|9.5|

587 57 12
                                    

Capítulo 10 (parte 1)

— ¿En serio?— Harry rió, con sus manos descansando a uno de mis lados mientras se sentaba delante mío. Mi cuerpo no pudo responder durante un momento mientras permanecía allí, pensando en la oportunidad que había arruinado. Lo que podría haber ocurrido le pertenece por completo a mi mente.

Las posibilidades eran infinitas.

Reacomodándome, puse una sonrisa en mi rostro para tratar y liberar la incomodidad que sentía. No sirvió de nada mientras Harry sonreía de manera burlona hacia mí. Actuaba como si lo que acababa de ocurrir no hubiera sucedido pero yo sabía que estaba pensando en ello tanto como yo.

— ¿Arruinaste nuestro momento para hablar de zombies?

— ¿Nuestro momento?—cuestioné, el motivo de que él no lo hubiera dejado ir se confirmó por sí solo con sus palabras. Levantó sus cejas en respuesta, con sus expresiones faciales aparentemente preguntándome si hablaba en serio. Respondí agitando mi cabeza antes de que él aclarara su comentario.

—Nuestra sesión de cosquillas.— sonrió— Te tenía por completo.

Sentí la calma desvanecerse a través de mi cuerpo con sus palabras e incluso entonces ya me había incorporado de nuevo, me dejé caer sobre la cama con un suspiro.

—Vas a pagar por ello, ¿lo sabes?— declaré, examinando el techo sin importancia mientras esperaba su respuesta.

Su enorme carcajada cautivó mi oído. Por el tono pude claramente descifrar que él creía que estaba bromeando o peor, que no era capaz de obtener mi venganza. Pero yo era buena en ello y podía probarle pronto que se equivocaba.

—Entonces, ¿qué película de zombies era?— preguntó después de otro largo momento. Me levanté de vuelta para mirarlo a los ojos y sonreí antes de responder.

—Guerra mundial Z.— dije, respondió asintiendo con la cabeza mientras esperaba a que yo continuara.

—Siendo completamente honesta quiero decir algo que probablemente te espantará pero la gente luce como si tuvieran rabia.— Harry estalló en risas y levantó una de sus cejas hacia mí de una manera que decía, ¿es en serio?

—Suena tonto, ¿Por qué la viste entonces?

—Era eso o Diario de una Pasión. No es por ofender si es tu película favorita o como sea pero la he visto lo suficiente como para no enloquecer por ella— Harry sonrió sin ganas ante mi comentario, acomodándose en la cama mientras esperaba a que yo continuara.

— ¿La has visto antes o...— dejé de hablar, recordando que probablemente no lo había hecho. Su rostro cayó levemente ante mis palabras antes de que volviera a lucir feliz, se enderezara y pusiera una sonrisa en sus labios.

— ¿Quién no ha visto Diario de una Pasión?

Reí levemente ante su comentario y cuál real era. Agradezcánle a Nicholas Sparks por crear el mejor romance de la historia.

— ¿Harry?

— ¿Sí?— respondió, alzando su cabeza desde la cama para encontrar mi mirada. La verde palidez de sus ojos se había oscurecido e incluso aunque la pregunta que quería hacer quemaba en la punta de mi lengua, no pude hacer otra cosa que tomarme un momento para admirar el hermoso color. Eran demasiado profundos.

— ¿Por cuánto tiempo has estado aquí?

La pregunta vino más bien en un suspiro mientras sentía una gran carga levantarse de mis hombros y pecho. Quería preguntarle eso desde que lo vi por primera vez. El pequeño oso de peluche en la ventana vino a mi mente y giré mi vista hacia él inconscientemente.

Su exterior encontró mi mirada y sus brillantes y oscuros ojos me miraron fijamente. No fue de una manera extraña de esas que te hacen encogerte ni nada por el estilo, sino más bien de esas que esconden secretos de los que no soy consciente. Me hizo preguntarme si era de Harry ya que estaba defensivo por ello.

Él debió seguir mi mirada, mientras lo veía levantarse y caminar hacia donde yacía tranquilamente en la ventana. Una de sus largas manos lo envolvió, levantándolo hacia él. Permaneció allí por un momento, la pequeña filtración de luz hacía que parte de su piel expuesta brillara.

En ese momento no pude evitar pensar que era hermoso.

Como era de noche, la mayor parte del ático estaba cubierto de oscuridad y eso incluía también la espalda de Harry. La luna brindaba la suficiente luz en la habitación para yo poder ver la parte delantera de su cuerpo. Sus verdes ojos eran sólo ojos mientras observaba el pequeño objeto entre sus manos.

Claramente significaba mucho para él.

— ¿A quién le pertenecía?— pregunté dudando un poco. No quería que se enojara conmigo o pensara que estaba siendo entrometida. Pero no podía dejar de lado la curiosidad que crecía dentro de mí.

Harry suspiró ante mi pregunta antes de que dejara el oso de peluche suavemente en su sitio y caminara de regreso hacia mí. Se sentó aún con más lentitud que con la que caminó y se giró para encontrar mi mirada.

—Era de mis padres. Más bien de mi padre.

Sentí mis labios formar una grande "O" ante su respuesta. No pude averiguar por qué pero sentí lástima por él. Por la manera en que se veía reteniendo no sólo pensamientos sino emociones también me hizo querer acercarme y tocarlo... abrazarlo.

— Solíamos tener una guarida aquí como la que tu dijiste tenías con tu padre en tu antigua casa.

— ¿Qué?—pregunté, mientras parpadeaba un par de veces. No tenía por qué estar tan sorprendida pero lo estaba. Sentí como si algo se hubiera establecido entre los dos que nadie más compartía. Y por supuesto... nadie lo hacía.

— ¿Por qué no me lo dijiste antes?— pregunté, sin pensar en sus emociones al momento. Harry se encogió de hombros, rompiendo el contacto visual para girar su vista hacia el suelo e ignorar mi pregunta. Claramente estaba ocultando algo.

Justo cuando parecía que iba a contestar a mi pregunta ambos nos sorprendimos cuando escuchamos el sonido de otra voz. Venía de la parte inferior de las escaleras, el tono era profundo y dudoso.

•°•°

Regresé (:

The Boy In The Attic [h.s] •En Proceso•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora