Me llorado por un largo rato. Creí que nunca volvería hacerlo, no de esta forma tan lastimera. Hasta perder el sentido.
Abro los ojos y descubro que casi es de noche. ¿Cuánto tiempo he dormido? Miro alrededor. Min no está junto a mí, como esta mañana. Es obvio, esta vez se ha ido definitivamente. Me muevo y veo caer algo al piso. Bajo de la cama, la tomo y la miro sin mucho interés. Tiene el nombre de un médico y una dirección de una institución para contra las adicciones.
"Adicciones"
Seguro que él, la dejo aquí. Pero no tengo ánimos ni siquiera para molestarme. Recorro con la mirada la habitación y una bolsa con ropa a mis pies, llama mi atención.
Me visto y guardo la tarjeta dentro del pantalón. Salgo de la habitación y camino hasta encontrar unas escaleras. Todo es silencio. Es una casa grande y ordenada. Llego a la sala, pero no parece haber nadie allí.
"No volveré a buscarte"
Sus palabras son como hierro caliente, que me provocan una sensación de vacío que pocas ocasiones he sentido. ¿Realmente piensa cumplir esta vez? Niego y sin buscarlo, decido marcharme. No tiene caso quedarme, he sido yo quien pidió esto y ahora tengo que aceptarlo.
Una hora después, estoy sentada junto a la puerta de mi casa. Mantengo la luz apagada y pienso que debo hacer ahora. No sé qué es lo que deseo. Tengo algo claro, estoy sola. ¿Sasha, Lore y Mateo? No, no puedo contar con ellos, todo este tiempo me han usado para robarme. Puede que haya sido muy estúpida, pero no más. ¿Mis padres? Ellos solo desean mantenerme lejos, así que tampoco puedo contar con ellos. ¿Qué debo hacer?
҉
Ha pasado una semana desde la última vez que lo vi. Después de asegurarme que no me buscaría más y a mi pesar, parece que piensa cumplirlo. Es extraño. Comenzaba a acostumbrarme a su presencia, a que apareciera de pronto a donde quiera que fuera, a sus sermones, y por irónico... a su amor. Porque todas esas caricias y besos eran muestras de lo que sentía por mí. ¿Sentía? Si, seguro ha encontrado a alguien más a estas alturas y ha decidido no complicarse más la vida con alguien como yo. Bien por él.
Cierro los ojos y las imágenes de esa última vez que estuvimos juntos me golpean con fuerza, provocándome un nudo en la garganta. He sido una tonta, lo sé. Suelto una risa irónica, burlándome de mi misma. Creo que he comenzado a sentir algo por él. ¿Qué es? No sé. Tal vez sea solo necesidad o costumbre. No estoy segura. Pero estar aquí, en la soledad de mi departamento, me lo ha confirmado. Lo extraño.
Comienza a sonar el timbre, sacándome de mis torturados pensamientos.
"Son puntuales"
Siempre vienen a la misma hora, ni un minuto antes, ni uno después. ¿No se cansan de insistir? Me han llamado al móvil y al teléfono fijo. Supongo que como no atendía, optaron por venir directamente a tocar. No pienso reclamarles nada, pero no caeré en sus trucos. Sé que si abro la puerta seré vulnerable. No he bebido todo este tiempo, es demasiado difícil. Ahora comprendo que no basta con la voluntad. Necesito hacer algo o terminare regresando al círculo vicioso del que intento escapar.
***
Observó de nuevo las letras de la tarjeta y levanto la mirada hacia el letrero que esta sobre la enorme puerta negra. Si miro con detenimiento el lugar, parece una prisión, paredes de dos metros o quizás más pintadas de blanco, las cuales se extienden en torno al edificio que sobresale. Suspiro y golpeó el piso con la punta del pie. ¿Esto es lo que quiero? Me pregunto. Quizás no del todo, pero él tiene razón en algo "Nadie más hará por mí, lo que yo no puedo hacer".
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Adicta
ContoLa vida de Jenni se resume en unas cuantas palabras: "Sexo, alcohol y drogas". Todo con el fin de no recordar su pasado, a quienes la traicionaron y lastimaron. Pero la aparición de un desconocido que insiste en sacarla de sus vicios, traerá de reg...