Capítulo 8

3.3K 282 2
                                    


"¿Y si no quiero?"

¿Está de coña? ¿Qué pasa con este tipo? No me hago pequeña ante su cercanía, ni ante la intensidad de su mirada. Estará muy bueno y hará el sexo como los grandes, pero yo no quiero hombres en mi vida. Lo que buscaba en mí y lo único que yo podía darle, lo ha tomado. Ya no tengo deudas con él. Entonces ¿Qué es lo que quiere?

―Pues deberías querer ―Contesto con indiferencia.

―No has contestado a mi pregunta. ¿Qué harás? ―Todos se van cuando me han tenido ¿Por qué él no lo hace?

― ¿Quieres ver? ―Lo reto.

―Si ―Su mano me toma de la nuca y acerca mi boca a la suya. Esto no está bien.

―No te atrevas ―Advierto, intentando parecer dura. Pero solo consigo que su sonrisa se ensanche más.

No dice nada. Se limita a mirarme y ante la proximidad de nuestros rostros, su aliento golpea mi cara poniéndome los nervios de punta. Ningún tipo ha logrado ese efecto en mí ¿Por qué me siento así?

―Creí que no me lastimarías ―Le recuerdo, optando por cambiar de actitud.

―No hare nada que tú no quieras ―Asegura liberándome. Retrocedo y él sonríe. Se da la vuelta y sigue revisando mi despensa.

―No voy a comer nada. Así que pierdes tu tiempo ¡Lárgate! ―Le advierto.

―Si comes algo, me iré ¿Te parece? ―Desvió la mirada y lo ignoro.

―Como quieras.

Bajo de donde me ha dejado y voy al baño. Cierro con seguro la puerta y me lavo la cara, así como también los dientes. Me miro y descubro el desastre que es mi pelo, lo medio arreglo. Tengo que librarme de ese loco sexy. Abro la puerta choco con su pecho. ¡Joder!

―Ya está listo ―Dice con una enorme sonrisa.

― ¿No te duele la cara de sonreír tanto? ―Pregunto con sarna.

―Ven ―Me toma de la mano e ignora mi pregunta, me libero de él y avanzo lo más rápido que puedo. Retiro una silla y me siento.

―Comeré y te iras ―Advierto.

―Si. Hasta que termines todo ―No creo que a mi estómago le siente bien comer tan temprano, no acostumbro y además, tengo una horrible cruda. Pero no quiero discutir más con este tonto, lo único que quiero es que se largue de una buena vez.

Pone delante de mí, un plato que tiene pan tostado con mermelada y una barrita integral. ¿De dónde lo ha sacado? No recuerdo tenerlo.

―Es todo lo que encontré ―Admite encogiéndose de hombros― Creo que a tu cocina le hace falta...

―No le hace falta nada ―Corto su letanía y tomo el pan, dándole una enorme mordida. Mastico mientras él no me quita los ojos de encima― Quiero agua ―Murmuro sin dejar de masticar.

―Esto es mejor ―Dice ofreciéndome un vaso de jugo.

― ¿Eres alguna especie de mago frustrado o algo así? ¿De dónde sacaste eso?

―Quien sabe ―Contesta encogiéndose de hombros de nuevo. Su expresión petulante me pone de malas, no estoy de humor para aguantar sus tonterías.

―Escucha ―Digo limpiándome la boca― No soy una niña chiquita para que me cuides, no lo necesito y tampoco quiero que lo hagas.

― ¿Segura? ―Dice mirando mis muslos, recordándome lo sucedido.

AdictaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora