Capítulo 14: Primera Noche Y Primeros Problemas

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Apenas habían pasado un par de horas desde que había ingresado en la Arena y ya habían problemas. No sabía si lo que veía era real o si por el contrario me lo estaba imaginando pero aún así le hable a la silueta que ya comenzaba a reconocer.

-¡Anker! - exclamé- ¿Que sucede? - le pregunte exaltado.
-¡Corre!- me gritó aún con varios metros de distancia entre nosotros y yo sin pensármelo dos veces agarre la mochila con todas las cosas dentro y corrí al igual que él.

Estábamos casi parejos, no le llevaba mucha ventaja.

No sabía de que nos encontrábamos huyendo, supuse que de roedores pero aun no los había visto perfectamente. A pesar de esto el rostro de Anker lucía extremadamente preocupado, tanto así que no me detendría a cuestionarlo.

Corrimos y corrimos, cada ciertos segundos me volteaba a mirar a Anker y este continuaba con el mismo rostro de preocupación y agitación; definitivamente era un muto lo que nos acechaba.

Se escucharon crujidos. Baje la vista y me sorprendí al descubrir que no éramos nosotros, no habían hojas secas u cualquier otra cosa que aumentará el ruido de nuestras pisadas. La razón era lógica: los mutos estaban en grupos y eran ellos los que se acercaban lo suficiente como para escucharlos e inclusive tal vez acorralarnos.

- ¡Haymitch!- gritó Anker y me volteé a mirarlo sin detenerme, ahora también era yo el angustiado.
- Trepa a ese árbol- me ordenó señalando un gran árbol que se en encontraba a dos metros delante de mí, justo a mi mano derecha.

Mi experiencia escalando árboles no era mucha pero aún así sabía hacerlo considerablemente bien. Trepe el árbol que Anker me señaló y note que las ramas de este se intersectaban con las de el árbol posterior que fue el que Anker escaló.

La luz era escasa, no era tan sencillo el ver y localizar todo como lo es durante el día. No era plena noche, pero estaba oscureciendo.

El correr me había dado aun mas ganas de beber agua, ¡sentía que si no bebía un poco en por lo menos una hora caería muerto enseguida!

-¿Estas bien? - me pregunto Anker en voz baja.
-Si - le dije y me escabullí un poco entre unas ramas. Comencé a inhalar y exhalar lentamente tratando de recobrar fuerzas para enfrentar a los mutos que aún estaban muy cerca.

Solo los habíamos despistado por unos cuantos minutos, pronto volverían y seguramente nos matarían.

Mire a Anker, nuestras miradas reflejaban pánico. Seguramente cualquiera que nos viera pensaría que habíamos visto un fantasma o un ser del mas allá pero no todos saben los que es esterar trepado en un árbol con mutos cerca y muy poca luz.

Un ruido desconocido nos sorprendió e hizo que nos escabulléramos aun mas entre las ramas y hojas que nos rodeaban; estuve a punto de resbalar y tener una caída de casi dos metros.

Ahí fue cuando los vi.

A primera instancia no parecían peligrosos pero la realidad era que lo eran y que venían a matarnos.

Eran ardillas. Ardillas doradas y esponjosas que producían ruidos irritantes y nerviosos. Eran ardillas violentas y seguramente carnívoras que estaban a punto de localizarnos...

Me abrazaba a una o dos de las ramas del árbol, tratando de no mirar al suelo y vigilando mis alrededores proviniendo la aparición de rastreavispulas.

Se escucharon pisadas. No eran pisadas de algún otro muto o de los aquellos mismas mutaciones de roedores, era un tributo y se aproximaba lentamente.

Los roedores, que sigilosamente habían rodeado  aquella zona se escondieron todos en diferentes puntos. Nos tenían acorralado, aún existía la posibilidad de que no estuvieran seguros de nuestra ubicación o tal vez solo esperaban a que el otro tributo que sin duda alguna seria presa fácil apareciera.

Mi pierna derecha estaba comenzando a dormirse, aún tenía demasiada sed y estaba comenzando a sentir calor.

Volví a mirar, el tributo marchaba a paso lento pero marchaba, no era un profesional. Venía desde el oeste y su ropa no parecía estar rasgada o exageradamente sucia.

Para cuando el tributo ya estaba lo suficientemente cerca de nosotros, los roedores hicieron un repentino cambio de posiciones y fue ahí cuando el chico se paralizó. Los había visto, oído o sentido.

Se escucharon sus pisadas, retrocedía lentamente. Para su no muy afortunada suerte las ardillas mutantes ya lo habían localizado y para cuando dio el tercer paso hacia atrás  las ardillas carnívoras salieron de sus respectivos escondites y comenzaron a asecharlo.

Anker y yo observábamos todo, perplejos. Pensé en escapar justo para cuando tuviera suficiente distancia entre los mutos y mi persona.

El chico comenzó a correr en la misma dirección por la que había llegado y las ardillas lo persiguieron haciendo sus irritantes sonidos y rozando parte de sus esponjosos cuerpos contra el suelo.

En menos de veinte segundos  el tributo comenzó a gritar despavoridamente; los mutos lo habían alcanzado. Muchos de los irritantes sonidos que proporcionaban las ardillas cesaron; debían de estar devorando al tributo.

El chico había dejado de gritar, apenas se escuchaba su respiración agitada. Sonó el cañón. El tributo había muerto. Las ardillas se habían detenido, se volvieron a escuchar sus sonidos. En menos de diez segundos retomaron su labor de acabar con su presa.

El tributo ya muerto no había sido  demasiado corpulento, las ardillas no tardarían en dejarlo hasta en los huesos.

Voltee mi cabeza y vi como Anker descendía lentamente del árbol procurando que las ardillas no lo visualizaran.

No todo suele suceder de la misma manera en la que uno lo espera.

Un pequeño grupo de ardillas había permanecido oculta sin nosotros saberlo y estas notaron su presencia en un instante. Aquellas ardillas se habían mantenido en completo silencio, fue por esto que jamás nos percatamos de su estancia permanente en el área.

No sabía si Anker ya se había percatado de que estas lo estaban mirando mientras se preparaban para un festín.

Quería ayudarlo pero no sabia como, no había manera de avisarle.

En un abrir y cerrar de ojos, antes de que le pudiera advertir, un grupo de ardillas se lanzó sobre él. Escuche sus gritos.

De pronto pudimos mirarnos fijamente a los ojos. Sus pupilas parecían agrandarse, su rostro se le había hinchado. Aquella su mirada me transmitió decenas de cosas y nuevos sentimientos que jamás creí que existieran. Fue como si por un momento su mirada me transmitiera sus miedos y mas grandes secretos.

Fueron unos de los tres segundos mas eternos de toda mi vida. Agradecí haberlo conocido, o más bien haber tenido la dicha de compartir con él buenos momentos aunque hubieran sido limitados.

Su mirada se apagó. Sus ojos se abrieron como nunca antes mientras que su cuerpo dio un repentino brinco. Vi como en un segundo aquellos ojos que alguna vez brillaron se cerraron para nunca mas volver a abrirse... Una ardilla le había mordido el cuello con sus hábiles dientes; mientras la sangre que corría parecía no escasear.

Enseguida sonó el cañón. Mi amigo y compañero finalmente había muerto.

El himno del Capitolio se escucho al rededor de toda la Arena. Mire al cielo y vi los rostros de todos los tributos que fallecieron durante aquel día... No era una sorpresa ver los rostros de Anker y Calliope posicionarse en el triste oscuro cielo mientras luchaba contra mis propias lágrimas nostálgicas.


------------------------------------ Espero que les guste este capítulo !!! Los amo

El Segundo VasallajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora