Marie solo nos observó con la boca muy abierta y con una mirada un tanto divertida y pícara al mismo tiempo. Y Sebastián, bueno su cara empezó a tornarse roja. Pero no era rubor, era ira, ira pura. Me miró con una devoción asesina.
Respiró hondo y logró pronunciar entre dientes -Alex venid conmigo- intentó forzar una sonrisa, pero no salió bien.
-ok- dijo Alex mirándome un poco apenado, y yo nada más le pude dar mi mejor sonrisa de disculpas.
Cuando lo chicos se fueron, sentí inmediatamente la mano de Marie halándome hacia el lavado de las chicas.
-Ok ¿Monserrat Cipriano que fue eso de allí?, aguarda ¿le dijiste que sí?- me preguntó mientras aplaudía y daba saltitos.
-ehh si, bueno no, Marie fue algo extraño- dije revisándome el cabello en el espejo.
-¡cuenta, cuenta! ¿Qué pasó?- dijo mientras se ponía labial.
Bueno y para no aburrirlos con la historia, en realidad no hablé, nada más asentía, me ruborizaba, volvía a asentir. Ya que Marie me conocía muy bien y ella lo averiguó por sí sola.
Alex
Cuando abrí los ojos luego del beso con Monse, allí estaba Sebastián junto a Marie, y por lo visto a Sebastián no le agradó mucho. Él ya sabía que me gustaba mucho su hermana y era algo sobreprotector con ella, pero conmigo nunca pareció importarle. Hasta ahora.
-¿Se puede saber qué coño estaban haciendo tus labios sobre los de mi hermana?- me dijo con un tono que me heló la sangre. Me sujetó del cuello y me abalanzó hacia una de las paredes del baño de los hombres. Sebastián y yo siempre peleábamos por estupideces, y no le tenía miedo, pero ahora parecía que estuviera de pie frente el mismo demonio, tenía los ojos inyectados de sangre, su respiración era entrecortada y su cara estaba de un rojo brillante.
-¿me podéis soltar?- le grité mientras tomaba sus manos y las alejaba de mi cuello -eso hermano, se llama beso- dije de modo sarcástico, mirándole a los ojos.
-¡no te atrevas volver a decirlo! ¡Maldición! Alex es mi hermana - dijo halándose del cabello.
-bueno tú me preguntaste, además tú ya sabías que me gustaba tu hermana- le apunté con el dedo mientras me le acercaba.
-si pero con ella no pensé que fuera enserio- dijo viéndome a los ojos, ya su rabia iba disminuyendo.
-bueno pues sí, hermano lo siento, me enamoré, y no hay nada que puedas hacer, no es algo que podamos elegir o controlar- él se estaba lavando la cara, y cuando me disponía a hacer lo mismo, dijo:
-¡maldición! Alex- golpeó el espejo, haciéndolo añicos.
-¿pero qué coño? Sebastián- di un paso hacia atrás para no cortarme con los vidrios que cayeron sobre el lavado.
-ocupo descargarme- dijo pateando un basurero que estaba en la esquina de la habitación.
-ya vale, si tanto te afecta, intentaré controlarme, me no te prometo absolutamente nada, ¿entendiste?
-¡joder! Alex que no es eso.
-¿entonces que os pasa?
-¿qué pasa? Que creo que me está sucediendo lo mismo, en verdad es algo que no podemos controlar- dijo mirándome por los pedazos de espejo que quedaron en la pared.
-Marie.
-sí, no sé qué diablos tiene, en mi puta vida me había sentido así, es hermosa, simpática, pero no es solo eso, es… no lo sé- dijo mirando el techo.
¿Quién lo diría Sebastián Cipriano y Alex Sierra están como dos pringaos, por culpa de un par de chicas?
Sebastián se controló y logramos hablar amenamente.
Saliendo del baño vi a las chicas a lo lejos, y cuando me disponía a ir donde se encontraban ellas, Sebastián me tomó del brazo.
-oye y hay de tú si le haces algo a mi hermanita ¿eh?- dijo otra vez muy serio, yo le asentí en respuesta -cuñadito- esto lo dijo explotando en una carcajada que me envolvió –ah y otra cosa, que esto no afecte vuestra amistad ¿vale?
-claro- dije con un asentimiento de cabeza.
Para cuando llegamos a donde las chicas íbamos apoyados con las manos, una en el hombro del otro, y riendo como dos niños.
-y bien, ¿chicos que os ha picado?- dijo Marie viendo a Sebastián, algo divertida.
-jajaj el amor- musité riendo. Todos me volvieron a ver confusos.
-eh ¿nos vamos? Ya son las diez- dijo Sebastián evadiendo el tema.
-Sabes, ¿qué tal si llevo a Monse y tú te llevas a Marie?- les dije, observando las miradas entre Marie y Monse, ¿cómo hacen las chicas para comunicarse así?
-ehh… me parece bien- nos dijo Sebastián mientras se rascaba la nuca.
-ok- dijo Marie cuando caminaba para despedirse de nosotros.
Monserrat
-ok- dijo Marie mientras se despedía de mí y de Alex
–Monse, usá condón- me susurró al oído. Al escucharlo le di una patada en la espinilla – ¡oye!- me dijo mientras las dos reíamos.
-ok nos vamos- les dijo Alex mientras me tomaba de la mano, (okey no me acostumbro a que haga eso y menos al frente del estúpido). Cuando me volteé para ver la reacción de Sebastián, esta me tomó por sorpresa, él estaba riendo, y tomándole la mano a Marie.
OKEY, ¿qué hablaron los chicos?