Capítulo 11: Crescendo

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Día 18
7:00 am

Cero despertó en la enfermería, se encontraba acostado en una sala blanca, con múltiples estantes llenos de medicinas e instrumentos de enfermería.

El chico de 17 años intentó sentarse en la cama, pero se dio cuenta de que tenia un amplio vendaje en su abdomen, que estaba rojizo debido a la sangre que había perdido por las apuñaladas, volvió a acostarse e intentó tomar agua, pero accidentalmente lanzó el vaso al piso, por lo cual la Srta. Rosie llegó corriendo creyendo que se había caido y necesitaba ayuda.

- Necesitas algo Franklin?

- Dime Zero, y no, solo quería un poco de agua.- el prisionero volvía a incorporarse en la cama, colocando uno de sus brazos en su abdomen.

- Esta bien, Zero, sabes que estuviste dormido por casi un día completo?

- No tenía idea; supongo que el agotamiento me destrozó, junto a las heridas de la pelea.

- Y el hecho de que perdiste más de medio litro de sangre, y de que todavía tienes algunos trozos de vidrio en uno de tus intestinos.

- Vidrio? No recuerdo que me apuñalaran en toda la pelea. - Frank se veía desconcentrado, con la mirada desviada y perdida.

- Ese es el problema, por alguna razón Theodore entró y te clavó una botella múltiples veces, no estaba aquí, y por eso no pude detenerle.

- Y por eso parezco una cuarentona con esta faja?

- Es un vendaje, y te mantiene todo junto hasta que pueda hacerte una serie de puntos y poder cerrar tus heridas, puedes irte, pero debes mantener reposo si no quieres ver tus tripas en el piso.

Cero caminó fuera de la enfermería y comenzó a trasladarse hacia su celda, al llegar al comedor, el reloj marcaba las 8:00 am. Cero se encontró con Michael, que se encontraba desayunando.

- Buenos días Mike - Dijo Cero mientras se sentaba lentamente al lado de él.

- Buenos días, como sigues? - Contestó el joven, tenia el overol a la mitad, en la parte superior tenia una camiseta blanca que le quedaba ajustada.

- No puedo hacer ejercicio por un mes.. - Se escuchaba la tristeza en su voz, ya que acostumbraba hacerlo todos los días. Solía practica con sus amigos y siempre fue un chico atleta, inclusive, había ganado una beca deportiva.

- Bueno, al menos podrás dormir todo el día y así no soportar los inútiles comentarios de J.

- Hablando de J, donde está?

- Ni idea, cuando desperté no estaba en la celda, probablemente esté con Miles.

- Bueno, te dejo, iré a descansar.

Cero continuó hacia su celda, al girar la esquina, se encontró con Theodore, el cual le clavó un puñal en el abdomen ya destrozado y le cargó hacia la zona de calderas de la prisión, Cero terminó desmayándose debido al dolor.

Cuando despertó se encontraba amarrado a una silla y tenía un trozo de tela en su boca, la sala era oscura y solo se veía iluminada por el fuego que salía de la caldera principal, las paredes eran mohosas y la sala tenía un fuerte olor a azufre y gasolina.

- Bienvenido a nuestro parque de diversión, Frank. - El hombre ignoró los gritos callados de Cero; y continuó - Sabes, según Ramón tenías más resistencia, al parecer se equivocó. No creo que nos sirvas de mucho

Cero mordía la camiseta e intentaba zafarse de las esposas caseras que Theodore le colocó. El hombre continuó:

- Ahora, necesito un favor de tu parte, y sé muy bien que ayudarás, cierto?

Cero intentó pedir por ayuda, pero la camiseta entre sus dientes no le permitía gritar.

- Tomaré eso como un sí, bueno, este es el trato, tu matas a unos amigos tuyos, sabes, a Michael Fields y a Jason Todd y todo irá bien, y si no decides hacerlo.. digamos que vas a poder ver lo que tienes adentro de tu abdomen. - Theodore le retiró la camiseta, inmediatamente un grito salió de la voz del joven.

- ¡Ayuda! ¡Mike! - Cero estaba desesperado por ayuda, se tambaleaba en la pequeña silla de metal.

- Grita todo lo que quieras, los guardias están comprados, y estamos en un sótano, nadie vendrá a buscarte.

-¡No mataré a nadie maldito bastardo!

Theodore golpeó en la cara a el chico, sostuvo su cabeza, y comenzó a ahogarle con un bidón de agua. Se detuvo justo cuando Cero dejaba de responder, y seguido a esto comentó:

- Eso veremos, Frank.

Jason - 7:30 am

Jason no podía dormir desde hace ya una semana, no podía saber si los chicos se encontraban en peligro, o que inclusive, Jhon no les hubiese contactado, escuchó como un guardia se acercaba a la celda y que tocaba uno de sus barrotes con su puño.

- Despierta 125, tienes visita. - La voz de el hombre era grave, y retumbaba en la pequeña celda.

Cuando Jason se dispuso a salir con torpeza de esta, Michael roncaba en la parte alta de la litera, el guardia le sostuvo por el hombro y lo empujó por el pasillo. Llegaron a una sala que se dividía a la mitad por una serie de cubículos con pantallas de vidrio en la mitad, cada uno de estos tenia un teléfono de color azul marino en cada uno de sus lados, al ver quién se encontraba de el otro lado, Jason corrió y agarró el teléfono.

- No sabes cuánto necesitaba verte, y escucharte. - La voz femenina de Vanessa sonaba de el otro lado de el teléfono.

- ¿Estás bien?¿Por qué viniste a esta hora? - Jason se encontraba eufórico, su sonrisa destellaba a través de el vidrio de la sala, a pesar de tener la cara sucia y los ojos un poco hinchados.

- Estoy bien, tranquilo, solo no podía dormir, necesitaba saber si seguían vivos.

- Tu hermano me cuida y yo a él, que ha pasado afuera?

- No han encontrado el cadáver de Megan, por más que te sorprenda, y empiezo a creer que todo esto es culpa de Jake.

- Lo mismo creo yo, pudo haberle matado y ocultarse con su madre, por eso fue la juez en nuestro caso.

- En fin, estamos con una abogada que es amiga de Lucy, y realmente ha sido de gran ayuda.

- Gracias Vanessa, por todo, acerca de lo nuestro, disculpa por..

- No es momento para hablar de eso - Interrumpió, y sus mejillas comenzaron a sonrojarse. - Necesito que aguanten un poco más, y necesito que cuides a Mike, porque conozco a ese estúpido.

- Esta bien, lo haré...

- Te quiero J, cuídate.

El guardia agarró a Jason y lo llevó fuera de la habitación, donde le pidieron a Vanessa que se retirase. Jason fue directamente a la celda, pero se encontró con la sorpresa de que la gran sala se encontraba llena de reclusos gritando y mirando hacia el primer piso, donde Ramón se encontraba peleando con Miles.

Ramón tenía un puñal de metal oxidado en su mano, y Miles se encontraba en el piso, Ramón comenzó a clavar el puñal repetitivamente en uno de los ojos de Miles, había un charco de sangre en piso, Jason comenzó a correr hacia él. Al llegar al primer piso empujó a Ramón y se acercó a Miles, que se encontraba en el piso, inmóvil.

Michael llegó a los pocos minutos, solo para darse cuenta de que Jason, que se encontraba llorando y gritando "¡Miles!" era empujado por guardias y llevado a solitario. Miles estaba en el piso, desangrado y con el puñal clavado en su cara, había muerto hace ya 5 minutos.

911 llegó junto a Michael, estos dos corrieron hacia Miles, Ramón corrió y se desapareció entre la multitud. Los dos se quedaron inmóviles al lado de el cuerpo de Miles, antes de que fuera llevado por dos forenses.

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