19. Siete segundos

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A veces no podemos tomar las riendas de nuestro destino, y es la casualidad, la suerte, la que dicta qué nos deparará más allá de los siete segundos siguientes a los que estamos viviendo, ahora, en este mismo instante. Porque no somos siempre los que elegimos y, si a veces nos cuesta arreglar aquellos errores de aquellas decisiones que tomamos, imagínate arreglar las que no están al alcance de nuestras manos. Es imposible.
Al igual que es imposible controlar aquellas cosas que no dependen de nosotros, cuando las que sí lo hacen nos cuesta controlarlas, ya sea por deber o por querer. Porque a sabiendas de lo que hay que hacer, a veces escogemos lo contrario, porque el corazón nos pide volver a intentarlo.
Por eso, ¿qué más da?
Sigue caminando, aguanta, llegarás lejos. Tan lejos como tus posibilidades te lo permitan e incluso más.
Todo se puede, incluso sin querer.

Cartas al amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora