Día 58
Rosie - 1:30 pm
Ya habían pasado más de dos semanas luego de el sorpresivo rescate de Zero, el joven recluso había estado días y noches seguidas en la enfermería, era obvio que todo el daño físico y psicológico que Ramón le hizo en la oscura sala de calderas lo había dejado exhausto. Michael y Jason lo visitaban cada vez que podían para saber su condición.
-Rosie, gracias por quedarte y retrasar tu beca para ayudarnos .- dijo Jason, que se encontraba al lado de una pantalla que mostraba los debiles pulsos cardíacos de Zero.
-Sí, tranquilo, solo una pregunta.. ¿Qué se supone que quieren que haga?
Michael se acercó a la joven enfermera y la acompañó a un lugar reservado de la sala. Mientras hablaban, 911 entró a la enfermería y rápidamente agarró de un brazo a Jason y lo llevó hacia afuera.
-¿Qué sucede?- Preguntó J al ver lo alterado que estaba el hombre calvo.
- Sucede que nuestro querido cocinero, decidió acelerar nuestro plan.- apuntó su dedo hacia un pasillo, por donde venía el oficial Greg a toda velocidad. - Tenemos que irnos, ya.
Jason corrió hasta donde estaba Mike y Rosie, les advirtió de la situación y los tres reclusos salieron en un abrir y cerrar de ojos de la enfermería. Rosie intentó preguntar algo pero su voz no llegó a ser escuchada por ninguno de ellos.
"¿Cómo se supone que voy a hacer esto?" -Pensó, y antes de que pudiera idear algo el oficial Greg entró con paso apurado, su incomodidad podía verse inclusive antes de que hablase.
-¿Sucede algo oficial? - dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
-Sí, bueno, es algo vergonzoso.. Verá, soy intolerante a la lactosa y por alguna razón Rick me hizo un cóctel lácteo en el desayuno.
-No se preocupe, siéntese en la camilla. - señalando con su mano la que estaba próxima a la de Zero.
Antes de que el oficial pudiera sentarse, Rosie desconectó el cable que detectaba los pulsos de Zero, haciendo que la pantalla emitiera un constante pitido agudo que se escuchaba en toda la sala. A pesar de que la enfermera no habia tomado clases de actuación, su cara podia definirse como total preocupación.
-Oficial, tiene que ayudarme. - dijo mientras corría a buscar una serie de medicamentos que obviamente no iba a usar, ya que Zero se encontraba totalmente estable.
La cara del oficial Greg había cambiado del cielo a la tierra, se puso pálido y comenzó a sudar, intentó hacerle RCP a Zero, pero Rosie lo detuvo justo antes.
-¡¿Está loco?! Este paciente tiene una bacteria en su abdomen, podría comerle toda la piel de las manos - gritó mientras le daba un par de guantes .- tome, póngaselos.
Mientras el policia, a quien le temblaban las manos intentaba colocarse los guantes, Rosie conectaba el cable de nuevo a la pantalla, haciendo que los pulsos volvieran a la normalidad.
-Creo que me diste los guantes para nada, lo mio no es la medicina .- Dijo el oficial mientras se los quitaba y se los entregaba .- Debo retirarme, pero volveré en el siguiente bloque para ver si puede ayudarme con.. Mi problema.
-No se preocupe, aquí estaré.
Justo cuando el oficial se retiraba de la enfermería, Rosie retiró una goma de mascar que había colocado en el guante del oficial, donde se veía una borrosa huella dactilar, que milagrosamente podría ayudar a los chicos.
Zero
Al despertar, Zero solo pudo ver la silueta de Rosie, se encontraba cambiando una bolsa de solución que le estaba administrando vía intravenosa. Rosie, que logró ver la milagrosa recuperación del joven, suavemente dijo:
-Es un milagro que hayas sobrevivido, tuve que llamar a un compañero cirujano a ayudarme en tu operación, perdí la cuenta de la cantidad de puntos que tuvimos que hacerte en el abdomen, aunque estás mejorando rapidamente. Deberías descansar.
Zero intentó hablar pero no tenia aliento para emitir ni un sonido, cerró los ojos y su mente divagó por toda su infancia.
Franklin "Zero" Lewis era un chico atlético, uno de los mejores tanto en fútbol americano como en basket, donde formaba equipo con su hermano Ray, dos años menor que el. Y es que debía serlo, ya que su beca deportiva era lo único que ayudaba a su madre debido a su grave situación económica.
Tonya Baller era madre de 3 hijos, viuda desde más de 30 años. Había conocido y estando saliendo con un hombre de la zona con dinero, que le ayudaba con la renta y con la comida.
Este hombre era Jack Bagwell, quien financiaba el negocio de drogas junto a su hermano Theodore. Había visto la determinación de los dos jóvenes "hijastros" así que decidió llevarlos a un trabajo con la excusa de ganar dinero fácil y ayudar con su madre y su hermana recién nacida. Los dos chicos aceptaron sin replicar y lo acompañaron a un pequeño puerto cercano a la ciudad.
Se suponía que iba a ser una simple entrega de material y por ende recibir una buena paga. Aún así, antes de llegar, Jack le dio un arma a Franklin, solo por si "habían inconvenientes".
Zero tiene recuerdos borrosos de ese momento, el trato iba bien, pero luego de que Jack se alejara con el misterioso hombre que compraría la mercancía todo fue en picada. Lo último que recordaba de ese día fue que le sostenían con una pistola en la cabeza, forcejeaba con un escolta del comprador y veía como su hermano recibía un disparo que impactaba en su cuello.
Franklin se quedó junto al cuerpo de Ray hasta que llegaron patrullas policiales; sin rastro del comprador ni de Badwell. 24 años en prisión por homicidio a su hermano. Su madre no le dirigía la mirada, Zero quedó completamente destrozado desde que vio como su mamá y su hermana menor, las dos mujeres que más amaba se alejaban sin siquiera decir adiós.
Ese día murió Franklin y nació Zero, porque así se sentía, como algo sin valor. Pero para Theodore valía mucho, el iba a ser la clave de algo más grande.
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Breakout
ActionJason y Michael fueron culpados injustamente de el asesinato de Megan Taylor, llevados a la prisión del condado, siendo sometidos a castigos y experimentando la corrupción que se encuentra en el distrito, por lo cual intentaran escapar y demostrar s...