LVIII : Leo

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LEO ESTABA MUERTO.


Lo sabía con absoluta certeza. Simplemente no entendía por qué le dolía tanto. Se sentía como si cada célu-


la de su cuerpo hubiera estallado. Ahora su conciencia estaba atrapada dentro de una crujiente y carbonizada


cáscara de semidiós atropellado. La náusea era peor que cualquier mareo que jamás hubiera tenido. No podía


moverse. No podía ver ni oír. Sólo podía sentir dolor.


Comenzó a entrar en pánico, pensando que tal vez se trataba de su castigo eterno.


Entonces alguien puso cables de arranque en su cerebro y reinició su vida.


Jadeó y se sentó.


Lo primero que sintió fue el viento en la cara, luego el dolor punzante en su brazo derecho. Todavía esta-


ba en la espalda de Festus, todavía en el aire. Sus ojos comenzaron a trabajar otra vez, y notó la gran aguja


hipodérmica de retracción que estaba en su antebrazo. El inyector de vacío zumbaba y se retiraba en un panel


en el cuello de Festus.


-Gracias, amigo -gruñó Leo-. Hombre, estar muerto apesta. ¿Pero esa cura? Esa cosa es peor.


Festus hizo clic y retumbó en código Morse.


-No, hombre, no hablo en serio -dijo Leo-. Estoy contento de estar vivo. Y, sí, yo también te amo. Lo


hiciste increíble.


Un ronroneo metálico corrió a lo largo del cuerpo del dragón.


Lo primero es lo primero: Leo escaneó el dragón en busca de daños. Las alas de Festus estaban funcionando


correctamente, aunque su membrana mediana izquierda había recibido un disparo y estaba llena de agujeros.


Su enchapado cuello estaba parcialmente fusionado, había sido derretido en la explosión, pero el dragón no


parecía estar en peligro de estrellarse de inmediato.


Leo trató de recordar lo que había sucedido. Estaba bastante seguro de haber derrotado a Gea, pero no tenía


ni idea de cómo sus amigos lo estaban haciendo de vuelta en el Campamento Mestizo. Esperaba que Jason y


Piper hubieran salido ilesos de la explosión. Leo tuvo un extraño recuerdo de un misil a toda velocidad precip-


itándose hacia él y de gritar como una niñita... ¿de qué diablos trataba todo aquello?


Una vez que aterrizara, tendría que revisar las partes más vulnerables de Festus. Probablemente el daño


más grave sería en la zona donde el dragón había luchado valientemente contra Gea mientras ellos le sacaban el lodo a punta de soletas. Era imposible saber cuánto tiempo había volado Festus. Tendría que dejar el cielo


pronto.


La cuestión era: ¿dónde estaban?


Debajo se extendía un manto blanco sólido de nubes. El sol brillaba directamente sobre la cabeza de Leo


en un cielo azul brillante. Así que era a eso del mediodía... pero ¿de qué día? ¿Cuánto tiempo había estado


muerto Leo?

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⏰ Última actualización: Aug 31, 2015 ⏰

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