Luna Evans.

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¿Por qué terminaste conmigo...?

¿Por qué fuiste tan cruel?

¿Por qué simplemente te fuiste, dejandome sola con mi desdicha?

Me heriste, Harry. Me dolió mucho ¿sabes?

Lo que me hiciste fue tan radical...descabellado... Me dejaste como un perro abandonado.

¿O es que acaso crees que eso soy?

Te conté tantas cosas de mí.... Ahora temo de que las uses en mi contra.

La secretaria me llamó. Resulta que tengo una beca deportiva en esta universidad. Por lo tanto, podía entrar a estudiar. Sería todo pago, siempre y cuando, mi rendimiento deportivo no baje su calidad.

Me iba a esforzar en ambos hemisferios. Pero era una universidad, una de las más difíciles de conseguir un cupo. Por eso, mis buenas calificaciones y mi buen rendimiento por fin rindieron fruto. Gracias a eso podía entrar a una universidad tan prestigiosa.

Y aquí va, la nueva estudiante de la universidad Sunshine Spring.

Luego de un par de meses (que aprveché tanto para estudiar como para entrenarme) logré ingresar a la prestigiosa universidad.

Iba a estudiar diseño y arte. Me encantaba el arte. Desde pequeña siempre quise tocar música, y también quería dibujar (aunque en ese tiempo no era buena en eso). Siempre soñaba de vivir por el arte. Tanto la música como los dibujos. Era, es y será mi pasión.

Entré a mi nueva habitación. Iba a compartirla con unas tres chicas más. Una era, para mi grata sorpresa, mis amigas, Valentina y Johanna. La otra chica (por cierto, desconocida) se llamaba Rebecca Steel.

Era una chica de estatura limitada. Era pelirroja, con un cabello -excesivamente- largo. Y pecosa (tanto como yo).

Siempre se la veía con falda, y camisas manga larga. Era bastante mona. E igual de tímida que yo.

Nos parecíamos (supuestamente) mucho. Por lo tanto, Johanna y Valentina nos decían "las hermanas perdidas".

Nos hicimos muy amigas (luego de pasado mucho tiempo) y las cuatro nos quejábamos de tener que tocar en clases separadas. Mis clases favoritas eran Música, Historia de la Música (la impartía una profesora muy genial), Deporte (era mi favorita), diseño, y, por último pero no menos importante, artes contemporáneas.

En la clase de Artes Contemporáneas nos hacían poner nuestra creatividad al máximo. En esa clase los límites no existían. No mandaban a inventar tanto diseños como productos que fueran innovadores, y que estos sean, total y absolutamente originales.

A pesar de todo, no podía olvidar a Harry...
El había sido una persona que marcó mi vida.
Recordar los momentos que pasamos juntos...llenos de alegría, serían esos recuerdos que no se olvidan...

Me pregunto...

¿El se habrá olvidado de mí tan fácilmente?

¿El amor existe?       #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora