Dolor, engaño, pérdida y más dolor.

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Luna Evans.

De verdad que estaba confundida.

¿Desde cuando me gustaba Azael?
Nunca me di cuenta...
Pero al ver sus ojos miel, su piel pálida...su cabellera amarillenta...el contacto suave de sus labios... No pude evitar responder la pregunta que rondaba por mi mente desde hace mucho tiempo.

¿En verdad me gusta Azael?
Si. Si me gusta.

Pero Harry es...Mi novio. Y yo lo amo. De seguro eso de que me gusta Azael es efímero, algo pasajero. Pero yo amo Harry. Y no lo dejaría tan rápido de esa forma.

Simplemente estoy confundida, eso es todo.

Gracias a Dios que Rachelle se fue a otra habitación con sus amigas, no soporto su compañía.

Rebecca Steel.

Fui hasta la cama donde Harry estaba sentado.

Las piernas me temblaban tanto, que me parecía un milagro divino que pudiera haber caminado esos pasos.

Mis manos sudaban y tenía miedo, pero debía de ser firme.

Entonces lo dije.

-Harry, tu me gustas.

Este se quedó mirándome escrutadoramente y preguntó.

-¿Estás segura de lo que dices?

Dime, ¿¡CÓMO DIABLOS NO VOY A ESTAR SEGURA DE LO QUE DIGO!?

-S-si -dije nerviosa. Si, lo estoy -dije, ya con más seguridad aunque seguía delatando con mi cuerpo los nervios que sentía al pronunciar una palabra.

Me miró unos largos segundos, cerró los ojos mientras fruncía el ceño. Estaba pensando. Entonces dijo.

-Tu eres linda, Rebecca. Perfecta, como cualquier otra chica. Pero has de saber que yo amo a Luna. Aún así, me pareces muy linda, y que cualquier chico se sentiría feliz a tu lado.

Entonces, caí en la cuenta. Era un rechazo. Pero era un dulce rechazo. Jamás había oído hablar a alguien de mí de una manera tan dulce.

Pero me dolió, de todas formas.

Yo; yo quería a Harry. Lo quería para mí sola...pero, ¿Qué quería Harry?

No puedo ser tan egoísta, el debe ser feliz.

Lo que se con certeza es que nada volverá a ser igual entre nosotros, por más que lo evitaramos, por más que actuemos como antes, por más que toquemos The Song Of Time con la Ocarina del Tiempo, por más que volvamos al pasado con una máquina del tiempo...Nada iba a ser igual desde esta mañana.

Nada.

Soy una idiota.
De verdad que soy una idiota en pensar que con decirle cualquier cosa iba a dejar a Luna e irse conmigo...
Luna es mi amiga, de verdad he jugado mucho con su confianza...
Soy una mala amiga.
Pésima amiga.
Amiga de escoria.
Escoria de persona.
Persona de mierda.
Mierda peor que cualquier otra.
Cualquier otra de las putas que se besan con cualquiera.

¡Por el sombrero de Luffy! Voy a terminar con la autoestima por los suelos.

Debería decirle a Luna lo que pasó. Antes de que se entere por otra persona.

La fui a buscar, y vi que estaba hablando con Rachelle. Me apuntó y susurró algo; cuando vi, Luna me miraba con enfado.

Luna Evans.

Iba caminando a buscar a Rebecca para hablar un rato con mi amiga, cuando Rachelle se me acerca.

-Oye, Luna. Harry y Rebecca estaban tirando en la habitación.
-¿Por qué dices algo así?
-Pues... Los gemidos de Rebecca -esta se apareció frente a nosotras y Rachelle le apuntó- se oían por todo el pasillo y la puerta se movía mucho.

Rachelle se fue, como si estuviera apurada.

-¡Hola Luna! -dijo la fulana que tenía delante- oye, tenía algo importante que decirte.
-¿Qué? ¿Querías explicarme cómo se veía Harry sin pantalones? -le espeté con todo mi desprecio.
-¿D-de qué hablas, Luna?

Entonces salió Harry.

-Oh, hola Harry, que sorpresa -dije en un tono fingido de la misma- quería preguntarte que tal se ve Rebecca sin falda.
-¿De qué hablas Luna? -Aja...con que haciéndose el tonto ¿eh? Eso no funciona conmigo.
-De que anoche dejaron de ser vírgenes -yo iba a ser directa con eso, pues la rabia y el odio se incrementaban en mi ser.

Ellos me vieron con el shock en su rostro. Eso no iba a servir.

-Bueno, ya. Fin. Si todo era para quedarte con Rebecca, pues hazlo. No me importa. Me vale madre ¿Sabes? EL AMOR NO EXISTE. Para que seguir intentándolo si siempre voy a terminar igual.

Y me fui.

Quería llorar, quería golpearlo por herirme nuevamente. Yo de verdad me sentía desdichada. Quería dejarlo tan adolorido como me encontraba en ese momento, pero sabía que si lo intentaba, terminaría muriendo.

Me sentía molesta. Me hervía la sangre...

¿Ella era mi amiga?
No lo creo.

Empecé a correr y alguien me alcanzó. No tenía ánimo para escapar.

-Luna...
-Déjame, maldito bastardo.

Lo alejé de mí y corrí más rápido esta vez. Una lágrima escapó por mi ojo.

Ahora, no solo perdí una amiga, sino que perdí algo más que una hermana.

¿El amor existe?       #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora