CAPÍTULO XVIII • Entre tus brazos •

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Z E F E R

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Z E F E R

Comencé a correr con desesperación por las calles. Las personas me observaban como si fuera un loco, pero aquello no me importaba en lo absoluto.

Estaba al borde del colapso. Sentía que el aire me faltaba. Mis palmas sudaban, mi corazón golpeteaba con fiereza mi pecho. Por donde quiera que pasaba comencé a ver sombras. El rostro de las personas se fue deformando hasta que no quedaba más que una sombra oscura que me observaban con amplias sonrisas dejando a la vista sus filudos colmillos.

La voz de Giorgio se repetía una y otra vez en mi mente. La voz de mi madre diciendo mi nombre. Los gritos de Sirthe suplicando piedad. La voz de Jaft diciendo que era un asesino. Todo esto era un cúmulo de cosas que me lastimaba y me hundía en un pozo oscuro sin salida.

En mi huida tropecé con algo y caí de bruces al suelo, observé mis manos y las vi teñidas de color rojo. Comencé a llorar. Sentía deseos de vomitar. Deseaba... desaparecer.

Me metí a un callejón y comencé a golpear la pared. Mis nudillos se desgarraron por la fuerza que empleé, pero no me importó. Sujeté mi cabeza con fuerza y la apreté mientras me tiraba al suelo y abrazaba mis piernas.

—¡Ya basta! —grité, pero aquel sonido quedó suspendido en el aire.

Detestaba sentirme de esta manera. Era alguien muy patético.

—¿Qué debo hacer? —pregunté en voz baja.

Equivocadamente, creía que había aprendido a convivir con aquel fantasma de mi pasado. Pero luego de escuchar lo que me acababa de revelar William... me hacía dudar acerca de todo lo que ya tenía planeado.

¿Realmente la dejaría? ¿Sería capaz de dejarla aquí?

Sirthe y Clematis compartían sangre, pero eran dos personas completamente diferentes. Quería creer eso. Necesitaba hacerlo.

—¿Qué pasaría si ella me traicionaba? —me cuestioné—. ¿Tendría la suficiente fuerza para hacer cumplir la ley?

No, eso era impensable. Deseaba que ella viviera...

Extinción - Nuestra última esperanza [Saga: LVDLO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora