Capitulo 3: Puerta al Infierno

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Dia 1
4:20 pm

Era una tarde soleada, el típico clima que hacía en el pueblo, Jason observaba al horizonte, viendo a través de las montañas donde se notaban las siluetas de los pocos edificios del centro.

Michael no le quitaba los ojos a el suelo del autobús, que tenía manchas y pedazos de lodo seco pegados a los bordes de los asientos.

Luego de un largo viaje, llegaron a una zona desértica, el horizonte se había transformado en una planicie de arena y tierra con grietas, que tenía un tono amarillo. El calor aumentó gradualmente mientras el autobús continuaba su transcurso.

En el fondo del autobus, dos hombres conversaban acerca de sus delitos, sin ningún tipo de vergüenza por lo que hicieron, inclusive, reían casualmente mientras describian sus asesinatos.

El autobús se detuvo en seco, haciendo que la cabeza de Michael golpeara el asiento de adelante, haciendo que Jason sonriera por un momento, pero inmediatamente el sentimiento de culpa lo abarcó y su sonrisa se borró de su cara.

Luego de pasar por 2 controles de seguridad, el autobús se detuvo y el oficial comenzó a escoltar a los prisioneros que se encontraban en la parte de atrás del autobús. Jason y Michael salieron caminando hacia un paredón de color grisaseo, luego se movieron a un edificio con alambre de púas en la zona más alta, donde se encontraba un oficial con un rifle francotirador.

Fueron separados y cada uno de los reclusos fue ingresado a un cubículo, donde se le retiraron todo tipo de comunicador, teléfono, reloj, lentes, etc. Se les otorgó un overol anaranjado, con una camiseta blanca y unos zapatos deportivos blancos. Jason se quitó su camisa gris, sus jeans ajustados y sus botas americanas. Se colocó su overol, notó que los últimos dígitos de reconocimiento era su número favorito "#100125", suspiró y salió del cubículo.

Michael lo esperaba afuera, su overol le quedaba ajustado, y el número "#100126" relucía en su hombro. Caminaron hacía el primer portón y fueron escoltados hasta una sala grande de unos tres pisos, con celdas a los lados y guardias que supervisaban a cada uno de los prisioneros.

Varios reclusos gritaban y golpeaban los barrotes, silbando y gritando "Carne fresca!" Sin parar. Jason y Michael entraron a una celda que compartían, justo en la esquina derecha de esta sala, en el segundo piso. La celda era pequeña, con paredes y piso de cemento, y una ventana con barrotes se encontraba al fondo, otorgando luz a ese pequeño espacio. Jason se acostó en la cama y Michael se sentó en una banca de metal que se encontraba al lado opuesto de la litera. Al cabo de una hora suena una alarma y los reclusos son llevados al patio, Jason y Michael salen de la celda, cuando llegan al primer piso recorren un pasillo.

Michael notó un tallado con una navaja en la pared que decía "S" pero no le dio mucha importancia, y continuó caminando, al llegar al final del pasillo ven una puerta grande de metal que comunicaba con el patio.

Al salir del patio Jason visualiza un grupo de presos, algunos con trajes naranjas y otros con trajes rojos. Michael se acerca a un guardia que fumaba un cigarro y le pregunta:

-¿Por qué esos presos tienen los overoles de otro color?.

-Por que esos prisioneros son altamente peligrosos - dice el guardia con un tono serio, mientras quitaba cenizas con la pared

Al llegar a la zona central del patio Jason y Michael se acercan a una mesa que está casi vacía donde sólo hay un hombre sentado en ella. El era alto, del tamaño de Michael, tenía él pelo largo de un color rojizo y era un poco gordo, también tenía un overol naranja y sus dígitos eran "#90553", Jason se le acercó y le preguntó:

-Nos podemos sentar aquí? - con un tono nervioso.

- Claro, no espero a nadie - dice el recluso con un tono burlón.

- Soy Jason - respondió rápidamente - y el es mi amigo Michael.

- Mucho gusto, me llamó Miles Dawson - dice mientras levanta su mano para estrecharla con la de Jason y Michael.

Jason levanta su mano y saluda fuertemente al recluso, que inmediatamente comenta:

- Son los chicos nuevos, no? 

- Se nota? - comentó Michael, que miraba hacia una de las canchas de basquet.

- Pues sí, aunque no parecen criminales. - dijo Miles, que ahora se encontraba levantado en frente de Jason.

- No lo somos, fuimos culpados de algo que no hicimos. 

- Así que a ustedes también les sucedió, que interesante. 

- Qué? Tu también fuiste culpado? - Respondió Jason con un tono apagado.

- Exactamente, fui culpado por el homicidio de mi esposa, ya hace 20 años.

- Y nunca se encontraron pruebas de lo contrario? 

- Probablemente, pero con un sistema judicial como el de éste pueblo, no me sorprende que todo haya sido gracias a dinero sucio.

Jason abrió sus ojos como platos, y comenzó a analizar todo lo que había sucedido, Jake saliendo a tempranas horas en su camioneta, que la madre de Jake fuese la juez justamente en su caso, y que no se han encontrado pruebas de ellos cercanas a algo posible.

Mientras tanto, un grupo de reclusos se acercó a Michael y a Miles, que se encontraban a unos 10 pasos de Jason, que se encontraba sentado, viendo hacia el lado opuesto.

- Oye tu, novato, conseguiste novio nuevo y eso que acabas de llegar? Ah claro, si es Miles, la puta más fácil de todas. - Comentó uno de los prisioneros, que tenía un overol rojo, una apariencia latina y todo su cuerpo lleno de tatuajes.

- Disculpa Ramón, pero ese puesto lo tiene tu madre desde hace mucho. - contestó Miles, mientras sonreía levemente.

- Muy Gracioso Miles, qué tal si me pagas lo que me debes y evitamos que te parta la cara.

Michael inmediatamente se colocó enfrente de Ramón, el cual empujó fuertemente al joven contra una pared cercana. Michael respondió con un golpe directo a la mandíbula del recluso, que tambaleó y se sostuvo con una verja que tenía detrás.

Uno de los compañeros de Ramón, que tenía una cicatriz en su ojo derecho golpea a Miles en las costillas,  mientras otro más corpulento le sostiene. Jason voltea y responde con una patada al estómago del anterior.

Ramón vuelve a el enfrentamiento golpeando a Jason en los pulmones unas 7 veces, justo cuando Michael le sostiene por la espalda y lo lanza contra la pared. Michael ayuda a Jason a levantarse y comienzan a ayudar a Miles, el cual se haya golpeando con su codo a uno de los reclusos.

La pelea finaliza cuando Ramón sostiene a Jason por su pierna, tirándolo al piso, Michael responde con una patada directa a la cara de Ramón, la cual le noquea. Los oficiales llegan y electrocutan a Michael y a Jason con un tazer, son esposados y llevados a un piso subterráneo de la prisión, el cual tenía unas paredes de ladrillos gris con un aspecto mohoso y polvoriento.

Los jóvenes son lanzados a celdas individuales, separadas por una pared de concreto de apróx. 1 metro de ancho. Son encerrados con una puerta de metal, que solo tenía una pequeña ventana para visualizar el pasillo.

La celda podría ser considerada como un calabozo del siglo 18, paredes mohosas con vigas de madera podrida y en las esquinas superiores se veían telarañas. Jason se recostó en la cama y observo a través de los barrotes la luna, la cual estaba llena, e iluminaba toda la celda.

Michael se acercó a la ventanilla de la puerta donde observó una sombra que se alejaba lentamente, luego escuchó un grito de lo que parecía ser uno de los oficiales:

- Bienvenidos a la parte más oscura del infierno. 

BreakoutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora