Tardamos bastante en llegar a la torre, debido al tráfico en la ciudad. Aparqué donde pude, y corrimos hacia la entrada.
Compramos un par de pases y fuimos rápidamente hacia el ascensor. Conan tocó el botón, y este se iluminó. Luego, lo toco otra vez y otra vez, y empezó a clicarlo intermitentemente.
-¿Sabes que no va a llegar antes por mucho que toques?-pregunté.
-Síi, ya lo sé, pero... -siguió presionando el botón.- Mi padre probablemente se encuentre allí arriba, en apuros, y...
-Tú tranquilo. De alguna forma, ¡esto saldrá bien, seguro!-dije, tratando de infundir confianza. Parece que funcionó, porque dejó de tocar el botón.
Entonces sonó la campanita de que había llegado. Las puertas se abrieron y salió un montón de gente. Nos habrían arrollado, de no apartarnos en ese momento. Conan y yo éramos los únicos que subíamos. Probablemente se debiese a que se acercaba la hora de cerrar.
Estar con él yo sola en un espacio tan reducido me resultaba a la vez incómodo y agradable.
-Lotus-chan...
-¿Sí? -pregunté.
-No sé lo que habrá aquí arriba, pero, si la cosa se pone fea, por favor...
-No voy a huir. Así que ni se te ocurra pedírmelo.
-Ya, pero, este es mi problema, no el tuyo. No tienes por qué venir. Además, si te pasase algo...
-¡Serás pesado! -exclamé-. No va a pasar nada. Y además, sí tengo por qué venir. ¿Crees que dejaría que mi saga de libros favorita quedase inconclusa?
-Si dependiese de tí, por supuesto que no. -respondió Conan-. Pero...
-Pero, pero, pero... No haces más que poner pegas a que esté aquí. ¿Tanto me odias? -pregunté con sorna.
Conan se sonrojó y murmuró algo que no oí. Se giró hacia la puerta y miró distraidamente la pantallita que indicaba el piso. Casi habíamos llegado.
-Eres como los detectives de las historias de mi madre. -dijo él, hablando bajo-. Orgullosos, con un gran corazón, y que creen en la justicia y en una sola verdad. De los que arriesgarían su vida para salvar otra, cualquiera.
Sentí como se me enrojecían las mejillas.
-Tú... Tú también... También eres uno de esos grandes detectives, Conan -contesté, mirando al suelo.
-No, que vá. -comentó, sonriendo. Era muy mono.- No tienes remedio, Lotus-chan.
Sonó un cling, y las puertas se abrieron.
-¿Y a qué se supone que viene eso?!-pregunté.
La gente que estaba esperando el ascensor se me quedó mirando. Tras un segundo, me escabullí en la multitud, roja como un tomate.
Allí arriba no había nada fuera de lo normal. Quedaba poca gente, que contempla las hermosas vistas y la puesta de sol. El horizonte ya se había tragado más de la mitad del astro rojo, y se lo indiqué a Conan. Él frunció el ceño, preocupado.
La plataforma tenía un eje circular, y nos pusimos de acuerdo para rodearlo. Yo por la izquierda, y Conan por la derecha.
No vi por ningún lado a Kudô, ni a nadie que pareciera sospechoso. Avancé despacio, con cautela, hasta llegar al extremo opuesto de la plataforma. Había una puerta que ponía "Solo personal autorizado", y solo por probar, giré el pomo. Estaba abierta. Miré un segundo dentro y vi unas escaleras que subían. Tenía que avisar a Conan.
Pero él no aparecía. Empecé a avanzar hacia "su" lado de la torre, esperando encontrarme lo peor.
Conan estaba apoyado en el cristal, de espaldas hacia el paisaje, y mirando hacia arriba, con cara de preocupación. Seguí su mirada con la mía y vi lo que él estaba observando. Un pequeño paquetito negro pegado al cristal a la altura del techo. Me asusté.
-Ey, Conan, ¿eso es...? -pregunté en voz baja.
-Creo que sí, que es una bomba.-respondió también, susurrando. Nos miramos consternados.
-Tenemos que sacar a toda la gente de aquí antes de que pase algo.-decidí. Nos movimos a una distancia prudencial y Conan me pasó su movil.
Llamé de nuevo a la detective Kojima y le expliqué la nueva situación. Ella dijo que la policía ya estaba en camino, y que avisaría a sus superiores. Le di las gracias y colgué.
Tras devolverle el móvil, le comenté a Conan lo de las escaleras. Decidimos subir a mirar, de la gente se encargaría la policía.
Empezamos a subir en silencio, hacia el misterio, porque eso es lo que hacen los detectives. Los detectives de gran corazón.
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Conocí a un chico con un nombre extraño. [DConan]
FanfikceMi nombre es Hasuko. Se escribe con los kanji de "loto" y "niño". Lo sé, un nombre extraño. Tengo 16 años, y soy una detective de secundaria. Yo nunca pensé en ser detective, pero hace tiempo le hice una promesa a un chico. Le prometí que usaría mi...