2. Un día importante

402 31 3
                                    

Aquel día iba a ser importante. Lo sabía y lo sentía. Tengo una especie de intuición para este tipo de cosas, así que después de haber tenido ese sueño, me puse el uniforme deprisa y bajé corriendo a la cocina. Aunque "importante" no siempre significa bueno, pronto empezarían las vacaciones, así que supuse que no sería algo malo.

-Ohayô, Hasu-chan! -saludó mi madre. Descubrí contenta que acababa de hacer tortitas. Mis favoritas.

-Ohayô, kaa-san! -respondí. Miré a mi alrededor y tardé un segundo en recordar que mi padre no estaba. Había ido a Tokyo, a una reunión extraordinaria.

-Hoy pareces muy contenta, Hasu-chan.

-Hoy tengo el último examen. ¡Mañana ya soy libre! -dije.

-Esfuérzate, ¿eh?

-¡Por supuesto! Además, está tirado.

-¡Esa es mi pequeña kôkôsei tantei!

-¡¿Cómo que pequeña?! Tengo ya 16 años. Además, tampoco hay ningún "detective de secundaria" mayor que yo... -la vi abrir la boca para responder y añadí- Papá no cuenta. Vale que en su tiempo lo fuese, pero ahora lo soy yo.

-Para mí siempre será un kôkôsei tantei cabezota, por muy inspector jefe que sea... -dijo, guiñandome un ojo.

-Sí, sí... -me acabé mi tortita con un par de bocados más. Recogí el plato y fui a por mi cartera.-¡Ittekimasu!

-¡Itterashai!

Las clases transcurrieron normalmente. Algo más aburridas de lo normal, si cabe. Tuve mi último examen, pero no ocurrió nada destacable. Todo estaba igual.

Por eso volví a casa algo más rápido que de costumbre. Si había algo importante, pasaría allí.

Pero nada. Nada de nada. Me pasé la tarde dando vueltas por casa y limpiando un poco. Pero no pasó nada. Era un día frustrantemente normal.

Entonces sonó el timbre. Mi madre abrió y supe que era mi padre por la voz. Bajé a saludarlo y él me revolvió cariñosamente el pelo. No era importante, porque ya sabíamos que vendría, pero era un momento feliz.

Fue durante la cena cuando sucedió. Mi padré sacó una conversación.

-Hasuko, ¿te gustaría pasar tres semanas en Tokyo?

-¿En Tokyo?¿Qué se me pierde a mi en la capital? -pregunté.

-Unos amigos de allí tienen que ir a una sesión de conferencias en América, y tienen dos niños pequeños. Querrían que alguien los cuidase durante su ausencia y he pensado que quizá te gustaría...

-¿Cuidar a dos niños pequeños?

-Por supuesto, te pagarían todos tus gastos y te alojarías en su casa. Sería una oportunidad perfecta en estas vacaciones.

-¿Y tendría que limpiar yo?-pregunté, desconfiada.

-Ehh, sí, supongo que sí. -contestó.

-Pero podrías ganarte un dinero para tí -comentó mi madre.- ¿No dices siempre que quieres más libros?

-Hmm... ¿Tres semanas? Creo que podría hacerlo. -dije. Así podría demostrarles a mis padres que me puedo valer por mi misma.-Diles que acepto.

Mi padre sonrió, de la misma forma que sonrio yo al resolver un caso, y cogió su móvil. Tecleó un mensaje rápido.

-¡Perfecto! Entonces, te marcharás pasado mañana...

-¡Guay! -respondí.- Tendré que hacer la maleta.

Me levanté, recojí mi plato y les di las buenas noches a mis padres. Luego subí a mi habitación mientras ellos seguían hablando.

Tres semanas en la capital, cuidando unos niños. "No está mal" pensé "Y es bastante importante."

Conocí a un chico con un nombre extraño. [DConan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora