Cápitulo 18: El Desaparecido

25 4 2
                                    

Día 34

1:27 pm - Jason

 Luego del bloque de almuerzo, Michael y Jason comenzaron a caminar hacia las celdas, justo cuando sonó el timbre que señalaba un período libre de 2 horas, las suficientes para bajar a la sala de calderas y salir con el paquete antes de que algún guardia se enterase. Se dirigieron hacia la zona central de la prisión donde habían múltiples puertas de acero pintadas de un color azul marino, con paredes frisadas de concreto pintadas de blanco. Los jóvenes reclusos comenzaron a caminar por el extenso pasillo, hasta llegar a la tercera puerta, la cual tenía un pequeña placa al lado con el texto:

SALA DE CALDERAS - ACCESO RESTRINGIDO

 A pesar de las dos últimas palabras del letrero, J y Mike abrieron con facilidad la puerta y comenzaron a bajar rápidamente las escaleras, no podían arriesgarse a ser vistos por algún guardia y aumentar el número de años en ese putrefacto lugar. Las escaleras eran extensas y bajaban al menos unos 20 metros. El silencio fue perturbado por las palabras de Michael, que se encontraba detrás de Jason bajando lo más rápido que podían.

-¿Cómo se supone que sabremos cuál es el paquete que quiere Navy?

-Me dijo que estaba cerca de la caldera principal, al lado de unas cajas de madera.

 Al llegar al final de las escaleras se encontraron con una sala amplia en forma rectangular, las esquinas superiores estaban llenas de moho y algunas partes de las paredes estaban deshechas por la humedad y el poco mantenimiento que se les daba. En la esquina izquierda muchas tuberías de color negro subían a través de agujeros en las paredes, las cuales también conectaban con la caldera principal, ésta última parecía un horno de cremación, media unos cinco metros de altura y la compuerta con rejillas oxidadas de unos dos metros mostraba un infernal calor que inundaba toda la sala. 

 Mientras Jason y Michael avanzaban, escuchaban las voces amortiguadas por detrás de un grupo de cajas de madera, y en el piso se lograba ver un rastro de sangre interrumpido por algunas huellas de botas. Al llegar, se colocaron por detrás de ciertas herramientas de limpieza y cajas de cartón dañadas por la humedad, y al ver la escena que sucedía se quedaron boquiabiertos. Del otro lado, lograban ver un recluso con un saco de tela en la cabeza, con unas 30 heridas en su cuerpo, desangrándose, se podía ver la desnutrición en su cuerpo, y se encontraba sentado, amarrado por algunas cuerdas a un pequeño taburete de madera. Enfrente de él estaba Ramón, con un puñal en su mano lleno de sangre.

 Antes de que Michael pudiera intervenir, sintió una mano en su hombro izquierdo, se volteó inmediatamente, con su puño preparado, pero la cara que logró percibir a pesar de la poca iluminación no era la que esperaba. Del otro lado del misterioso brazo se lograba ver la familiar cara de 911. Mike relajó sus músculos y se movió un poco a la izquierda, dándole el suficiente espacio para no ser visto.

-Casi me matas del susto. -dijo Mike, susurrando.

-¿Qué se supone que es esto? ¿Quién es él? y ¿Por qué Ramón lo está torturando?

-No lo sé, no lo sé y probablemente porque es un maldito. - respondió en voz baja Jason.

 Justo antes de que 911 pudiera responder, una sombra pasó por su derecha, era Theodore Bagwell y aunque no notó la pequeña reunión que tenían los 3 reclusos, si notó que Ramón se preparaba para seguir apuñalando a la misteriosa víctima. 

-Detente, tengo que hablar con el chico. - Su voz autoritaria hizo que Ramón se quedara estático y colocara el puñal en una pequeña mesa de acero.

 Theodore retiró el saco de tela para que la cara de Zero pudiera mostrarse, el chico tenía la mirada perdida y estaba pálido, las encías le sangraban y sudaba excesivamente. Los chicos se quedaron estupefactos al ver al joven moribundo desangrándose, pero 911 les hizo un gesto para que no corrieran hacia su compañero, señalando a los escoltas de Theodore, que medían unos 2 metros cada uno.

-El chico ya está listo, sólo hay que esperar. - Dijo en voz alta, luego le susurró algo a Zero y se dispuso a retirarse de la sala de calderas acompañado de sus escoltas.

1:42 pm - Zero

 Hacía ya semanas de que no había comido nada que no fueran las sobras de la comida de Ramón que usualmente le traía por lástima, y la herida en su abdomen le causaba un agudo dolor cada cierto tiempo. Zero había perdido las ganas de vivir, y las amenazas por parte de Theodore le habían dado incontables noches de insomnio. Aunque estaba acostumbrado a oír la voz de Ramón cada cierto tiempo, era muy raro que Bagwell le retirara la tela de su cara para conversar con él. 

 Esta vez fue la más extraña de todas, Theodore le removió el saco de tela de su cabeza, haciendo que la luz de la caldera encandilara sus ojos, los cuales ya veían todo de manera borrosa. Logró ver los labios de los dos hombres moverse, pero el cansancio ya no le permitían identificar las palabras que entraban por sus tímpanos. Lo que logró descifrar fueron las palabras que Theodore le susurró antes de retirarse, "Si no los matas, mataré a tu madre y a tus hermanas"

 Cuando el hombre se retiró su vista se nubló, y todo lo que podía ver era a Ramón parado enfrente de él, Zero estaba listo para sentir un puñal atravesando su abdomen, estaba acostumbrado a sentir ese dolor a diario, pero justo cuando Ramón iba a clavarle el filoso objeto, otros dos sujetos aparecieron detrás de él y comenzaron a golpearle repetidas veces, uno de ellos, alto y moreno, sujetaba a Ramón por los brazos mientras que otro más bajo, lleno de tatuajes comenzaba a clavar el puñal en los pulmones del hombre.

 Se dio cuenta de que eran Michael y 911. Ramón comenzó a forcejear lanzando a 911 al otro lado de la sala, y empujando hacia atrás a Mike, el cual chocó con la caldera haciendo que las viejas rejillas cayeran, desatando las brasas en la espalda del joven, haciendo que su ropa comenzara a prenderse en fuego. Mientras la escena de acción sucedía, un chico de ojos claros que tenía un pequeño paquete de color amarillento en su mano izquierda comenzaba a desatar a Zero, cargándolo lentamente hacia las escaleras.

 Michael se alejó debido al inmenso calor que sentía en su espalda, Ramón se quedó inmóvil intentando retirar el puñal de su pulmón derecho, aunque cuando levantó su vista logró ver a 911 corriendo directamente hacia él, lo empujó contra la caldera principal y lo sostuvo por la camiseta, comenzaron una serie de golpes entre sí, 911 comenzó golpeándole en la quijada repetidas veces, aunque pudo responder con un par de golpes al estómago de 911, se vio indefenso luego de que el hombre de tatuajes comenzara a golpear sus pulmones que ya se hallaban sangrando.

 Ramón logró agarrar una vara de acero que se encontraba extremadamente caliente, y se la colocó en el cuello a 911, el hombre gritó de dolor y se alejó de la mano derecha de Theodore, sin darse cuenta de que Mike que se acercaba rápidamente intentaba enviar un gancho derecho hacia su cara, logró esquivarlo y comenzar a golpear la cara del joven, aunque Mike le sostuvo por el overol y comenzó a cargarle agarrándolo por una pierna y lanzándolo hacia adentro de la caldera, Ramón comenzó a retorcerse y a gritar debido a las brasas que quemaban su piel, el fuego se extendía en su ropa y literalmente sentía que se derretía en la caldera de la prisión, intentó arrastrarse hacia afuera, justo cuando Mike cerraba la caldera con la oxidada rejilla mientras le miraba a los ojos y decía:

-Esto es por Miles.

BreakoutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora