Derek Morgan y Penélope García. Un amor prohibido

Capítulo 3

Penélope

A pesar de que me encantaba la sensación de tener mi mano unida a la de Derek, no quería que pensase que me había quedado pasmada mirándole pero por otra parte tampoco quería soltarle.
Justo vi como Hotch se acercaba y decía:  -Vamos chicos,  tenemos trabajo.
Justo salvada por la campana. Como no sabía a dónde tenía que dirigirme decidí seguirles. Entramos en una sala con una gran pantalla en la pared y una mesa redonda en la que se fueron sentando los que serían mis compañeros a partir de hoy.
-Buenos días a todos,  esta es la nueva analista Penélope García.  Desde hoy formará parte de nuestro equipo. - les explicó Hotch a todos.  Luego continúo con las presentaciones.
- Estos son los agentes especiales David Rossi,  Derek Morgan,  la agente Emily Prentiss,  nuestra enlace con los medios Jennifer Jareau.
-Puedes llamarme J.J. - dijo ella con una enorme sonrisa, me pareció tan guapa que me pregunté qué hacía aquí pudiendo ser modelo.
- Y finalmente el doctor Spencer Reid. -así terminó Hotchner su presentación.
-En realidad tengo 3 doctorados: uno en matemáticas, química e ingeniería.  Además soy licenciado en psicología,  sociología y filosofía. - dijo él como si fuese lo más normal del mundo.  Por las risas de mis compañeros supongo que mi cara era un poema, la verdad es que este chico me había dejado impresionada, no debe de tener más de 25 años y tiene más carreras de las que yo haría en toda mi vida.
- Y parece humano. - se burló Emily y las risas de sus compañeros sonaron más fuertes.
-Iré a acompañar a García a su despacho,  tenemos trabajo. -interrumpió Hotchner, dando así por finalizadas las risas.
-Encantada de haberos conocido,  espero ser de utilidad.- me apresuré a  decirles antes de que Hotch se diese la vuelta y viniese a por mí.
Lo seguí por un corredor hasta que llegamos a una puerta y al abrirla vi que no se trataba de un despacho muy grande.  Con poca luz y un montón de pantallas de ordenador colgadas por la pared.
-Este es tu despacho,  espero que te encuentres a gusto en él.  Desde aquí podrás comunicarte con el equipo sin importar dónde nos encontremos. - me explicó él.
-Muchas gracias señor,  intentaré hacerlo lo mejor posible. - en realidad no me gustaba mucho tanta oscuridad,  pero ya que me había dado un trabajo después de lo que hice no me iba a poner a protestar.  Ya lo pondría a mi gusto cuando él no estuviese. Y sin más palabras salió del despacho dejándome sola en el lugar en el que pasaría la mayor parte del día .