

Sonrió ante mis palabras pero me siguió escaleras abajo sin decir ni una palabra más, mucho menos ninguna pregunta.

***

Era un lugar frío y confinado en el que estaba.

Las paredes estaban hechas de un frío metal que encerraban mi cuerpo en el pequeño espacio. El aire era denso con una escencia que me recordaba a tierra. Sucia humedad y pasto.

No había ninguna luz en el pequeño espacio en ninguno de los cuatro lados, estaba atrapada entre las paredes. Arriba y encima de mí estaba igual de solitario. Quería gritar pero mi garganta estaba seca y dolía. Mientras luchaba con mis palabras, mi garganta se volvía cada vez más adolorida.

Un sabor convulsivo inundó mi boca después de un momento y escupí, el líquido corrió fuera por mis labios y barbilla hasta caer en mi ropa. Sólo hasta que reconocí el rancio sabor a hierro comprendí que era sangre.

Tosí un poco, causando que mi garganta doliera aún más de lo que ya dolía y el sonido de ella estampando en mis zapatos llegó a mis oídos. Me recargué en una de las frías paredes, agradecida de que hubiera suficiente espacio para hacerlo.

Mientras permanecía allí, mi cuerpo empezó a temblar por la baja temperatura y el miedo que estaba tomando control de mi mente y cuerpo, así que cerré los ojos.

Traté de imaginar un lugar pacífico, cálido y seguro.

Me tomó un momento, pero mi mente finalmente registró una locación. Sentí mi cuerpo impregnarse en el calor de otro y la familiar ventana con sólo la pequeña filtración de luz de luna era suficiente para yo poder ver alrededor de la habitación.

—Estás a salvo.— Harry susurró en mi oído mientras el dolor y frío en mi cuerpo comenzaba a desvanecerse.

•°•°

No se asusten, irán comprendiendo todo más adelante.

También creo que comenzaré a subir los capítulos cada martes y viernes (:

The Boy In The Attic [h.s] •En Proceso•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora