El humo ya había desaparecido. Los cañones habían dejado de sonar. Un triste crespón cubría la arena y la vida de los pocos que aún permanecían vivos.
Maysilee estaba traumada. Y yo estaba exhausto de pensar y pensar. Habíamos comido una rata que se había cruzado por nuestro camino. El hambre había reemplazado el cerebro y el estomago la moral.
"-es cuestión de supervivencia, Haymitch"- no paraba de repetirme a mí mismo aquellas palabras. Sin embargo, el sentimiento de culpa permanece allí.
Maysilee y yo ya no teníamos nada más que hacer además de mirarnos las caras y preguntarnos por qué demonios seguíamos vivos.
Cuando comenzaron los juegos solo pensaba en permanecer con vida. Pensaba en sobrevivir para volver a ver a mi hermano, a mi madre y a mi chica. Pensaba en traerle una segunda victoria a mi hambriento distrito. Pero, ahora, tras todas las muertes que e presenciado y a todos los seres vivos a los que e matado me siento vulnerable.
Vulnerable al rededor de tanto peligro. Vulnerable tras el absoluto control que implantaban los vigilantes. Vulnerable al igual que todos los muertos.
Es en momentos como este cuando razono y pienso que el dolor y el miedo te puede convertir en un ser débil o un guerrero, cruel o bueno, grotesco o cortés, valiente o cobarde... Humano o bestia.
Miro a Maysilee recostada de un árbol y pienso en la chica a la que deje atrás en el Distrito 12. Odio admitirlo pero me recuerda mucho a ella. Es preciosa y me encantaría tomarla de la mano y decírselo. Pero algo así sería, tal vez, faltar a la lealtad que siento hacia mi pareja. Así que me quedo quieto, alejo la vista de ella y la pierdo nuevamente en un mar de árboles.
No estaba muy seguro de cuantos tributos quedaban vivos en la arena. Si mis cálculos eran correctos quedábamos menos de diez tributos en la Arena. Así que, quizás, lo mejor era seguir caminando y alejarnos de todo aunque ya el mayor daño estaba hecho.
De ninguna manera se lo habría comentado a Maysilee en aquel preciso momento. Estábamos cansados y no teníamos mucho animo para seguir andando es por eso que nos habíamos echado al suelo.
No estoy seguro en que momento lo decidí, pero en unos segundos me encontré a mi mismo entablando conversación con ella.
–¿Como te sientes?– fue lo mas estúpido que le pude preguntar.
– Igual que tú.
– Entonces debes sentirte terrible.Hubo un buen rato de silencio. Ninguno de los dos sabía que decir y la situación, a lo largo de los días se había vuelto más soportable. La incomodidad que nos causaba el silencio ya era un tema del pasado. Maysilee habló.
– ¿ Y hora que?
– Ya no nos queda nada más por hacer
– ¿ Nos quedaremos o aquí o piensas seguir caminando ?
– Caminaré
– ¿Hasta donde?
– Hasta que encuentre el maldito final de este lugar –respondí. Y ya no dijo nada.Cenamos unas vallas no venenosas y recolectamos un poco de agua de lluvia. Ninguno de los dos tenía mucho apetito. Esperamos hasta que aparecieran los rostros de los tributos fallecidos en el cielo y luego descansamos. Muchos hablan muerto, sin embargo aún quedaba viva una profesional.
Sin embargo no hicimos guardia. Ya no. Estábamos exhaustos y no dábamos para estar cumpliendo con horas de vigilancia. Además, ya no quedaba casi nada. Los juegos se acabarían en poco tiempo. Lo único que podíamos hacer era esperar y rogar por un milagro.
***
En la mañana Maysilee ya no estaba a mi lado. Me gire y mire a mi alrededor en busca de su paradero. Estaba cansado y los rayos del sol me daban directo en los ojos. Si no era ese verdaderamente el sol, entonces los vigilantes habían hecho un trabajo espectacular diseñándolo.
Maysilee apareció con su cabello mojado y con la cara recién lavada.
– ¿Madrugaste? – le pregunte por molestar. No estaba de más tener un poco de humor después de todo quizás fuera nuestro último día con vida.
– ¿No me vez? – pregunto de mala gana. No podía culparla. Todo eso le había afectado más a ella. Quizás ella jamás se enteraría pero yo estaba casi igual de dolido que ella. Sin embargo, decidí guardármelo para mí y ser fuerte por ella y por la audiencia que nos observaba.
Deberían de estar aburridos. Lo más seguro buscarían algo para entretenerlos y las marionetas seríamos nosotros.
– ¿Cuanto tiempo e dormido? -pregunté.
– Más de medio día – dijo de lo mas tranquila.
– ¿¡Qué!? – pregunté levantándome de golpe y mirándola incrédulo.–¿Y no dijiste nada?
– ¿Para qué? ¿Ya no hay nada que podamos hacer.En eso quizás tenía razón pero de todas formas me molestaba que no me hubiera despertado.
– ¿Algún cañón? ¿Alguna noticia?– le pregunte para ponerme al tanto.
– Sí – dijo– mientras dormías nos convertimos en dos de los únicos tres tributos vivos en esta Arena.Tarde un tiempo en asimilarlo. Tuve que sentarme y ponerme a analizar lo mejor posible la situación. Minutos después di con la respuesta que andaba buscando. La profesional. La profesional. Seguramente la profesional seguía viva. Si mis cálculos mentales eran correctos teníamos que movernos rápido y estar al tanto.
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El Segundo Vasallaje
Fanfiction"- Él solía preocuparse, Él solía sentir, Él solía amar... - y qué le pasó ? Porqué cambio? - Se convirtió en Tributo " Era una Arena como ninguna otra, era un horror... disfrazado de paraíso. El Día de la Cosecha llegó ! ¿Qué pasaría si por prim...