Desde hacía aproximadamente media hora me encontraba sudando y preguntándome cuando aquel procedimiento por fin terminaría.
Me agarraba de los bordes de la camilla cada vez que Minerva me retiraba una tira de tela de la piel. El proceso de embellecimiento llevado a cabo por mi equipo de preparación, se podría decir que carecía de consideración. El cabello, las cejas y la depilación eran solo unas cosas de las que nos debíamos de encargar antes de el Desfile de Tributos. Mi equipo de preparación consistía en Octavius, Minerva y Alis, y era dirigido por el estilista principal, Anieli. El mas agradable de los cuatro era Octavius, por otra parte, Anieli, tenía unas ideas de espanto sobre cómo nos vestiría para la ocasión. Como estilista principal, Anieli se encargaría de diseñarnos un atuendo que fuera de acuerdo a la profesión que ejercía nuestro distrito, es decir, minería del carbón.Mis piernas andaban cubiertas de vellos y a pesar de que no habían pasado más de tres días desde la Cosecha, mi barba había vuelto a crecer. Llevaba tiempo sin cortarme el cabello, desde hacía meses, tal vez más de un año, lo mantenía largo, aunque bien cuidado. Mis uñas andaban sucias y no estaban limadas ni recortadas, por lo que Alis tuvo que emplear un buen rato en ellas. Jamás me había arreglado las cejas, salvo por una vez hace ya varios años en la que tome una navaja de afeitar, y tras cubrir el área que deseaba rasurar con jabón, pase la cuchilla y elimine parte de aquel vello facial. Los resultados de aquel último procedimiento no fueron los mejores, mis cejas no quedaron como lo deseaba y sufrí de muchas burlas en la escuela antes de que estas volvieran a estar como antes.
El estilo y la forma de vestir para los ciudadanos del Capitolio es muy importante, es por esto que tanto su vestimenta como su cuerpo lucen extravagantes. Hacerse tatuajes, teñir sus cuerpos, someterse a cirugías plásticas para alterar su apariencia... Todo eso era completamente normal en el Capitolio. Para cualquier persona, como yo, que nunca antes hubiera estado expuesta ante este tipo de cultura, era predecible su reacción de asombro, incomodidad, y tal vez también de burla. Usualmente lograba mantenerme al margen y ser cuidadoso con mis comentarios, pero habían momentos donde simplemente no lo conseguía y terminaba gritándoles todo tipo de cosas a todo aquel que se cruzara en mi camino.
Esta noche seria el Desfile de Tributos, era hora de que los 48 tributos nos presentáramos ante los ciudadanos del Capitolio, y ante Panem. El presidente, Coriolanus Snow, estaría presente, y las cámaras también. Mi familia y mi chica me verían en la televisión, y quería asegurarme de verme lo mas fuerte y saludable posible, en un intento de hacerles saber que estaba bien. Sin embargo, eso no era cierto, me invadía la nostalgia, y hasta la persona mas fuerte es capaz de sentirlo y sufrir por ello; extrañaba a mis seres queridos.
Los demás tributos se habían reunido a su vez con su Equipo de Preparación, y al cabo de unas horas el proceso de embellecimiento había culminado. Fui llevado adonde Anieli, quien ya tenía sus ideas claras sobre lo que haría este año con los tributos, y lamentablemente, también lo que vestirían.
- Hola, Haymitch - dijo con el acento del Capitolio.
- Hola - respondo, sin emoción alguna.Anieli observaba mi cuerpo desnudo, sin tocarme, pero tomando nota de cada singular detalle. De una forma u otra aquella situación me hacia sentir incomodo pero era mi estilista, y ese era su trabajo.
Anieli sin duda era nuevo, lucia bastante inexperto, y los recién llegados siempre solían quedarse con nosotros, el distrito mas pobre de Panem. Me paso un estilo de bata que comenzaba en la cadera, de manera que todo mi abdomen quedaba expuesto, y lo seguí hasta un salón tipo sala con dos muebles y una pequeña mesa. Nuestra comida aprecio con Anieli tan solo tocar un botón. Sufría de un sentimiento que no sabia explicar muy bien, acá los ciudadanos no tenían que esforzarse por conseguir comida, mientras que en el distrito morían por montones gracias a la des nutrición. Me resultaba de cierta forma repugnante la vida cuando comparaba ambas situaciones, amabas muy diferentes sin duda.
Anieli me contó detalladamente como él y los estilistas de los otros 3 tributos de mi distrito planeaban vestirnos.
- Este año es el Segundo Vasallaje de los Veinticinco, y todos los estilistas deseamos que nuestros tributos se vean lo mejor posible, y con esta idea los cuatro nos pusimos de acuerdo en el tipo de vestimenta y accesorios que los cuatro llevarán dijo Anieli.
Ciertamente me encontraba nervioso por lo que estaría a punto de escuchar. Deseé con todas mis fuerzas que no fuera algo ridículo como todos los años, sin embargo no siempre todo sale como uno quiere.
- Para este año, decidimos que los tributos del distrito 12 deberían vestir con trajes de mineros, incluyendo cascos con focos y un mono de cuerpo completo - declaró Anieli.
Definitivamente me encontraba perdido, no podía negarme y no había forma de que revocaran esa idea tan absurda. Me preguntaba si los demás estaban de acuerdo, ninguno quería ridiculizarse frente a todo Panem.
La decisión ya estaba tomada, y ya no había forma de hacer cambiar a los estilistas de opinión. Deberíamos vestir de esa manera por que ellos así lo querían.
Verdaderamente esperaba sobrevivir a dicho desfile, mientras tanto me ponía cómodo antes de ver en persona al presidente Snow esa misma noche.
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El Segundo Vasallaje
Fiksi Penggemar"- Él solía preocuparse, Él solía sentir, Él solía amar... - y qué le pasó ? Porqué cambio? - Se convirtió en Tributo " Era una Arena como ninguna otra, era un horror... disfrazado de paraíso. El Día de la Cosecha llegó ! ¿Qué pasaría si por prim...