Capítulo 10

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Mis dedos se hunden entre sus sedosos cabellos, los enredo en esa suave mata oscura y tiro de ellos con fuerza, intentando encontrar un punto de apoyo que me haga perderme. Envuelvo los brazos entorno a su cuello, aferrándome con desesperación. La misma que transmito con mis labios, que devoran los suyos. Presiono la cadera contra la suya y él deja escapar un sonoro gemido que me eriza todo cuerpo. Jadeo intentando con desespero quitarle la ropa, pero antes de que continúe, me toma de las caderas y se pone de pie conmigo en brazos. Sin dejar de besarme, camina hasta una de las mesas cercanas. Derriba con un brazo todo lo que está sobre ella y me acuesta ahí. Mis piernas aprisionan su cadera y siento la rigidez de su miembro chocar contra mi sexo, lo que hace que me excite aún más. Separa su boca de la mía y comienza a descender por mi barbilla, bajando lentamente por mi cuello. Dejando a su paso un torrente tibio que me hace retorcerme de placer. Suspiro al sentir la suavidad y calidez se su boca acercándose a mi escote. Quiero su boca en mis pechos, quiero que su boca recorra todo mi cuerpo. Sin bajar la tela que cubre mi pecho, sus labios siguen la superficie de mis senos a través de la tela. Jadeo y arqueo la espalda. Estoy más que dispuesta pero entonces se aleja, lo miro con desespero en busca de una explicación.

―Aquí no ―Dice acomodando su corbata. Niego bruscamente con la cabeza. ¿Está bromeando? No me importa dónde estamos, ni con quien, lo quiero aquí, justo ahora.

― ¿Por qué no? ―Pregunto jadeando y furiosa. Tiene que estar de coña.

―No es algo propio.

― ¡¿Qué?! ―Exclamo incrédula. ¿Propio? ¡Que le den! Sin decir nada, me levanta de la mesa y llevándome a cuestas se dirige a la salida― No creo que pueda esperar ―Le susurró al oído, pero él hace de oídos sordos y me ignora. Yo aprovecho para mordisquear su oído e introducir mi lengua en su orificio. Siento como tiembla, pero aun así, no se detiene.

Salimos a la calle y llegamos hasta donde ha dejado aparcado el vehículo. Lo miro esperanzada, quizás tiene en mente algo más, así que continúo besando su cuello.

― ¿En el auto? ―Pregunto impaciente. Él se echa a reír, abre la puerta y niega.

―No ―Me coloca en el asiento del copiloto y lo miro anonadada, colocarme el cinturón alrededor de la cintura― Tampoco es algo propio ―Cierra la puerta y prácticamente corriendo rodea el auto y se pone al volante. No me lo puedo creer. ¿No es algo propio? ¿A qué rayos juega?

― ¿Es en serio? ―Pregunto acomodando mi ropa y mi pelo, sintiéndome indignada ante su proceder. Asiente mientras introduce la llave y hace cobrar vida al motor― Tu sí que sabes cómo matarle la pasión a un mujer ―Protesto cruzándome de brazos.

―Y tú sí que sabes cómo volverme loco ―Dice negando. Rio y me regocijo, al menos no soy la única que sufre.

Miro por la ventana mientras suena de fondo It's my life de Bon Jovi. Esa canción me gusta, así que no tardo en prestar atención por completo y tararear la letra, pero noto que Min también parece disfrutar de ella, tamborilea ligeramente sobre el volante al ritmo de la música. Además de ese aire elegante y caballeroso, también gusta de un poco de buena música. ¡Sorpresivo!

― ¿Alguna vez has ido a uno? ―Pregunto curiosa. Supongo que el dinero no sería problema para él, pero no lo imagino en ese tipo de lugares. Me mira de reojo y señalo el aparato de sonido― Un concierto de Rock o algo así.

―Si ―Contesta con una enorme sonrisa.

―Supongo que en la zona vip ¿Cierto? Nunca ensuciarías tu traje ―Mis palabras me recuerdan que aun lleva la ropa manchada de sangre y que su vendaje aún permanece ahí. ¿Lo abre lastimado cuando bese? No pensé en ello y lo sujete con mucha fuerza.

AdictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora