Capítulo 2: La despedida y el tren

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Mi madre. Mi hermano. Mi chica.
Las personas que más me importan en el mundo, y ahora me tendré que separar de ellas. Nos adentraron a los cuatro en cuatro diferentes salas donde veríamos a aquellos que fueran a despedirse de nosotros. La puerta se abre y entran mi madre y mi hermano, nos abrasamos. Mi hermano lloraba y mi madre se aguantaba las lagrimas ya que debía ser fuerte tanto por mí como por mi hermano.
Cinco minutos después de que mi madre y hermano entraron en la sala, mi chica apareció. Sin apenas decir palabra, me abrazo y se hecho a llorar. Para este punto yo también estaba llorando, pero no tanto como ella y mi hermano. Mi madre sujetaba por los hombros a mi hermano en lo que me despedía de mi pareja. En cuanto me separe de ella mi hermano se colocó entre nosotros y me miro muy fijamente a la cara.
- ¡ Haymitch, prométeme que vas a ganar, por favor te lo suplico ! No te quiero perder, sabes que yo te necesito -decía mi hermano llorando. Se veía tan bello e indefenso, que no encontré mejor frase que dedicarle.
-¡Ganaré, o al menos lo intentaré! No te preocupes, que todo saldrá bien - le dije. No creía ni una de las palabras que me encontraba pronunciando, pero era lo mejor que se me había ocurrido decir para calmarlo.
No creo que lo logre, habrán 48 tributos incluyéndome y solo uno puede ganar. Tanto en una Arena como en un Centro de Entrenamiento cualquier cosa puede pasar.

Un Agente de La Paz se entrometió en la sala, era hora de separarnos. Nos fundimos los cuatro en un gran abrazo. Mi madre, mi hermano, mi chica y yo; éramos como una gran familia unida, al menos durante esos hermosos y emotivos segundos. Mi hermano lloraba. Mi chica lloraba. Mi madre comenzaba a llorar. Y hasta yo lloraba. Era una sala fundida en llanto y lagrimas. El Agente de La Paz agarró del brazo a mi hermano mientras este gritaba, estuvo a punto de coger el de mi madre pero esta accedió a salir de la sala sin resistirse. Debía mantener la compostura - pensé. Mi madre salió de la sala, no sin antes transmitirnos mutuamente una reconfortante mirada.

Jamás había pensando que una mirada podría ser reconfortante. Tal vez siempre creí que todas las miradas eran iguales. Pero esta, esta mirada de adiós que nos dimos, extinguió en mi gran parte de ese temor que me embargaba.

Mi novia me abrazó, me dio un último gran beso y me miro como si desde ya presintiera que no regresaría; o al menos no con vida. Nos miramos y chocamos nuestras frentes, ella no merecía sufrir como lo hacia en este momento. Mi madre y hermano tampoco lo merecían, yo no lo merecía. En realidad nadie lo merecía. Ni ninguno de nosotros, ni ninguno de los otros tributos cosechados.

El Agente de La Paz sacó a mi novia de la sala, y me quede solo en la sala por un momento que me pareció muy largo. Me seque las lagrimas y me repetí a mi mismo innumerables veces que todo saldría bien. Tenía la esperanza de que algunos de mis pocos amigos se fueran a despedir de mi, pero ninguno fue.

Creo que es momento que deje de llorar y me prepare para las cámaras. No querré que mis otros compañeros tributos, ni que el público me vea en un estado demasiado vulnerable.

Junto con la acompañante del distrito 12, Adara, y los otros 3 tributos, nos llevaron a la estación del tren. Muchos Agentes de La Paz nos andaban siguiendo, procurando evitar la fuga de cualquiera de nosotros; posiblemente también sea para evitar que alguna persona cerca atente contra la vida de alguno de nosotros. Muchísimos reporteros andaban tras nosotros haciéndonos preguntas y filmándonos; de no haber sido por los Agentes de La Paz estoy muy seguro de que nos hubieran aplastado, o como mínimo acorralado hasta que contestáramos todas y cada una de sus preguntas.
No sé que será más difícil,
sobrevivir a los medios de comunicación y a la sobreprotección brindada por el Capitolio, o a estos Juegos del Vasallaje-pensé.

Ya montados en el tren nos ubicaron en una espaciosa y lujosa sala donde nosotros, los cuatro tributos, nos reuniríamos en unos cuantos minutos con el que sería nuestro mentor durante estos juegos del vasallaje. En los otros distritos suelen haber dos mentores, un hombre y una mujer, vencedores de los juegos del hambre. Sin embargo, nuestro distrito solo cuenta con uno, y ese es Hank. Es decir que cada año, él tiene que entrenar a los 2 tributos cosechados y verlos morir a todos y a cada uno de ellos, o al menos por ahora, pues hasta la fecha, ninguno a sobrevivido. Los mentores están a cargo de entrenarnos y darnos consejos de supervivencia para emplearlos durante los juegos, los mentores también están a cargo de proporcionarles patrocinadores a los tributos; cosa que durante sus días en la arena les puede salvar la vida. En ocaciones, cuando un tributo no cuenta con un objeto durante la arena, ya sea un arma, medicinas, alimento, u otro utensilio de gran utilidad que los puede ayudar a sobrevivir en la Arena, solo el patrocinio de los patrocinadores los puede salvar. Cabe destacar que los precios de los objetos que son enviados a la Arena aumentan con el paso de los días, precios que pueden llegar a considerarse exorbitantes.

Sentimos como el tren se ponía en marcha, era hora de marcharse del distrito 12.

El tren viajaba a 250 kilómetros por hora, algo que aseguraba que no tardaríamos demasiado, o tanto como desearía, en llegar al Capitolio. Nos acomodamos en unos asientos acolchonados y esperamos en silencio la llegada de nuestro mentor.

Entro con una copa de vino en su mano derecha, pero aun sobrio, se paro delante de nosotros y nos observo a los 4 detenidamente, luego se sentó, y sin soltar la copa de vino, comenzó a hablar.

- ¿ Quienes son y cómo se llaman ? - preguntó Hank.

Nos miramos entre nosotros algo confundidos, nos preguntábamos quien de los 4 seria el que primero hablaría.

-Soy Anker Osam y tengo 17 años - dijo Anker.

Maysilee le siguió.

- Soy Maysilee Donner y tengo 16 años años dijo Maysilee.
- Soy Calliope Lustrs y tengo 15 años- dijo Calliope.
- Soy Haymitch Abernathy y tengo 16 años - dije.
- Muy bien - dijo Hank. - Ahora necesito que comprendan que estos Juegos no serán como los habituales. Este año 48 tributos irán a la Arena, sus Centros de Entrenamiento han sido muy bien diseñados, Adara y yo los ayudaremos en lo que podamos. Lo primero que vendrá será el Desfile de Tributos, en lo que al llegar al Capitolio comenzaremos a trabajar. Tenemos que enfocarnos ahora en su imagen, el Desfile de Tributos es un momento muy esencial para conseguirles patrocinadores. Luego comenzarán sus entrenamientos y sus secciones privadas; nos encargaremos de eso luego. Aquí en el tren, los cuatro tendrán sus propias habitaciones individuales, al igual que su propio vestidor y baño. Durante los próximos días conversaremos sobre las habilidades de cada uno de ustedes y les proporcionaré toda la información que les podría resultar útil durante los juegos...

Hank no tenía el odioso acento del Capitolio, pensé que tras pasar tanto tiempo con gente de allá habría adoptado su mismo acento, ya veo que no. A pesar de que aparenta ser un buen tipo y me inspira confianza, mis inseguridades hacen que parezca más serio y amargando de lo que desearía.

Cuando fuimos a cenar nos sentamos todos al rededor de una larga mesa, que según Adara, estaba hecha de caoba. La comida que servían en el tren era exquisita, tanto que en lo único que pensé durante gran parte de la cena fue en lo genial que hubiera sido compartirla con mi familia y con mi chica, o al menos con algunas de todas esas personas que mueren de hambre en mi distrito.
Opte por servirme un poco de sopa de zanahorias y ensalada verde, como postre elegí un pequeño trozo de tarta. Adara no paraba de hablar sobre la emoción que la embargaba, en varias ocaciones intento formar una conversación conmigo y con Maysilee pero los únicos dispuestos a entablar conversación fueron Anker y Calliope.

Mi habitación era muy acogedora, tanto que me hacía olvidar por unos instantes donde verdaderamente me encontraba y a donde me dirigía. No se que tanto tarde en dormirme, pero lo que sí se, es que mientras lo intentaba, en lo único que pensaba era en aquellos 3 seres a los que había dejado atrás en el distrito 12.

Presiento que desde este día, nada será igual. Siento que cuanto mas me alejo del distrito 12, mas me alejo de mi mismo.

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Hola!!! Mil gracias por leer mi historia! Quiero que sepan que el tercer capítulo será actualizado cuando este tenga una cantidad de leídos razonables. L@s amo a tod@s y por favor déjenme comentarios para saber si debería mejorar algo. Este capítulo tal vez sea el primero y ultimo que contenga mucho llanto, pero era la despedida y deseaba hacerla emotiva. 💞💞💞 Gracias por leer esta historia !!! Espero que les guste y la continúen leyendo, besitos a todos... 🙊😋

El Segundo VasallajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora