Capítulo 19

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Aviso: Hace mucho que no subía capítulo, así que si no os acordáis de nada sobre el fic.. no os recomiendo que leáis este, refrescaos antes la memoria.

Aviso2: LU, NI SE TE OCURRA LEER DIRECTAMENTE EL FINAL O TE BORRO DEL SKYPE.


-Narra Willy-

Sólo una calle nos separaba del hospital. La pelirroja estaba concentrada en seguir las indicaciones que la aplicación de su móvil nos había estado dando desde que salimos de casa, de modo que pudiera guiarnos hacia el hospital donde Samuel se encontraba. Tamborileé los dedos sobre el salpicadero mientras observaba como el edificio blanco se alzaba frente a nosotros, logrando aliviarme por estar poniendo fin a lo que me pareció un trayecto interminable con Eli insultando sin reparo a todo coche que no respetara rigurosamente las normas de conducción, incluyendo también a los que tenían la ventanilla abierta. Por suerte no nos había metido en ningún problema, tenía demasiada prisa como para verme envuelto en interrupciones causadas por frases como: ''¡¿Quién te ha enseñado a conducir, gilipollas!?''. Dichas en varios tonos más alto de lo socialmente recomendado.-Esto es una malísima idea.-Me repitió por vigésimo cuarta vez desde que nos montamos en su viejo y descascarillado coche de segunda mano. Entorné los ojos, preguntándome si conducía cada vez más despacio a propósito, esperanzada de que reculase, cosa que no pensaba hacer. O quizá su lentitud fuera producto de mi imaginación, consecuencia de lo mucho que deseaba abandonar el coche para reunirme con él.-Pues no haberme traído, te he dicho que puedo conducir perfectamente.-Espeté rencoroso. No había querido que la pelirroja me trajera al hospital teniendo yo mi propio coche, pero Eli podía ser insufriblemente insistente, y decirle que no era sinónimo de coger una pala y cavar tu propia tumba. Se ponía histérica cuando estaba convencida de algo, no existía persona que diera más miedo estando enfadada. Imponía cierta clase de cómico respeto con su escasez de altura y su adorable rostro pecoso, pues no había persona lo suficientemente valerosa como para atreverse a contradecirla en sus momentos de obstinación, ni Sebas se atrevía a soltar una de sus bromas cuando la veía tan.. tan intensa. De modo que acabé cediendo a sus demandas y permitiendo que me llevara al hospital, incapaz de decirle que no.-No es conveniente que lo hagas.-Declaró tajante, con cierto tono autoritario que recordaba al de una madre regañando a su hijo. Giró el volante, frenando el coche para detenerlo en un lugar seguro donde no interrumpiéramos el tráfico y pudiera salir del vehículo fácilmente.-Samuel me necesita, él me lo ha dicho. Me necesita y no pienso fallarle.-Insistí, sin poder borrar de mi cabeza sus palabras, sin dejar de imaginar la clase de desprecio que le habría hecho en esta ocasión su familia. Eli me miró, con sus duros ojos ámbar llenos de compasión.-Willy, se va a liar..-Susurró con un deje cariñoso, pretendiendo conseguir que entrara en razón. Negué con la cabeza, temiendo que sus tácticas estuvieran empezando a funcionar.-No.-Dije imperturbable, esperando que dejara de darme la charla. Cada segundo que perdía aceleraba la cuenta atrás que culminaba en el sufrimiento de mi pareja.-Deberías quedarte en casa y esperarle ahí, estás dejándote llevar por tus miedos.-Me aconsejó mientras se colocaba un rizado mechón tras la oreja y afianzó la diestra sobre el desgastado volante.-¿Qué miedos?.-Pregunté ladeando una sonrisa incómoda. La pelirroja intentaba trasladar el problema de Samuel hacia mí, pero no me ocurría nada, sólo estaba preocupado por él. Samuel era quien tenía preocupaciones propias, no yo.-No te hagas el imbécil, lo sabes perfectamente. Es un momento crucial en la vida de tu pareja, lo habéis estado evitando todo este tiempo para ser la parejita perfecta y ahora os está estallando en la cara.-Apreté los labios hasta que palidecieron. Odiaba cuando Eli hacía eso, cuando intentaba que expresara mis sentimientos en los momentos en que yo más intentaba retenerlos dentro de mí. No estaba dispuesto a admitir que me preocupaba que estuviera ahí dentro con su familia, con las personas que no querían vernos juntos. Si la pelirroja esperaba tener una conversación emotiva en la que dejase emerger mis inseguridades y finalmente lograra convencerme de que volviéramos a casa, entonces se llevaría una decepción. No quería aceptarlo, aceptar las cosas es el primer y más efectivo paso para convertirlas en realidad. No quería que mi vida, últimamente perfecta, se viera hundida por una ola de realismo.-Haz el favor de no psicoanalizarme en este momento.-Pedí e intenté disimular lo nervioso que me encontraba cada vez que veía el hospital a través de la ventanilla del conductor.-Willy, todo va a salir bien, deja de preocuparte tanto y confía en él.. ¿vale? volvamos a casa.-Inquirió, haciendo el amago de poner de nuevo el coche en marcha. Sacudí la cabeza y me libré del cinturón de seguridad.-¡Serás cabezota! Dudo que en el hospital veas algo que te ayude a calmar esos nervios, más bien todo lo contrario.-Saqué mi móvil del bolsillo y abrí la puerta del copiloto.-De verdad, Eli, no vendría si él no me lo hubiera pedido.-Por segunda vez le enseñé el mensaje donde Samuel me pedía que por favor viniera al hospital porque necesitaba que estuviera a su lado. Estaba muy preocupado por él, y sí.. puede que también estuviera nervioso por otros mil motivos, mas esperaba poder disolver esos miedos demostrándome que estaba equivocado, hablando personalmente con él.-Pues nada chico, espero estar equivocada. Buena suerte.-Me deseó, agradecí el gesto aún cuando su expresión distaba mucho de creer que sus palabras pudieran cumplirse. Yo también esperaba que Eli estuviera equivocada.-Gracias.-Forcé una sonrisa que buscaba aliviar a mi preocupada amiga.-Puedes irte, volveré con él.-Avisé, pues era un detalle que no habíamos dejado claro por el camino, malgastamos el trayecto discutiendo sobre si lo que hacía era o no una buena idea. La pelirroja realizó una especie de quedo asentimiento con la cabeza y volvió a poner en marcha el coche cuando cerré la puerta. Despedí al vehículo con la mano, y en cuanto se alejó caminé hasta la puerta del hospital.

Sensaciones Pasadas (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora