Capítulo 2

42.7K 1.9K 1.2K
                                    

Nota: Os he dejado una canción en mitad del capítulo, porque creo que añadiré música en algunos. Aviso para que no veáis ahí el link y os corte el rollo en mitad de la lectura (?)

-Narra Vegetta-

Dejé la henchida maleta en el suelo y caminé hasta su habitación. Desde hacía días sentía un inmenso vacío en el pecho apoderándose de mi cuerpo, siendo consciente de que sería incapaz de hacerlo desaparecer. Simplemente estaba ahí, envenenándome el alma y provocándome constantes ganas de llorar, haciéndome cada vez más vulnerable al mundo externo. Mientras caminaba notaba el cuerpo ligero, últimamente apenas me había alimentado más que lo estrictamente necesario y mi peso había bajado considerablemente. Pero no tenía ningún hambre, notaba cerrada la boca del estómago. Él estaba sentado al filo del colchón, ojeaba el móvil con desinterés y exhalaba un suspiro de vez en cuando. Hice acopio de las pocas fuerzas que aún conservaba, sabiendo que mañana sería probablemente el día más difícil de toda mi existencia.-Ya he terminado la maleta, mañana por la mañana saldrá el vuelo. ¿Quieres que te despierte para venir con nosotros al aeropuerto?.-Cuestioné, avanzando desde el umbral de la puerta. Luzu se había ofrecido a llevarme, como también se había encargado de comprar los billetes y de ayudarme a grabar el vídeo de despedida. Aquel dichoso vídeo, lleno de cortes porque me descomponía frente a la cámara mientras hablaba y no deseaba que nadie me viera tan hundido. Ardía en deseos de estar con mi familia, quería que mi madre me abrazara como lo hacía cuando era un niño y me susurrara que todo saldría bien. Wilyestaba distante, apenas habíamos hablado estos días, pero no me molestaba en acusarle por ello. También era muy difícil para él, la culpabilidad por dejarle empeoraba mi estado de ánimo hasta convertirlo en una carga insoportable.-No sé si podré.-Contestó, alzando la mirada de la pantalla del móvil para observarme. Me aproximé hasta su posición, asintiendo con la cabeza.-Lo entiendo Willy, no te preocupes. No te despertaré.-Dije, pretendiendo sonar comprensivo. Había imaginado infinitas veces que estaría en el aeropuerto cuando yo me fuera, pero quizá hacía bien. Sería más sencillo marcharme si no era su rostro lo último que viera antes de coger el vuelo. Nos quedamos callados, como sucedía tan frecuentemente. Éramos incapaces de mantener una conversación adulta, no intercambiábamos más de cuatro frases antes de que el silencio se apoderara de nosotros y nos quedáramos mirando al otro con suma tristeza. Las despedidas eran difíciles, y nosotros éramos conscientes de que únicamente nos quedaba una noche juntos. Al igual que éramos conscientes de que estábamos demasiado rotos para haber aprovechado las noches anteriores. Cada uno en su cama, cada uno con su sufrimiento, incapaz de compartirlo con el otro por miedo a lastimarnos todavía más. Me incliné y besé sus labios desesperadamente, me correspondió el beso y fue echándose hacia atrás hasta quedar tumbado sobre el colchón. Me tendí encima de su cuerpo sin dejar de besarle, saboreando la dulzura de sus labios. Repartí varios besos cariñosos por distintas zonas de su rostro, noté su agitada respiración contra mi cara. Besé sus tiernas mejillas, la punta de su nariz, su mentón y su frente. El dolor en mi corazón se tornaba cada vez más insoportable, su cercanía era lo que más me lastimaba, mi debilidad, mermaba mis defensas y me hacía todavía más vulnerable. Pero no podía evitar autolesionarme con su contacto, su esbelto cuerpo atraía al mío con la misma fuerza que un imán.-Perdóname.-Le supliqué, por milésima vez estos días. No podía dejar de implorar su perdón, por marcharme, por no ser lo suficientemente fuerte, por contagiarlo con mi tristeza, por ser incapaz de sonreír. Oculté mi rostro contra su pecho, noté como enterraba los dedos en mis cabellos.-¿Vas a olvidarme?.-Preguntó, escuchaba cada latido de su palpitante corazón. Sabía que sería incapaz de olvidarme de él, aunque quisiera que así fuera.-Jamás. ¿Tú vas a olvidarme?.-

Me desperté repentinamente, respirando con dificultad. El pecho descubierto me bajaba y subía con descontrol, mientras que intentaba recuperar el aire que aquel recuerdo me había arrebatado. Tenía la frente perlada de sudor, estaba tan alterado que se me escapó un improperio de pura impotencia. Detestaba soñar cosas tan realistas, pues me despertaba asustado, desorientado y herido. Jessica se revolvió bajo las sábanas, era lógico pensar que mi súbito sobresalto le había despertado.-Samuel.-Murmuró somnolienta, entreabriendo los ojos con sumo cuidado. Afortunadamente no era el tipo de persona que tuviera un mal despertar, ella rara vez se enfadaba. Puse los ojos en el reloj digital que había sobre la mesilla de noche, en su lado de la cama. Todavía eran las cuatro de la mañana.-Perdón por despertarte.-Susurré, intentando no pensar demasiado en los caprichos de mi subconsciente. Ella se mordió el labio inferior, mirándome preocupada.-¿Otra vez esas pesadillas? Hacía dos semanas que no las tenías..-Asentí apesadumbrado. Llevaba años soñando con el menor, su aparición en mitad de mis sueños siempre me perturbaba. A veces estábamos juntos, otras eran recuerdos reales mezclados con fantasía, otras veces él me odiaba.. todo ocurría en distintos lugares, distintas épocas, pero había un factor correlativo: Willy. Siempre que soñaba con él, me despertaba visiblemente alterado, algunas noches incluso lo hacía con las mejillas húmedas y saladas. A causa de estas ensoñaciones continuadas, mi insomnio había ido en aumento. Apenas dormía, pero las pocas horas que empleaba en descansar, soñaba. Como bien había dicho Jessica, hacía dos semanas que mis pesadillas se habían apaciguado, pero suponía que haberme reencontrado con Willy, había supuesto una influencia mental.-Lo sé.-Mascullé, notando la garganta reseca. No podía hacer desaparecer la imagen mental de su cuerpo bajo el mío, cada vez que intentaba relajarme esas últimas palabras se repetían como un doloroso eco en mi mente ”¿Tú vas a olvidarme? ” Me acarició el rostro con ternura y su largo cabello azabache me hizo cosquillas en los brazos cuando se aproximó para besarme los labios.-¿Estás bien?.-Me cuestionó ella, mientras que ordenaba mis revueltos cabellos con cuidado. Tragué saliva, intentando humedecerme la garganta.-No, no quiero volver a dormirme.-Confesé, mordiéndome la cara interior de la mejilla. En realidad no era cuestión de elegir, sería incapaz de volver a dormirme. Tenía miedo de volver a soñar, sería incapaz de soportar volver a despertarme esperando encontrar a otra persona conmigo.-¿Quieres que te acompañe?.-Los sueños habían empezado antes de salir con ella. Pero cuando empezamos una relación, no pude ocultarlos.Jessica no sabía que yo soñaba con Willy, simplemente estaba enterada de que yo había sufrido depresión hacía tiempo y enlazaba mis pesadillas con ese hecho. Me sentía mal por ocultar la verdad, pero era algo que no estaba dispuesto a admitir en voz alta. No dependía de mi mente despierta, dependía del subconsciente, algo que escapaba a mi control. Y a mi me gustaba controlar todo cuanto tuviera que ver con mi vida.-No, no. Duérmete cariño, necesitáis descansar.-Miré significativamente hacia su tripa, que se alzaba bajo las sábanas. Aún me costaba creerme que estuviera embarazada, me sentía orgulloso y asustado al mismo tiempo.

Sensaciones Pasadas (Wigetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora