Yo sigo el rumbo que marque tu viento sobre mi vela, porque tú eres el veneno que a mí me enreda, que me hace enloquecer y me deshiela con su calor ardiente de entrepierna. Como el cristal que te corta y hace sangrar la herida, igual que la droga que mata con sarcasmos pesadillas.
Porque amarte duele hasta matarme, lentamente y sin consuelo.
Como cuando muero y me rompo entre tus manos, como un chin chin en el que me brindas palabras sinceras que haces llamar eternas, día a día, cumpliendo promesas.
Que a diferencia de muchas otras, se cumplen sin darnos cuenta.
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Cartas al amor de mi vida
PoetryA ti, que te escribí antes de saber quién eras. 2015-2016.