8. Conversación telefónica

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Lenalee chequeó la hora, faltaban diez minutos para ser las nueve de la noche. Debía pensar en una excusa tremendamente buena para Lavi, tanto por haber faltado a su cita, como por no haber contestado sus llamadas ni responder sus mensajes. Suspiró, no se le ocurría nada. Le dio una llamada a Lou Fa para pedirle que la cubriera mintiendo que estaba enferma, pero su amiga no le respondía, así que le envió un mensaje de texto, y luego se encargó de la mentira para Lavi.


«Tuve que cuidar a Lou Fa que se sentía enferma, porque sus padres no estaban en casa. Perdón, olvidé el celular sobre mi cama. Nos vemos mañana luego de comer.»


*.*.*.*.*


Lavi leyó el mensaje y dejó el teléfono sobre la mesa de luz.


-Así que Lou Fa enfermó -dijo, mirando a la joven de cabellos castaños oscuros que dormía desnuda a su lado -. Lou Fa -fue despertándola con suaves besos en las mejillas.


La joven despertó algo estremecida, Lavi siempre sabía qué hacer.


- ¿Q-qué pasa...? -preguntó, envolviéndose en la sábana superior.


-Lenalee te cuenta todo, ¿cierto? -su ladina sonrisa le daba escalofríos.


-Creo que sí -respondió la joven.


- ¿A ella le gusta alguien? ¿Te ha hablado de algún chico últimamente?


Lou Fa puso cara de sorpresa, no entendía porqué el pelirrojo estaba haciéndole ese interrogatorio.


-Claro que no, ella -recordó el sueño que su amiga le había contado -... Ella a veces sueña con un chico, pero es sólo un sueño con alguien que no existe, no creo que debas preocuparte por algo así.


Los ojos verdes de Lavi estaban sorprendidos.


- ¿Sueños? Son tonterías... Y el chico nuevo, ¿lo ves cerca de ella, molestándola?


Lou Fa rió, y sus mejillas se enrojecieron.


-Ellos no han tenido contacto, creo yo, ella no me ha dicho nada.


- ¿Y ese sonrojo? -consultó con curiosidad.


- ¿Quién está sonrojada? -preguntó, fingiendo no entender, la chica de los ojos marrones.


-Ah, te gusta el chico nuevo, ¿eh?


-No seas tonto, él sólo fue amable conmigo en una oportunidad...


-No te preocupes por mí, ya sabes que tú y yo sólo tenemos sexo. Eres libre de elegir con quien revolcarte.


-No soy una cualquiera, Lavi -se estaba enojando.


- ¿En serio? -sonaba irónico.


- ¿Qué estás insinuando?


-Creo que una "cualquiera" se acuesta con el novio de su mejor amiga. Así que, eso te convierte en una pequeña zorra.


Lou Fa no lo podía creer... No podía creer que el Lavi que le estaba diciendo esas cosas horribles era el mismo al que le había entregado su virginidad.


- ¡Eres un hijo de puta! -dijo, escupió sobre su rostro, salió de la cama, enfurecida, y comenzó a vestirse - ¡No tienes derecho de decirme así! ¿¡Y cómo te calificas a ti mismo!?


-Mmmm, supongo que soy un astuto hijo de puta, pero llámame como quieras, no voy a sentirme ofendido.


Estaba a punto de ponerse la falda, cuando sintió que las manos de Lavi atrapaban sus senos. Quiso zafarse, pero él no la dejaba ir.

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