Z E F E R
Una vez que terminé de conversar con Argon me dirigí al inmenso árbol del patio. De un solo saltó llegué a las ramas superiores donde siempre meditaba, y una vez allí, cerré los ojos e inhalé la fragancia que traía la fresca brisa nocturna.
La luna acababa de ser opacada por las nubes de lluvia y la penumbra que me rodeaba provocaba que mi corazón se sintiera acongojado.
Argon me había dado su palabra de que todo seguiría siendo igual que antes, pero no podía evitar sentir cierta angustia en mi interior. Y me odiaba por sentirme de esta forma.
Tenía miedo de que Clematis recordara todo cuando partiera a Wyrfell. Y si esto pasaba, me daba pavor solo imaginar que cuando ellos convivieran surgiera un sentimiento más fuerte que el de una amistad. Porque era perfectamente consciente de que yo robé el lugar que debería pertenecer a Argon.
Mi vida siempre fue de la misma manera. Cada vez que me encontraba en lo alto del cielo y creía haber alcanzado finalmente la felicidad, el golpe crudo de la realidad era lo que terminaba arrastrándome de regreso a la tierra. Y dolía mucho más cada vez que esto pasaba.
Para alguien como yo el amar era un lujo. El que se me permitiera expresar mis emociones... era un privilegio del cual Giorgio me privó hace mucho tiempo.
—Zefer...
La voz de Eleonor me sacó de mi ensimismamiento. Cuando dirigí mi vista al suelo ella se encontraba allí, sonriente y radiante. Un suspiro involuntario se escapó de mis labios, estaba demasiado cansado para querer lidiar con ella.
—¿No planeabas saludarme? —me preguntó con inocencia mientras bajaba, cuando estuve a su altura ella se aprisionó contra mi cuerpo, sus pechos sobresalieron levemente de su escote—. Te extrañé mucho.
—Te saludé cuando llegué —me separé y aquella acción la descolocó. Sus orbes bicolores buscaban mi mirada con insistencia, y por primera vez, me negué a ceder a sus caprichos.
—Lo sé, pero no me saludaste como es debido —sus dedos acariciaron mi pecho y comenzó a subir lentamente hasta sujetar mi cabello.
—Te saludé de manera apropia —corregí mientras la alejaba—. No tengo porque dar muestras innecesarias de afecto, ya que vas a ser mi cuñada.
—Aun no estoy casada —soltó ella con un deje de diversión en su voz—. Así que, técnicamente, no soy tu cuñada todavía.
—Iba a ir a buscarte para hablar acerca de ciertos asuntos —Eleonor elevó una ceja en señal de confusión—. Que bueno que hayas sido tú la que me ha buscado.
—Si tiene algo que ver con la humana, no quiero oírlo —respondió cortante.
—Tiene que ver con ella, y su nombre es Clematis, espero lo recuerdes —cuando le dije esto ella se separó por completo, comenzó a golpear el césped con sus tacones mientras se cruzaba de brazos.
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Extinción - Nuestra última esperanza [Saga: LVDLO #1]
Science Fiction[GRATIS NUEVAMENTE] Clematis Garyen sabe que su existencia es prohibida, pero en cuanto descubre los planes de su nuevo dueño, se volverá la última esperanza de la humanidad para evitar la extinción. ...