Aquel día iba a ser importante. Lo sabía y lo sentía. Tengo una especie de intuición para este tipo de cosas, así que después de haber tenido ese sueño, me puse el uniforme deprisa y bajé corriendo a la cocina. Aunque "importante" no siempre significa bueno, pronto empezarían las vacaciones, así que supuse que no sería algo malo.
-Ohayô, Hasu-chan! -saludó mi madre. Descubrí contenta que acababa de hacer tortitas. Mis favoritas.
-Ohayô, kaa-san! -respondí. Miré a mi alrededor y tardé un segundo en recordar que mi padre no estaba. Había ido a Tokyo, a una reunión extraordinaria.
-Hoy pareces muy contenta, Hasu-chan.
-Hoy tengo el último examen. ¡Mañana ya soy libre! -dije.
-Esfuérzate, ¿eh?
-¡Por supuesto! Además, está tirado.
-¡Esa es mi pequeña kôkôsei tantei!
-¡¿Cómo que pequeña?! Tengo ya 16 años. Además, tampoco hay ningún "detective de secundaria" mayor que yo... -la vi abrir la boca para responder y añadí- Papá no cuenta. Vale que en su tiempo lo fuese, pero ahora lo soy yo.
-Para mí siempre será un kôkôsei tantei cabezota, por muy inspector jefe que sea... -dijo, guiñandome un ojo.
-Sí, sí... -me acabé mi tortita con un par de bocados más. Recogí el plato y fui a por mi cartera.-¡Ittekimasu!
-¡Itterashai!
Las clases transcurrieron normalmente. Algo más aburridas de lo normal, si cabe. Tuve mi último examen, pero no ocurrió nada destacable. Todo estaba igual.
Por eso volví a casa algo más rápido que de costumbre. Si había algo importante, pasaría allí.
Pero nada. Nada de nada. Me pasé la tarde dando vueltas por casa y limpiando un poco. Pero no pasó nada. Era un día frustrantemente normal.
Entonces sonó el timbre. Mi madre abrió y supe que era mi padre por la voz. Bajé a saludarlo y él me revolvió cariñosamente el pelo. No era importante, porque ya sabíamos que vendría, pero era un momento feliz.
Fue durante la cena cuando sucedió. Mi padré sacó una conversación.
-Hasuko, ¿te gustaría pasar tres semanas en Tokyo?
-¿En Tokyo?¿Qué se me pierde a mi en la capital? -pregunté.
-Unos amigos de allí tienen que ir a una sesión de conferencias en América, y tienen dos niños pequeños. Querrían que alguien los cuidase durante su ausencia y he pensado que quizá te gustaría...
-¿Cuidar a dos niños pequeños?
-Por supuesto, te pagarían todos tus gastos y te alojarías en su casa. Sería una oportunidad perfecta en estas vacaciones.
-¿Y tendría que limpiar yo?-pregunté, desconfiada.
-Ehh, sí, supongo que sí. -contestó.
-Pero podrías ganarte un dinero para tí -comentó mi madre.- ¿No dices siempre que quieres más libros?
-Hmm... ¿Tres semanas? Creo que podría hacerlo. -dije. Así podría demostrarles a mis padres que me puedo valer por mi misma.-Diles que acepto.
Mi padre sonrió, de la misma forma que sonrio yo al resolver un caso, y cogió su móvil. Tecleó un mensaje rápido.
-¡Perfecto! Entonces, te marcharás pasado mañana...
-¡Guay! -respondí.- Tendré que hacer la maleta.
Me levanté, recojí mi plato y les di las buenas noches a mis padres. Luego subí a mi habitación mientras ellos seguían hablando.
Tres semanas en la capital, cuidando unos niños. "No está mal" pensé "Y es bastante importante."
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Conocí a un chico con un nombre extraño. [DConan]
FanficMi nombre es Hasuko. Se escribe con los kanji de "loto" y "niño". Lo sé, un nombre extraño. Tengo 16 años, y soy una detective de secundaria. Yo nunca pensé en ser detective, pero hace tiempo le hice una promesa a un chico. Le prometí que usaría mi...