No nos fijamos en el valor de las pequeñas cosas.
El sonido de un gato ronronear.
El tacto de la arena.
Qué se siente realmente cuando te da un calambre.
El movimiento del pelo con la brisa.
Un beso.
Un abrazo.Ni si quiera nos percatamos de las cosas mas inmensas que hay.
La inmensidad del mar.
Lo lejos que las estrellas pueden llegar a estar.
Los pasos que podemos llegar a dar.
El número de latidos de nuestro corazón por mantener nuestro cuerpo con vida en una sola hora.
Lo mal que hace el ser humano las cosas.Y en cambio, cómo medimos al milímetro los pequeños fallos, las pequeñas cagadas que podemos cometer, dejandolo todo, sin ni si quiera tratar de arreglar lo que tan solo se ha quebrado.
La ley del mínimo esfuerzo.
Como el tratar de entender aquellas cosas que no son tan difíciles de entender, pero, que por cabezonería, no queremos dar pie a ello. No queremos dar pie.
Siempre elegimos el camino mas pedregoso, en vez de elegir el camino fácil, rápido.
El ser humano tiene un don para ello, para hacer las cosas difíciles, para enredar las situaciones.
O al menos yo.Tengo un don para el error.
Para la cagada.
Para ser yo.

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Cartas al amor de mi vida
PoesíaA ti, que te escribí antes de saber quién eras. 2015-2016.