Capitulo 1

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¡Pi, pipipipipipipipipi, pi!

-¡Ahhh! ¿Qué hora es?- dije un tanto adormilada, mientras me estiraba buscando la maldita alarma por toda la mesita de noche.

-¡Monse!, a levantarse, vais a llegar tarde- esa era la hermosa voz de mi madre llamándome desde la cocina, hermosa pero no a estas horas de la mañana, donde todo me parecía absolutamente insoportable.

-yaaaaa voy, ¡5 minutos más!- le grité de regreso, mientras me tapaba con la sábana de Garfield, para que los rayos de sol que se filtraban por mi ventana, no llegaran a lastimar mis hermosos ojos azules. ¡Nah! a quien engaño son de un color café claro.

Sentí un frío insoportable que subía por mis piernas. -¡Ma' que cinco más!- grité. Me halaron de la sábana, e inmediatamente, un chorro de agua fría cayó sobre mi cara, empapando toda mi cama.

Esto no es nada más, ni nada menos obra de...

-Hermanita, levantad, que se te hará tarde- Sebastián, ¿ya había mencionado lo molesto que era?- ¡ay pero!, ¿qué os ha pasado?, ¿acaso te habéis orinado?, ¡Mamá! Monserrat se ha orinado en la cama.-dijo mientras se retorcía de risa sobre mi cama.

-¡Esta sí que no te la perdono, cabrón!- y dicho esto, me abalance a por él, cayendo los dos al suelo.

-¡ya basta los dos! tú Sebastián llevareis a tu hermana durante toda la semana al colegio, y Monserrat apúrate para que ninguno de los dos llegareis tarde- dijo papá entrando al cuarto y separándonos.

-Pero papá, no voy a llevar a esta niñata en mi moto- farfullaba Sebastián mientras seguía a papá.

No me agrada viajar con Sebastián, pero solo por cabrearle la existencia, aceptaré.

Aparte, de que viajar con mi padre es algo aburrido, pues de camino solo escucha sus "rolitas" como él las llama. Pero, ¿quién de 16 años en su sano juicio escucha música de los 80's?

-¡Te la lleváis y punto!- escuché a papá decir desde el pasillo. Recogí mis sábanas, y las tiré al cesto de la ropa sucia. Cogí mi uniforme. Hoy me apetece ir en enaguas. Me fui hacia la ducha.

Bajando las escaleras, un olor a tocino y huevo inundaba toda la cocina. Mamá ya ha hecho el desayuno, Tocino, Huevos y un vaso de jugo de naranja, ¡Ñumi, Ñumi!

La mesa estaba hecha. Papá se encontraba en su habitual silla leyendo el periódico. Mamá estaba terminando de llenar su vaso de jugo, y Sebastián, simplemente sentado comiendo su tocino como si no hubiese mañana.

-¡Buenos días! cariño- me dijo mamá dándome un beso en la mejilla. Se sentó al lado de papá.

-¡joder!- farfulló papá con un tono asombrado- volverán a aumentar el precio del combustible.

Mamá continuó la conversación como de costumbre. Yo simplemente dejé de prestar atención, nada más asentía si me preguntaban algo. En casa no era de hablar mucho, pero con mis amigas, hay sí que es diferente.

Nos despedimos de mamá, papá había salido unos minutos antes.

Sebastián encendió su moto y me hizo señas para que me subiera en ella, pero el muy gracioso aceleró antes de que terminara de montarme, y allí, justo en ese momento recordé que había decidido llevar enagua.

-Ya vengo, voy a cambiarme- le dije a Sebastián. Él empezó a renegar, bla, bla, bla, solo que no le escuché ni la mitad de lo que dijo, pues ya me encontraba corriendo escaleras arriba. Entré a mi habitación y rebusqué en mi armario a por los pantalones del colegio. Salí, como si nada hubiese sucedido. Sebastián se encontraba recostado en el tanque de la motocicleta.

-¡estoy lista!- dije sonriéndole.

-ya era hora, me estoy durmiendo aquí afuera- miró su reloj y saltó subiéndose a la moto- ¡ya viste la hora que es!, ahora sí vamos a llegar tarde.

Miré mi reloj y si, ya eran las 6:45 am, el colegio estaba lejos, y si íbamos a llegar tarde.

-que no, que yo no llego tarde por tu culpa, si vuelvo a llegar tarde a inglés, el Sr. Willamette no me va a dejar entrar y sí que necesito esa clase- dijo mientras ponía en marcha la moto.

¡Joder!, esto no se ve bien. El estúpido comenzó a acelerar.-agárrate bien hermanita, que hoy no llegamos tarde- me dijo por encima de su hombro, aunque en realidad lo que escuché fue: arrate ben hernita, hoy no cegamos arde.

Puso la moto a unos 70km/h, mientras esquivaba los coches uno por uno. Lo único que se me ocurrió hacerle fue, clavarle mis uñas en su fuerte y muy trabajado abdomen.- ¡auchhh!- se quejó mientras frenaba de golpe en un semáforo, lo que impulsó a mi mandíbula a golpear su cabeza, y ahora el auch, salió de mi boca.- te dije que te sujetaras- dijo mientras se reía de forma histérica.

-Lo hubiera hecho mejor, de saber que mi hermano es un descerebrado al volante.


-ya llegamos- dijo mientras frenaba la moto en el parqueo del colegio.

-eres un loco- dije mientras bajaba de la moto.

-yo también te quiero- agregó con un tono divertido.- nos vemos después de clases, aquí mismo, ¿vale?- me preguntó.

-sí, si claro- dije alejándome. Cuando caminaba hacia las chicas. Fue inevitable ver como Marie se comía con la mirada a Sebastián -¿ya vale?, nose que le veis, si es bien capullo.

-eso lo dices porque eres su hermana- me respondió. Ella era mi mejor amiga, nos conocíamos desde niñas, somos como hermanas.

-¿siempre ha estado así de bueno?- nos preguntó Ana, mientras se nos acercaba.

-si al estúpido te refieres, sip- contesté.

-ya, mejor entramos, la Sra. Otárola no nos va a dejar entrar a su clase- dijo Marie.

-Sip, yo definitivamente necesito pescar ese temilla de matemáticas- dijo Ana, mientras sacaba un paquetito de cereal de naranja.

-yo también- dije.

-¿quieren?- preguntó Ana tendiéndonos el paquete de cereal.

Mis notas son buenas, pero en la asignatura de mates, no eran taaaan buenas que digamos, y si quiero que mi nota de presentación para la Universidad sea alta, tengo que esforzarme más en esa y otras asignaturas.




I See Thousand StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora