50. Vida

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A este libro se le han agotado las páginas y la inspiración, el calor y todo el valor, las sonrisas y las lágrimas.
Amor de mi vida, ya no vivo nuestras vidas, por lo que ya no eres amor, tampoco vida.
Te quería, pero no te conocía.
Acabaste conmigo tan poquito a poco, que no me di cuenta hasta el momento en el que el peso de tus años me aplastó el pecho hasta asfixiarme, hasta que me moría y tú no hiciste nada por salvar la que era tu vida.
Me siento tan orgullosa de mí misma, de haber conseguido afrontar la que consideré mi peor pesadilla, que no me importa nada más que lo que vivo hoy en día, dejando atrás todas las noches en vela, dejando atrás los días que me pasaba dormida, dejando atrás los días sin sonrisas, dejando atrás todas las lágrimas que ahora están perdidas.
Dejándote atrás.
Tú que jurabas amarme para toda la vida.
Tú que me prometiste el cielo y me llevaste de cabeza al limbo, asomando el infierno.
Yo, que fui tan ingenua.
Yo, que fui tan sincera.
Y no me arrepiento de nada.
Porque no me parezco en nada a ti.
Porque yo jamás supe lo que había dentro de ti.

Malgasté muchas hojas escribiéndote a ti, malgasté muchas lágrimas llorándote a ti.

Ojalá algún día mires atrás y te des cuenta de todo el daño que un día le hiciste a la que era tu vida, a quien hubiese dado por ti la vida.

Morí por ti y renací por mí, ahora tengo otra vida, ahora viviré mejor.
Gracias por enseñarme como no hay que ser, gracias por enseñarme lo que alguien puede llegar a doler.
De los errores se aprende.
Yo me llevo una buena lección.

Algún día te dolerá.
Adiós, pasado.
Hola, presente.
Te espero con ansia, futuro.

Cartas al amor de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora