The Boy In The Attic [h.s] •En Proceso•

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Capítulo 3 (parte 1)

Observé la comida delante de mí, tratando de hacer que los pálidos colores me atrajeran. Pareció ser la primera vez en toda mi vida que la comida no se apoderó completamente de mí cuando fue puesta delante mío. Especialmente cuando esa comida resultó ser una de mis favoritas.

Pero lo que dijo Harry y como desapareció después de que habló es lo que ha captado mi atención. Él no sólo desapareció por unos segundos y después apareció diciendo que fue una broma. Él se fue en cuanto di media vuelta y después de eso no lo vi, ni tampoco alguna pista de que estuviera allí.

Conner y yo encontramos la manera de subir la cama y rápidamente limpiar el ático antes de bajar las escaleras y terminar de limpiar lo demás para ir a cenar. Eso fue lo único que no me hizo gritarle a las paredes tratando de que Harry reapareciera y se explicara. Si Conner no hubiera estado ahí, probablemente lo habría hecho.

—¿Te comerás tu cheesecake?—mi madre preguntó desde el otro lado de la mesa, sus marrones ojos se giraron hacia Conner en preocupación.

—La verdad no tengo hambre—murmuré, alejando el plato de mí y poniendo el tenedor sobre él. El contacto ocasionó un estrepitoso ruido y mi madre frunció el ceño hacia mí en desaprobación.

—Rosie—ella comenzó a hablar pero la corté.

—Rose mamá. Es Rose.

—No creo que ese sea un tono apropiado para usar cuando estás hablando con tu madre—Conner intervino y en ese momento fui feliz de que no tuviera ningún cuchillo cerca o se los hubiera lanzado a ambos.

—¿Saben qué? ¿Por qué no sólo volvemos a esa estúpida casa y así podré ir a la cama?—sonó raro lo que dije, la palabra hogar nunca cruzó por mis labios. Simplemente porque no era un hogar y no lo iba a llamar así cuando no se lo merece.

—Bueno, en realidad estamos aquí para conocer a unos de tus nuevos compañeros de cuarto.

—¿Compañeros de cuarto?—pregunté, completamente atónita.

—Así es—mi madre sonrió, inconsciente del enojo incrementando dentro de mí.

—Su nombre es Lisa y estará quedándose con nosotros. Tiene un hermano además, su nombre es Charlie y se reunirá también junto con ella.

Apreté mi mandíbula y me recordé que ella era mi madre y de que estábamos en un lugar público. Si no, probablemente le aventaría el cheescake que tengo delante mío, con todo y plato.

—Oh ¡ahí esta ella!—mi madre canturreó, mirando detrás de mí e ignorando la mirada que le estaba mandando.

Observé a Conner para no girarme a mirar a Lisa, quien estaba detrás de mí en la dirección la cual mi madre tenía su mirada. Él murmuró que era mejor quedarme callada antes de mirar en la misma dirección que mi madre y sonreír.

—Hey—una tranquila voz dijo detrás de mí, y aprecié el hecho de que no sonara como el de todas las personas del restaurante. No era aguda y ruidosa. La figura de quien sea que estuviera detrás de mí, apareció por el rabillo de uno de mis ojos mientras tomaba asiento entre mi madre y yo.

—¡Hola Lisa!—sonrío mi madre, ofreciéndole una mano a la chica quien amablemente la agitó. La miré completamente, tratando de formar una impresión de sí me agradaba o no. Parecía tímida mientras agitaba su cabeza hacia lo que sea que le estuviera diciendo mi madre.

Su largo cabello castaño claro estaba recogido en un moño trenzado y usaba un mínimo de maquillaje, el cual iluminaba sus finas facciones. Su piel casi no estaba bronceada y tenía pecas decorando en su nariz. Sus claros ojos azules se giraron hacia mí y sonrío, con dientes brillantes y parejos.