CAPÍTULO XXI • La decisión está en tus manos •

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Z E F E R

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Z E F E R

Luego de que tuvimos aquella conversación ambos nos vestimos y fuimos a cenar con Ian y Rik.

La conversación durante toda la velada fue amena, me estaba divirtiendo demasiado. Era la primera vez en mi vida que podía decir con toda certeza que disfrutaba de la compañía de los demás. Y de alguna u otra forma, sentía que todo esto se lo debía a Clematis, ella con su sola presencia lograba cambiar todo dentro de mi ser. Estaba ayudando a matar a ese ser horripilante que era dando paso a una mejor versión de mi mismo

En cuanto la velada finalizó ambos nos fuimos a la cabaña, durante ese breve trayecto nuestros dedos se mantuvieron entrelazados en un suave tacto. Amaba la textura de su piel y amaba oírla cuando ella sonreía al hablar.

Deseaba verla siempre así. Feliz, rebosante de vida. Las cosas materiales a las que estuve acostumbrado durante mi vida pasaron a un segundo plano. Y todo porque pasó algo que jamás hubiera planeado. Me había enamorado de un humano.

Si mi yo de hace varios meses atrás me viera ahora se burlaría de mi por lo patético que me había vuelto, pero eso no importaba. Ni siquiera cuando recordaba las cosas que Giorgio siempre me dijo cuando era cachorro sobre ellos tenían cabida aquí.

Crecí bajo muchos prejuicios. Asesiné a mi madre y al padre de Clematis. Hice sufrir a mucha gente. Si ella no hubiera llegado... no sé exactamente que hubiera sido de mi vida más adelante.

Pero no todo era color de rosa. La culpa me carcomía, ella reposaba con tranquilidad en mis brazos sin saber que yo era un asesino. Yo fui el causante de que ella perdiera a una persona que amó. Incluso había jugado sucio, robé el lugar de Argon, mi amigo, para hacer que me quisiera.

Había momentos donde no lograba conciliar el sueño a causa de esto. El temor constante de que recordara pronto las cosas me mantenía inquieto. No quería volver a ver sus ojos rebosantes de vida llenos de lágrimas, lo que menos quiero hacer es lastimarla, como lo hice en el pasado. Pero estaba atrapado, yo mismo entré en una jaula y había tirado la llave que podía liberarme lejos de mi alcance.

Extinción - Nuestra última esperanza [Saga: LVDLO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora