Adicta

Capítulo 4

Me dispuse a regresar hasta la barra, donde el par de primos me esperaban. Sonreí coquetamente y me acerque a ellos despacio. Intentando crear expectación, eso siempre resultaba.

― ¿Lista? ―Pregunta Hyun con una sonrisa.

―Si ―Asiento.

Estaba segura de que mis amigos se pondrías furiosos. Pero no pensaba desaprovechar esta oportunidad. "2 x 1".

―Entonces... ―Se acerca Hyun y coloca su mano en la parte baja de mi cadera― Vámonos.

No protesto cuando me sacan del bar y me hacen subir a su deportivo rojo. Hyuk se limita a mirarme en silencio. Yo disfruto de la sensación del viento en mis manos y de los efectos que el polvo provoca en mí. Me siento ligera y feliz, como cada vez que lo consumo. Todos mis miedos y problemas han desaparecido como por arte de magia, eso es maravillo. Ahora solo falta la cereza del pastel, un buen polvo con este par.

Llegamos a una enorme casa, Hyun detiene el auto frente a la puesta y me indica que salga del vehículo. Lo hago y los sigo por el pequeño sendero que bordea un jardín hasta la puerta de la casa.

―Ponte cómoda ―Me indica Hyun mientras se acerca a una pequeña mesa donde hay algunos vinos de todos tipos.

No me siento, camino por la enorme estancia que está adornada con impresionantes cuadros, que deben costar miles. No es que me guste el arte, pero mi madre es fanática de esas cosas. Aún recuerdo cuando me obligaba a acompañarla a sus exposiciones y me aburría enormemente. No puedo entender como unos garabatos pueden valer tanto.  

―Toma ―Es Hyuk quien me ofrece un vaso con vino. Es la primera vez que escucho su voz, cosa que me sorprende. Es ronca y sexy, lo miro y sonrió.

―Gracias ―Contesto tomándolo y dándole un pequeño sorbo.

―Ven ―Me llama Hyun, quien se ha movido hasta situarse al pie de la escalera. Miro a Hyuk, quien me indica que vaya. Obedezco y él me sigue. Los 3 subimos los peldaños hasta llegar a lo alto de la escalera. Avanzamos por el pasillo hasta una puerta.

En el centro de la habitación hay una enorme cama de forma circular cubierta con una manta roja. Las cortinas son de terciopelo rojo y le dan un toque extraño al lugar. Rió al pensar que aquello es una especie de cuarto rojo sacado del libro de E.L. James.  Hyuk, se acerca a un mueble que esta al fondo de la habitación (que es lo único que hay ahí, además de la cama). Veo como coloca sobre una placa de metal un polvo blanco.

―Prueba esto ―Dice Hyun, mientras me mira de pies a cabeza. Su aspecto ha cambiado totalmente, ahora sus ojos parecen más salvajes y su voz suena más áspera y brusca.

A pesar de estar bajo los influjos de un poco de droga, sé que si me excedo algo malo puede ocurrirme. Nunca he cruzado mis limites. Miro la línea de polvo blanco sobre el cristal y también a los dos primos, quienes parecen impacientes.

―Anda ―Presiona Hyuk con una mueca de disgusto ante mi renuencia. Dejo caer mi pequeño bolso y me acerco lentamente.