Capítulo 9

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Derek

Emily y yo no tardamos en llegar a la casa del primer niño,  Ryan Murphy. Nos bajamos del coche y tocamos el timbre,  dejaría que Emily hablase, eso tranquilizaría a la madre.
Cuando abrieron la puerta nos abrió una mujer que supuse que era la madre del chico.
-Hola,  ¿qué quieren? -tenía los ojos rojos, se le notaba que estuvo mucho tiempo llorando.
-Hola señora Murphy,  sentimos molestarla, somos del FBI. Soy la agente Emily Prentiss y este es mi compañero el agente Derek Morgan.
Vimos cómo se acercaba un hombre,  debía de ser su marido.
Seguramente al escuchar FBI se acercó.
-¿El FBI?  ¿Qué hacen aquí?
-Señor Murphy estamos investigando la muerte de su hijo, nos gustaría hacerles unas preguntas.
-Ya hemos hablado con la policía,  ¿no ha sido ya suficiente?
-Tranquilo cariño,  sólo hacen su trabajo.
-Sólo les haremos un par de preguntas y nos gustaría ver dónde secuestraron a su hijo, seremos breves.
-Está bien,  entren.

La señora Murphy nos guió hasta el salón de la casa y le pedimos que nos contara lo que pasó ese día.
-Como cualquier día nos levantamos y llamamos a Ryan para que viniese a desayunar, como no bajaba subimos a buscarle y no le vimos en su habitación.  Lo buscamos por toda la casa hasta que nos fijamos que en la puerta de la cocina había un agujero en el cristal y al mirar en su habitación nos dimos cuenta de que faltaba uno de sus coches de juguete.
Como era inevitable,  la señora Murphy empezó a llorar al recordar todo eso.
- Lo ha hecho muy bien, yo me quedaré con usted mientras su marido le enseña la casa a mi compañero.

El señor Murphy me enseñó el cristal de la cocina en el que le faltaba un trozo. Luego subimos a la habitación del chico y estaba perfectamente ordenada.
-¿Han tocado la habitación o la han limpiado de alguna manera?
-No, estaba así cuando buscamos a nuestro hijo.
Eso significaba que el asesino había sido muy cuidadoso y conocía la casa.
Bajamos y fui a buscar a Emily.
-Gracias por su atención y lamentamos mucho su pérdida.
Nos despedimos y nos subimos otra vez al coche para dirigirnos al lugar en el que habían abandonado su cuerpo.

Derek Morgan y Penélope García. Un amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora