CAPÍTULO XXXVII • Huye mientras puedas •

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NACIÓN DE MY — TRENT (Palacio de los Wolfgang)

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NACIÓN DE MY — TRENT (Palacio de los Wolfgang)

La noticia del asesinato de los padres de Eleonor se volvió vox pópuli en todo My—Trent en cuestión de horas. Nunca antes alguien se había ensañado tanto con unos nobles.

Hasta hace tan solo unos días, Arlet y Preston habían ido a la ceremonia de casamiento de su hija, y ahora Eleonor debía no solo planificar el funeral para sus progenitores, si no que también debía de asistir a un interrogatorio por parte de la guardia real para tratar de encontrar al asesino.

Los soldados nunca habían estado parados en un punto muerto como ahora. No había testigos, nadie escuchó ni vio nada, y no había algún tipo de olor en el ambiente que pudiera delatar al perpetrador.

Los nobles, al ver que los soldados no podían dar con el asesino entraron en pánico, así que optaron por encerrarse dentro de sus casas desde el alba hasta el anochecer, inclusive, los mismos vecinos se organizaron para que sus esclavos hicieran vigías rotativas.

El trabajo de recolección de los guardias tardó varias horas, e incluso algunos sirvientes de otras familias, quienes sentían empatía por los trabajadores de esa casa, pidieron permiso a sus amos para poder colaborar con ellos. Únicamente cuando todos los cuerpos fueron retirados, y posteriormente analizados, comenzaron a ser lanzados a una poza común, como se hacía con los híbridos y humanos, mientras que, los cadáveres de Arlet y Preston, fueron a parar a su mausoleo familiar.

Según el curandero encargado de realizar los estudios a los cadáveres, se determinó que los cortes que tenían en el cuello no fueron hechos por garras, si no que habían sido realizados por algún tipo de objeto punzo cortante.

Los cadáveres de los sirvientes presentaban tan solo un único corte lineal a la altura de la yugular, no hubo mayor ensañamiento, a diferencia del cuerpo de los dueños. Arlet y Preston poseían cortes desiguales no solo en el cuello, si no que también había muestras de apuñalamiento a la altura del pecho.

Dentro del palacio de los Wolfgang, Jaft y Eleonor se encontraban encerrados en su habitación. Desde que sus padres murieron la pelinegra no había dejado de llorar, Jaft buscaba la forma de consolarla lo mejor que podía, pero él estaba tan desconcertado como el resto de los aldeanos.

Extinción - Nuestra última esperanza [Saga: LVDLO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora